jueves, 16 de junio de 2011

LOS PADRES DEL CÓNDOR: EL OPIO DE LOS PUEBLOS

LA SECTA MOON ATACA DE NUEVO
ROBERTO BARDINI
Furtibamente, como los ladrones, la empresa New World Argentina SA, editora del periódico Tiempos del Mundo, vaciósus instalaciones en Buenos Aires. Fue en la noche del sábado 25 de octubre, cuando el personal estaba ausente. Un comunicado de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA) y asalariados de la publicación denunció que “empleados de mudanza retiraron todo el equipamiento técnico, material periodístico y e inclusive los efectos personales de los trabajadores y montaron una guardia de seguridad privada que impide el ingreso a la redacción”.

Caso extraño el de Tiempos del Mundo. Se distribuye 17 países de América Latina y en tres ciudades de Estados Unidos, donde también edita The Washington Times. Y en todos esos lugares, coincidentemente, amalgama a editores, redactores, reporteros y columnistas que provienen de diversas -e incluso antagónicas- filiaciones políticas e ideológicas. Desde la capital de Estados Unidos y la ciudad de México, hasta Montevideo, Santiago de Chile y La Paz, pasando por toda América Central, en sus salas de redacción comparten un espacio el aceite, la sal, el vinagre y la pimienta. En esa ensalada se mezclan agentes de los servicios de inteligencia, anticomunistas profesionales, místicos sin brújula, esotéricos graduados en cursos por correspondencia y desilusionados de pequeños grupos extinguidos de la izquierda, sobre todo ex maoístas y ex trotkistas.
Ni Juan Perón, ni el brasileño Getulio Vargas, ni el mexicano Lázaro Cárdenas lograron esa unificar esa heterogeneidad. O "igualar lo desigual”, como diría un filósofo nacionalista francés de principios del siglo XX. Y es que Perón, Vargas y Cárdenas eran decididos, astutos y hábiles pero no hacían milagros.
uno de los mayores misterios políticos de los 80
quien sí parece hacer "Milagros" Es el dueño de New World.La firma es sólo una de las muchas empresas que posee. Claro, este señor se presenta como un nuevo “mesías” que llegó para salvar a la humanidad. Y parece que hay muchas personas en el planeta dispuestas a creerle. Se llama Sun Myung Moon, es coreano y oficia como sumo pontífice de la Asociación del Espíritu Santo para la Unificación del Cristianismo Mundial, más conocida como Iglesia de la Unificación. O simplemente como secta Moon.

