El gobierno revirtió 855.823 hectáreas a medianas y grandes propiedades, apenas el 1,5% de la superficie saneada y titulada hasta diciembre de 2010
CEDLA *
La "revolución agraria" del gobierno MAS se asemeja más a una simple política de distribución de tierras fiscales y no a un proceso de redistribución de tierras con base en la afectación de los terratenientes o medianas y grandes empresas agropecuarias. Las políticas agrarias y de tierras del Presidente Evo Morales consolidaron el latifundio capitalista y el patrón de desarrollo agrario que estructuró el neoliberalismo, y dejaron el latifundio capitalista y el patrón de desarrollo agrario que estructuró el neoliberalismo, y dejaron en manos del agronegocio el destino de la agropecuaria boliviana.Transcurridos prácticamente cinco años desde que el gobierno del MAS anunciara que con la aprobación de la Ley de Reconducción Comunitaria de la Reforma Agraria el país se encaminaba hacia la estructuración de un nuevo “patrón de desarrollo agrario”, los datos muestran más bien la continuidad del patrón de desarrollo agrario que estructuró el neoliberalismo
Reconducción comunitaria de la reforma agraria y producción agrícola: Evaluación y perspectivas
Para el gobierno del MAS, la construcción de otro patrón de desarrollo agrario significaba la construcción de una economía agrícola “plural y diversa”, caracterizada por la coexistencia de las economías estatales, comunitarias, asociativas y empresariales. En esta perspectiva, “la democratización del acceso a los beneficios económicos de la agricultura” se alcanzaría a través de una más “equitativa distribución de tierras” que debería privilegiar a campesinos e indígenas, así como a través del fortalecimiento del rol de la “agricultura familiar campesina, indígena y originaria con base comunitaria”. (1)
El objetivo central de este documento, por tanto, es el de debatir si estos propósitos gubernamentales han sido alcanzados o si, por el contrario —a la luz de información sobre las orientaciones de la producción agrícola y los resultados alcanzados por la “reconducción comunitaria de la reforma agraria”— persiste más bien la estructura agraria que se propuso desarrollar el neoliberalismo.
Este documento también se plantea debatir el nuevo curso que tendría el proceso agrario y la producción agrícola en el país, tomando en cuenta un escenario donde tanto el gobierno como la dirigencia campesina oficialista plantean la necesidad de “reorientar” las políticas agrarias y de tierras
.La producción agrícola durante el gobierno del MASEn afectó seriamente la economía boliviana a mediados del decenio de 1980, el gobierno de entonces y los organismos financieros internacionales plantearon la necesidad de fortalecer rubros de exportación no tradicionales, entre los que destacaban los cultivos oleaginosos tanto por su potencialidad de expansión en los llanos de Santa Cruz como por su creciente demanda en el mercado mundial.
A partir de la aprobación de la Ley INRA, se procedió a sanear grandes extensiones de tierras para dar curso a la producción masiva de soya y otros cultivos oleaginosos en las mejores tierras agrícolas de Santa Cruz, a través del proyecto Tierras Bajas del Este, que fue financiado con recursos concesionales provenientes del Banco Mundial.
En este sentido, esta nueva ley de tierras fue la norma que —a través de la enunciación de conceptos y de disposiciones orientados a evitar cualquier resquicio que ponga en peligro la mediana y gran propiedad agraria—legalizó el proceso de concentración de las mejores tierras del oriente del país como base material para el desarrollo de la agricultura de exportación.
En la medida en que el gobierno del MAS no pretendía en los hechos ningún cambio sustancial con referencia a la orientación del modelo agroexportador sustentado en la gran propiedad agraria —a pesar de la proficua elaboración de documentos oficiales que criticaban la orientación de la política agraria neoliberal y que anunciaban el inicio de un nuevo “patrón de desarrollo agrario”—, la Ley de Reconducción Comunitaria de la Reforma Agraria no fue otra cosa que la introducción de algunas reformas puntuales a la Ley INRA de 1996 a objeto de operativizar su aplicación.
Por ello, en la medida en que la “reforma agraria” del MAS no ha transformado de manera sustancial la estructura agraria del país, como se verá más adelante, las tendencias centrales de la producción agrícola promovidas por el modelo agroexportador no muestran ningún cambio a más de cinco años de gestión gubernamental.
