Sección: :Derechos Humanos en Colombia
Martes 20 de septiembre de 2011
.Por Dan Kovalik
Nota de Insumissia: Por desgracia, a la larga lista de asesinatos de religiosos defensores de los pobres hay que añadir el de Reynel Restrepo, ocurrido el 1 de septiembre de 2011. Este sacerdote de Marmato encabezaba la lucha contra la minera Gran Colombia Gold.
En Colombia, seis sacerdotes católicos han sido asesinados en lo que va de año. Entre 1984 y septiembre de 2011, dos obispos, 79 sacerdotes, ocho religiosas y religiosos y tres seminaristas han sido asesinados sólo en Colombia. Y, en su mayor parte, esas víctimas han sido defensores de los pobres y han sido asesinados por paramilitares derechistas asociados al Estado y a los militares colombianos, el mayor receptor de ayuda militar en la región hasta ahora.
Cuando tenía 12 años –y era un devoto católico y reaganita– vi algo en la televisión que tuvo un profundo efecto en mi vida. Era una emisión de 60 Minutes sobre El Salvador, y se concentraba en el asesinato del arzobispo Romero y de cuatro religiosas, brutalmente violadas y asesinadas en ese país. Lo que me impactó respecto al programa fue su sugerencia de que las fuerzas responsables de esas atrocidades pueden haber sido las que patricinaba EE.UU. Como sabemos ahora, fue ciertamente el caso. Y, fue esta caída en cuenta –de que EE.UU. estaba detrás de la persecución a la Iglesia en El Salvador y, como llegué a saber más tarde, en toda Latinoamérica– la que cambió mi visión del mundo y del papel de EE.UU. en él.
Arzobispo Romero en el mural del centro San Salvador |
Y EE.UU. ha librado esta batalla con la espada mientras el Vaticano, que se apartó de las raíces del cristianismo hace mucho tiempo, la ha realizado mediante excomuniones y censura y auspicia fuerzas que han perpetrado, literalmente, el asesinato de cientos de religiosos (incluidos sacerdotes, hermanos y hermanas) en toda Latinoamérica. (Dejaré para otra ocasión la discusión del apoyo de EE.UU. a la invasión indonesia de Timor Oriental que costó la vida a entre 500.000 y 1 millón de civiles, en su mayoría católicos romanos). Y, aunque uno no lo sabría gracias a la prensa estadounidense, la lucha continúa.
Mientras tanto, como explicó ayer el conocido periódico colombiano El Tiempo, seis sacerdotes católicos han sido asesinados en lo que va de año en Colombia. Dice el periódico que entre 1984 y septiembre de 2011, dos obispos, 79 sacerdotes, ocho religiosas y religiosos y tres seminaristas han sido asesinados sólo en Colombia. Y, en su mayor parte, esas víctimas han sido defensores de los pobres y han sido asesinados por paramilitares derechistas asociados al Estado y a los militares colombianos, el mayor receptor de ayuda militar en la región hasta ahora.
El último sacerdote asesinado en Colombia fue el padre Gualberto ArrietaOviedo, Párroco de Nuestra Señora del Carmen en Capurganá, Diócesis de Apartadó, quien fue asesinado de un machetazo en la cabeza. El padre Arrieta Oviedo, como explica El Tiempo, “era conocido por su trabajo comprometido con las comunidades más pobres”. La Conferencia Episcopal de Colombia reaccionó ante este último asesinato condenando abiertamente los asesinatos de sacerdotes católicos en Colombia, y subrayando “el valeroso compromiso de nuestros sacerdotes con la profética denuncia de la injusticia y la causa de los más pobres en el país”. Mientras tanto, el Vaticano guarda silencio sobre estos homicidios.
Evidentemente lo que los gobiernos tanto de EE.UU. como de Colombia quisieran eliminar es la “profética denuncia de la injusticia y la causa de los más pobres”. Y este objetivo es el verdadero impulso del apoyo estadounidense a los militares colombianos por la friolera de 7.000 millones de dólares desde el año 2000, y para el Acuerdo de Libre Comercio con Colombia, que el presidente Obama amenaza con aprobar en otoño de este año. Los que están dedicados a la misión de justicia deben oponerse a estas políticas con el fervor de los sacerdotes que arriesgan sus vidas cada día en la guarida del león que EE.UU. y Colombia han creado para ellos
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