La corrupción que corroe a nuestras sociedades está estrechamente vínculada a una visión del mundo en la que el dinero y la ostentación se han convertid en la seña de identidad fundamental de una cultura del éxito. Éxito que se cifra, precisamente, en conseguir un elevado estatus y, con él, un alto nivel de vida. De este modo, solo se considera una vida exitosa aquella que viene acompañada por el poder, la presencia social, la influencia, la riqueza. Aquel que se sienta felíz por desarrollar dignamente su labor, por esforzarse en aquello que le hace sentirse realizado, será considerado un pobre diablo si no va acompñado de mucho dinero.
.Estos días ha sido noticia la muerte de dos grandes empresarios españoles, Emilio Botín, presidente del Banco Santander e Isodoro Álvarez, de El Corte Inglés. Desde una óptica empresarial, no cabe ninguna duda de que estamos ante dos triunfadores que han hecho suya esa cultur del éxito, llevándola hasta el extremo. Los dos han sido creadores de dos grandes empresas de amplísimo capital y que emplen a miles de peronas dentro y fuera de España.
Enjuiciados desde la ética que se desprende de la cultura del éxito que domina en nuestras sociedades capitalists, ambos empresarios se convierten en paradigma de un modo de actuar. Un modo de actuar en el que solo cuentan los resultados.
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.http://ssociologos.com/2014/10/10/donde-queda-la-etica/
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