Con "Mediadores" Como Éstos... - Mumía Abú-Jamal

Mientras los fusiles, cohetes y bombas de aviones de guerra se enmudecen, comienza la verdadera guerra entre el estado de apartheid, Israel, y el ocupado y sitiado estado de Hamas, en representación de los cautivos de Gaza.

 

Esta es la guerra de las palabras.

¿Cómo vamos a decir que las palabras son más reales que las bombas?

Porque, bajo la presión de los Estados Árabes, de los Estados Unidos y de Israel, Hamás está siendo manipulado a vender su alma - como ya ha pasado con la llamada Autoridad Palestina de Cisjordania.

 

Hamás, azotado por las bombas que los Estados Unidos regala a Israel, está siendo calladamente urgido a traicionar los intereses de los palestinos, un pueblo asediado como ninguna otra población en el mundo, por un estado racista y tiránico que azota y mata a quien se atreve a desafiar su humillante situación.

Hoy, la Autoridad Palestina ha sido entrenada por los sionistas y por los norteamericanos a mantener a su pueblo en línea y callado mientras Israel roba más y más tierras, los recursos de agua y todo lo que es de valor en el territorio de Palestina.

Solo mencionar la Ocupación es un crimen, bajo la ley apartheid de Israel, y estos crímenes son procesados por las Cortes Militares de Israel, donde los palestinos, --incluso los menores de edad-- confrontan jueces militares, bajo la ley militar.

Estas Cortes son solo para los palestinos -- no para los de Israel.

Este es un espejo del sistema Bantustán  que antes dominaba en África del Sur.

El Arzobispo Anglicano Desmond Tutu, de África del Sur, dijo sobre su visita a Palestina:

"Estuve profundamente triste en mi visita a la Tierra Santa ...  Me hizo recordar mucho lo que nos pasó a nosotros los negros en África del Sur.  He visto la humillación de los palestinos en las garitas de control y en las barricadas, sufriendo como nosotros sufríamos cuando jóvenes policías blancos no nos permitían movernos de un lugar a otro..."  (Finkelstein xxxviii)*

Ahora, cuando las palabras reemplazan las ametralladoras, los Estados Unidos, el arsenal de guerra y el banco de Israel, se propone jugar el papel demediador.

¿En qué mundo puede parecer éso ni siquiera honesto y justo?