Como puede observarse en el gráfico 1, la producción agrícola del país presenta —fundamentalmente a partir de la segunda mitad del decenio de 1990— una tendencia paulatina y moderada de expansión. Sin embargo, este incremento de la producción agrícola se explica básicamente por el crecimiento de cuatro cultivos industriales: caña de azúcar, soya, maíz en grano y sorgo en grano. Si se eliminaran estos cuatro cultivos de las estadísticas agrarias, la producción agrícola estaría en franco proceso de estancamiento
Durante el gobierno del MAS, los cultivos que suelen ser catalogados como industriales —pues sufren algún nivel de procesamiento manufacturero o industrial para su consumo humano o animal final y son producidos mayoritariamente bajo relaciones capitalistas de producción— han seguido concentrando la mayor parte de la producción agrícola del país (79,1% en la gestión agrícola 2005/2006 y 80,4% en 2010/2011). En este sentido, y como muestra el cuadro 1 (documento adjunto), la participación relativa de los cultivos en los cuales la producción campesina sigue siendo importante (frutales, hortalizas, tubérculos y forrajes), tiende a perder relevancia.
Otro aspecto que permite verificar la continuidad del “patrón de desarrollo agrario” basado en la mediana y gran empresa agropecuaria —a pesar del discurso oficial de promoción de la pequeña producción campesina de base comunitaria o “economía comunitaria”— es el referido a la distribución geográfica de la producción agrícola.
Así, como muestra el cuadro 2, mientras que en 2005/2006 el departamento de Santa Cruz —donde predominan medianas y grandes empresas de corte capitalista— concentraba el 71,9% del total de la producción agrícola del país, en 2010/2011 concentra el 74,0%. Por el contrario, el peso relativo de la producción agrícola en los valles y el Altiplano —donde se concentra la mayor parte de las unidades económicas campesinas— tiende a bajar.
Por otro lado, los incrementos en los volúmenes de producción alcanzados por ambas regiones en las últimas cuatro gestiones agrícolas son también bajos, reflejando la importancia que tiene la pequeña producción campesina parcelaria en el Altiplano y los valles. El gráfico 2 retrata con claridad esta tendencia, que ya se advertía en el decenio de 1960 y que se agudizó con la promoción de cultivos orientados a la exportación.
Durante el gobierno del MAS (2005/2006-2010/2011), ha habido un incremento de 246.731 hectáreas en la superficie cultivada, crecimiento que se explica fundamentalmente por el comportamiento del departamento de Santa Cruz, que concentra el 85% del mismo. Asimismo, el 88% del incremento total de la producción agrícola en este periodo —que ascendió a 1.582.899 toneladas métricas— le corresponde también al departamento de Santa Cruz. Por el contrario, los incrementos en las superficies cultivadas y en los volúmenes de producción de los departamentos del occidente del país, y que cuentan con presencia hegemónica campesina, son prácticamente marginales (cuadros 3 y 4).
Finalmente, es importante señalar que, a contramano del discurso oficial que sostiene haber dejado de promover los cultivos del agronegocio y la exportación, se constata más bien que el 76% del total del incremento de los volúmenes de producción entre 2005/2006 y 2010/2011 se explica por incrementos alcanzados por sólo dos cultivos: soya (40%), cuya producción sirve como materia prima para una agroindustria oleaginosa orientada fundamentalmente a la exportación; y caña de azúcar (36%), cuyo incremento en los volúmenes de producción viene siendo promovido por la producción de alcohol para el mercado mundial (cuadro 5).
Si bien existe un incremento en los volúmenes de producción de trigo entre 2005/2006 y 2010/2011, éste es aún insuficiente para el abastecimiento del mercado interno, que requiere por lo menos una producción de aproximadamente 630 mil toneladas.
.Los resultados de la Reconducción Comunitaria de la Reforma Agrariahttp://www.bolpress.com/art.php?Cod=2012040405
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Estamos rodeados (bis)
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“Nuestro dios nos enseña que debemos ser misericordiosos con el extraño”
Retenga este nombre: obispa (o lo que sea) Mariann Edgar Budde, quien
sermoneó...
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