“El punto de convergencia entre personas que tienen un cierto pasado ideológico y aparentemente no han renunciado a él por completo, y el discurso oportunista y mediocre de Moon, es uno de los mayores misterios políticos de la década de los 80”, escribió Rogelio García Lupo en la revista El Periodista de Buenos Aires (Nº 85, Buenos Aires, 25 de abril – 1º de mayo de 1986).
Y agregaba: “Hay misioneros teosóficos y ocultistas, masones castigados, predicadores solitarios, curas renegados, profetas fracasados, complicadas mallas de filósofos militantes y políticos conspiradores, que buscando un hogar común terminaron reuniéndose detrás de Moon, dándole a su aventura religiosa el poder de choque que ninguna otra secta ha podido exhibir. Es una auténtica federación de facciones religiosas, teosóficas, orientalistas, paranoicas, antisemitas y de cualquier clase, que invitadas por el monje coreano aportan su propia fuerza sin perder sus propósitos originales. Esta federación ha encontrado en Moon una figura apropiada para seguir adelante, inmerso cada grupo en sus propias obsesiones, y todos detrás de un manipulador audaz como pocos”.
"combatir al comunismo, que es Satanás"
Sun Myung Moon quiere decir “sol brillante y luna”. Ése es el nombre –norteamericanizado- que adoptó un ex electricista llamado Young Myung Mun, nacido en enero de 1920 en Pyongyang (Corea), en el seno de una familia campesina que abandonó el confucianismo y se hizo presbiteriana.
Los padres del pequeño Mun le hicieron aprender desde los siete años los caracteres chinos para que accediera a las enseñanzas de Confucio. El niño no oyó hablar de Jesús hasta los 14 años, cuando sus papás se convirtieron al cristianismo. En la Pascua de 1936, a los 16 años, tuvo una “revelación divina” y -según sostiene él mismo- recibió “instrucciones” directas de Dios. El Señor lo había escogido para expresar su voluntad en la Tierra. Moon estudió ingeniería eléctrica en la Universidad de Waseda (Japón) y regresó a Corea del Norte en 1945 convertido al pentecostalismo. Entonces fundó una iglesia de esa denominación, con interpretaciones religiosas muy libres. Tenía entonces 25 años.
El primero de mayo de 1945, Moon creó la Asociación del Espíritu Santo para la Unificación del Cristianismo Mundial en un pequeño cuarto de una miserable casa de la calle Bukhal, en Seúl. El motivo que lo impulsaba era “combatir al comunismo, que es Satanás, en defensa del bien, que es Dios”. Y el ex electricista de 34 años de edad se convirtió en el principal monje de la nueva secta.
Otra “revelación” le indujo a casarse con una de sus jóvenes y atractivas devotas. Pero olvidó un detalle: divorciarse de su primera esposa. La mujer lo denunció y él terminó preso. En 1948 fue excomulgado de la iglesia presbiteriana por practicar ritos sexuales con sus discípulas y encarcelado nuevamente “por alterar la sociedad e incitar al desorden”. En enero de 1949 fue nuevamente a prisión, esta vez por “adulterio y libertinaje”.
Moon también se había transformado en un militante anticomunista y organizó un grupo contrarrevolucionario. En 1949 se descubrieron sus vinculaciones conspirativas y fue detenido. Desde Corea del Sur comenzó una campaña que lo reivindicaba como “prisionero político” y reclamaba su libertad. En 1950, por gestiones de la Organización de Naciones Unidas fue liberado. Se trasladó a territorio surcoreano, donde fijó su residencia y estableció su propia iglesia. En el nuevo destino, su tendencia al misticismo no aplacó su frenesí sexual. El 4 de julio de 1955 terminó otra vez tras las rejas a causa de una doble acusación: bigamia y estupro.
En 1960, a los 40 años y separado de cuatro mujeres, Moon encontró finalmente a una “nueva Eva”, llamada Han Hak. Cinco años después, adquirió notoriedad internacional cuando realizó -financiado por los servicios de inteligencia surcoreanos- una gira de contenido anticomunista por 40 países. El “reverendo” llegó a Estados Unidos el 18 de diciembre de 1971 y allí se radicó.
una mafia financiero-teológica
En 1990, la secta Moon poseía centros en 130 países. Según sus miembros, contaban con 50 mil adeptos en Estados Unidos; sus críticos sostenían que en realidad eran 5 mil alterados mentales.
El falso sacerdote tenía diez hijos, producto de cinco matrimonios. Vivía en una lujosa mansión –seis hectáreas, 500 metros cuadrados de construcción– de 25 habitaciones, valuada en 75 millones de dólares, en Irvington (Nueva York), a orillas del río Hudson. Poseía avión, dos yates de 15 metros y varios automóviles, entre ellos un Lincoln blindado.
Con el paso del tiempo se calmaron los apetitos carnales de Moon pero se le despertó la voracidad económica. El 16 de julio de 1982, un juez federal del distrito de Manhattan lo condenó a 18 meses de prisión y 25 mil dólares de multa por evadir impuestos. En 1985, cumplió 65 años de edad en una cárcel de Danbury (Connecticut), donde estuvo alojado 12 meses, también por evasión fiscal.
La secta Moon es una especie de mafia financiero-teológica que cuenta con más de cien empresas. Constituye uno de los imperios económicos privados más poderosos del planeta. Posee recursos casi ilimitados y compañías repartidas en todo el “mundo occidental”: hoteles, agencias de viaje, empresas pesqueras, fábricas de alimentos, industrias de armas, granjas, centros vacacionales, restaurantes, imprentas y publicaciones. En Estados Unidos controla cientos de escuelas de karate, judo, aikido y taekwondo.
La organización pseudo religiosa predica la paz, pero se enriquece con la guerra. La Iglesia de la Unificación es accionista de los mayores consorcios del complejo militar-industrial, como MacDonnell-Douglas. En Corea del Sur era propietaria de cuatro compañías. La principal, Tongil Industrial Company, producía armamento ligero: fusiles M-16, metralletas M-60, lanzacohetes M-79 con licencia norteamericana y la ametralladora antiaérea Vulcano.
En segundo lugar se ubicaba la Illwha Pharmaceutical Co, que industrializa el té de gingseng -extraído de la raíz de una planta con “virtudes tonificantes” y supuestamente afrodisíacas, de un espantoso sabor amargo- que producía ganancias anuales de 10 millones de dólares. Moon posee, además, la Ilshin Handicraft y la Tangatita Minus Industrial. Por otra parte, desde Japón la secta se proyecta a Asia y desde Francia a Europa. En el primer país tiene 60 compañías, una empresa cinematográfica y el diario Seikai Nippo. Entre 1975 y 1984, la sucursal de Moon transfirió desde Tokio a la central en Nueva York ganancias por 800 millones de dólares.
Un arrepentido moonista japonés, Yoshikazu Soejima, ex jefe de redacción de Seikai Nippo, dijo decepcionado en 1984: “Moon ha traicionado a sus seguidores al convertir al movimiento en una gran máquina de hacer dinero. Moon no está trabajando para el mundo, sino para sí mismo”.
ARGENTINA: HONORIS CAUSA IN ABSENTIA
la Confederación de Asociaciones para la Unidad de Sociedades Americanas (CAUSA), creada en Nueva York en 1980, es una de las 200 asociaciones civiles “sin fines de lucro”  financiadas por la secta Moon
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http://militaresycomplicespresos.blogspot.com/2011/06/los-padres-del-condor-el-opio-de-los.html


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