Colombia fue decisiva para expulsar a Cuba de la OEA. Ahora hubiera debido abanderar su retorno, pero todo indica que se pactó en secreto para evitarle costos electorales a Obama, aplazando el tema para la próxima Cumbre
Colombia contra Cuba
En esta Cumbre de las Américas, tal como en Punta del Este hace ya cincuenta años, el tema de la presencia de Cuba en el sistema interaméricano estuvo muy presente en las discuciones, pese a la incomodidad que el asunto le produce al gobierno del presidente Obama. La insistencia en no aprobar la participación de la Isla en encuentros futuros -mientras el país no emprenda cambios "democráticos" según el dictado de Washington- empañó los resultados de Cartagena
Ha corrido mucha agua bajo el puente desde los años sesenta cuando Estados Unidos lanzó la “Alianza para el Progreso” — política desarrollista para contrarrestar la influencia cubana sobre la región — y en la cual Colombia habría de jugar un papel ejemplar.La ausencia de Cuba fue motivo de discusión en Cartagena porque en los últimos años se ha producido un consenso para dejar atrás las políticas propias de la Guerra Fría que condenaban la participación de ese país en el sistema interamericano debido a su modelo socialista y a su apoyo a los movimientos guerrilleros en América Latina.Mucho se ha especulado sobre el momento de apertura que vive la política exterior colombiana, tras el aislamiento que sufrió el país durante los ocho años del gobierno Uribe.Y en este caso lo mejor es no mortificar a los cubanos de la Florida quienes siempre votan a favor de candidatos a la presidencia que coincidan en sus posturas radicales contra la isla.
Cabe recordar, por ejemplo, cómo mediante los buenos oficios de la cancillería, Colombia lideró junto con Venezuela, la batalla para expulsar a Cuba de la Organización de Estados Americanos (OEA): el 31 de enero de 1962, en la Octava Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores, en Punta del Este (Uruguay) se aprobó la resolución contra Cuba, que tuvo 14 votos a favor y abstenciones de Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Chile y México
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El 31 de enero de 1962, en la Punta del Este se aprobó la resolución contra Cuba. Uno de sus promotores , Alberto Lleras Camargo. Foto: images.mitrasites.com |
Fue tal el protagonismo colombiano en contra del fantasma comunista en el continente, que en el momento de la ruptura diplomática entre Argentina y Cuba (1962) hubo protestas en Buenos Aires, donde los manifestantes atacaron las embajadas de Colombia y Estados Unidos gritando “Muera Colombia y viva Castro”.
Un cambio anunciado
Todos en efecto se preguntan por qué persistir en el aislamiento de Cuba, si ya cesaron las causas por las cuales la isla se consideró como un peligro para el continente. Y es que el actual panorama político dista mucho del de 1994, cuando se dio la primera Cumbre en Miami, porque ahora los gobiernos latinoamericanos y del Caribe prefieren un menor grado de alineamiento con Estados Unidos.
Ya desde la V Cumbre de Trinidad y Tobago, los países del ALBA manifestaron su desacuerdo con la declaración de Compromiso de Puerto España al declarar que era insuficiente e inaceptable, porque excluía injustificadamente a Cuba. Un hecho sobresaliente y significativo de este encuentro: la Declaración Final solo fue firmada por el presidente anfitrión, precisamente por la indefinición sobre el asunto cubano.
A la ausencia de Ecuador, de Venezuela y de Nicaragua, en el futuro podrá sumarse la de otros varios países, precisamente por el tema cubano. En este sentido, el gobierno de Rafael Correa está siendo consistente con su discurso de no aceptar que a ningún país americano se le excluya de estos encuentros. A ello se le añade en este caso, su protesta por la insolidaridad norteamericana frente a la reclamación argentina sobre las islas Malvinas.
Esta vez, al igual que en la Cumbre pasada, el presidente Obama reiteró el interés de Estados Unidos por propiciar un nuevo comienzo con Cuba. Todo parece indicar que habrá que esperar al próximo encuentro para que esta frase adquiera un significado real y finalmente se invite a este país oficialmente y se le acoja en el sistema interamericano, sin condicionamientos y sobre la base del respeto a la libre autodeterminación y del respeto al pluralismo.
Poco se avanzó
Se argumenta que hemos pasado de ser un país incómodo para la región a ser un líder hemisférico que logró conseguir la Secretaría de UNASUR y de la Asociación de Estados del Caribe, además de ser elegido como miembro del Consejo de Seguridad en las Naciones Unidas.
No obstante, la verdadera prueba de este liderazgo habría consistido en el gobierno Santos, como país anfitrión en la VI Cumbre, encabezara la campaña para acoger a Cuba en las futuras reuniones interamericanas sin condicionamientos, basados en el respeto a la autodeterminación y al pluralismo político.
Pese a que durante la Cumbre pasada, en 2009, se dejó sin efecto la resolución que expulsó a Cuba de la OEA, en la práctica este país sigue estando por fuera del organismo, considerado como un vocero de los intereses de Washington.
La Guerra Fría terminó hace más de dos décadas y ahora los presidentes de Colombia y Venezuela — países artífices de esta expulsión en 1962 — habrían podido ser los líderes de su retorno al sistema interamericano.
Si el argumento norteamericano para seguir vetando a Cuba es que en esta isla no se respetan los derechos humanos y no hay democracia, cabe la pregunta: ¿entonces qué tipo de democracia y de respeto a los derechos humanos se practica precisamente en la base de Guantánamo con los llamados “combatientes enemigos?
O ¿Por qué Estados Unidos no considera grave que su principal socio comercial, el gobierno de China represente la antítesis de la democracia? La respuesta es clara: “Negocios son negocios”.
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.El Gobierno de Santos tuvo que esforzarse para que la asistencia de Cuba no eclipsará la agenda de la Cumbre. Aquí con Castro en La Habana. Foto: Cancillería |
*-Doctor en Historia, profesor del Departamento de Historia y Director del Instituto de Estudios Latinoamericanos y Caribeños de la Universidad del Norte.
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