Días atrás, volví a ver la foto de "la ministra a caballo"
La quedé observandola, algo me recordaba, no lo podía ubicarlo en mi memoria.
Inseguridad. Todo un tema.
Un tema que lleva mucho escondido, detrás de los salarios de la policia, que más o menos policía, y los viejos personajes del Partido Blanco, jugando del otro lado de la cancha, arrementiendo contra los dichos o forma de decir las cosas de la ministra.
Hoy lunes, me equivoqué de día levantandome muy temprano, "al ñudo", me dispuse a buscar alguna radio para escuchar noticias de Uruguay, mientras aprovechaba el tiempo en tareas domésticas, cambiando de una a otra, hasta llegar al programa de Cotello.
Hablaba de la "inseguridad", proponiendo que los militares deberían "ayudar" de alguna manera a este flagelo que azota la sociedad.
No recuerdo el nombre del oyente que llamó, pero escuché atentamente lo que decía.
No coincidía con Cotello en eso de "ayuda" militar.
Expuso muy bien, sus puntos de vista, la marginación, pobreza, los niños que no concurren a la escuela, dando cifras muy detalladas. El hombre sabía de lo que hablaba.
Por lo visto no era la primera vez que llamaba al programa, ni sus pareceres estaban en sintonía con los de Cotello.
Debo decir, que el Sr jamás fue mal educado ni grosero, para despertar la ira del presentador del programa, que terminó colgando y diciendo que nunca más le dejaría intervenir.
La llamada siguiente, fue una Sra, que sí coincidia con Cotello, y pedía más represión.
Hasta ahí llegó mi paciencia.
Eureka! en ese momento, recordé la "ministra a caballo", y me dije: pero, si le falta la espada y La Biblia, inquisidora ya lo es.
Recordé, la junta de firmas para derogar la ley de caducidad, la posición del Sr. Presidente, la falta total de apoyo de la mayoría del FA, y a esta señora.
Es así que piensan los uruguayos? Que vuelvan los milicos a combatir la "inseguridad"?
Como en Italia?
Cuando la campaña presidencial se hablaba de varios componentes de la seguridad del país: seguridad jurídica donde en la corte hubiera los mejores profesionales, en donde prevaleciera la transparencia del Estado, donde para ganarte un contrato o conseguir un puesto de trabajo no se pagaran coimas, ni se emplearan amigotes o familiares y se hablaba de la seguridad en las calles.
Hay menos seguridad en las calles, de eso no hay duda, también más pobreza y marginación, aunque algunos lo duden.
El ex presidente Batlle reconoce abiertamente que conocía los delitos que se estaban cometiendo en el asunto de los despachantes de aduana, Gonzalo Fernández, otra vez, defendiendo profesionalmente a los coimeros, siete funcionarios son removidos de sus lugares de trabajo por posibles infiltraciones,en este asunto, sin contar los que fueron presos por los casinos y otros tantos delitos, coimas, etc que se han cometido durante los años de gobierno progresista.
Para ellos, nadie pide cárcel? Ni más seguridad en los asuntos de Estado?
Se habla de modernizar la policía, los organismos de la seguridad pública es una tarea pendiente no de esta administración, sino de las anteriores, lo mismo debe decirse de lo social económico. Hay que preocuparse por ofrecer mejores condiciones de vida a los policías, pagándoles salarios que sastifagan sus necesidades y las de sus familias.
Del mismo modo, para los civiles, creando nuevas fuentes de trabajo,la canasta mínima, mejorando la educación, el mantenimiento de escuelas, la salud, etc.
Pero, la policía no puede convertirse en un ejército, ni el ejército debe tomar las tareas policiales.
Cuando un gobierno, que se aprecia de democrático, para controlar el narcotráfico, la delincuencia, la inseguridad ciudadana quiere recurrir a la eliminación de las garantías individuales constitucionales, mantener las reformas constitucionales del tiempo de la dictadura, sin ningún rubor ni sonrojo de un solo tajo y con actitud prepotente, debe que aceptar de facto a movido a tres millones de uruguayos hacia el umbral de un regimen totalitario y bicéfalo.
El gobierno ha hecho suyo el estilo de gobernar desde la penumbra, en mesa redonda de unos pocos.
Mientras la cuestión se centre en la inseguridad y no entre a considerar las variables internas, desigualdad, pobreza, pasta base, desocupación, bajos salarios, falta de vivienda, etc no estará en condiciones de articualar los instrumentos adecuados para comprender y enfrentar con éxito el problema.
Pero no es justificado ni prioritario el retorno de los militares, que parecer ser, que parte del pueblo uruguayo ha olvidado y creíamos habíamos sepultado.
Lo increíble, que esto salga de un gobierno de "izquierda", como lo titulo la ministra, cuando en realidad impugna un modelo político oligárquico, la impunidad y su casta de privilegiados, así como la pobreza extrema, la extrangerización de la tierra, los cinturones de pobreza en anillos promiscuos y sin esperanzas en las urbes.
Lo que realmente va escondido, no es la inseguridad de los ciudadanos, es el cumplimiento de las ordenes de Washington.
Y bien sabemos que el gobieno cumple, las palabras del embajador yanki son nuestro último más reciente testigo.
No es solamente el gobierno del dr. Tabaré Vázquez. Lo vemos en el Brasil de Lula, otro progresista, y en los morros de Río de Janeiro, que primero matan luego preguntan.
El ministro de seguridad bonaerense, Stornelli está impulsando la creación de brigadas de patrullajes con polícias retirados en cada municipio, (retirados, es decir, los mismo que actuaron impunemente durante la dictadura).
Sin olvidar Chile, las represiones, encarcelamientos del Pueblo Mapuche, represión a los estudiantes, por nombrar algunos.
El gobierno progresista ya reprimió, y el título de sedicioso, lo conserva para aquellos que en otro momento se les ocurriera salir a protestar, por falta de ingresos, por alimentación, por lo que sea.
Para dicha tarea, se están preparando, sean ellos los que gobiernen o no en el futuro.
Jorge Batlle, dijo que todos son corruptos. Tiene razón, mientras se defienda el neoliberalismo hay corrupción. Mientras se apoye a gobiernos neoliberales, no habrá justicia y seremos complices de una política que lleva a la enajenación, al hambre y la muerte.
Más que nada, creo que reina una gran confusión en la gente.
Eso de que todos los políticos son iguales, me recuerda una película de Buñel, Tristana.
Buñuel, que cuando filmó esta película estaba totalmente sumergido en la corriente del subrealismo, como se podría decir que este gobierno progresista nos ha sumergiodo, de la esperanza a la desesperanza.
Galdós, ambienta su novela (Tristana) en el Madrid del siglo XIX, queriendo hacer una fotografía de la realidad que le envuelve.
Tristana, huérfana y obligada a servir a Don Lope el señor burgués.
Tristana representaria para mi ,al pueblo. Don Lope, no necesita explicación.
Otro personaje es Saturno, el sirviente sordo-mudo, que bien puede representar todos los actores del gobierno, ni oyen ni hablan, sirven.
Horacio, que representa el amor, el ideal.
Quizás no tanto, pero Horacio, representaría aquella esperanza de cambios depositados en el Frente Amplio.
Se llega al tiempo de la amputación de una pierna de Tristana que marca desde ahí su sumisión y su obediencia total a Don Lope, resignación sería la mejor palabra.
La amputación de la esperanza, en nuestro caso, de lo que hubiera podido ser y ya no será.
Tristana asume que ya no tiene posibilidades de elegir.
Si no gana el FA, en las próximas......
Que es el mensaje, del Frente Amplio.
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