Por cada represión,
por cada atropello:
una mordida en el cuello.
Por cada traidor,
por cada sueño roto:
una mordida en el ojo
Por cada miedo impuesto
para que no salgamos:
a romper las vidrieras
de la Soledad enjaulada,
a pincharle las ruedas
que aplastan las concienciasde
Nuestros Hermanos Muertos:
una mordida en el pecho...
...Dicen que los Perros atados
quedan agresivos,
que en los juzgados
hay dioses subjetivos,
que en las noches de invierno
de éste Montevideo,
los Perros Sueltos seguimos,
cada cual, como lo siente
preparando la Rabia
en nuestros dientes.
.Marcelo Piriz , Choco
."Aunque la mentira corra un año, en un segundo la verdad le
alcanza"
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