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jueves, 8 de abril de 2010

El secreto de sus piojos - Alfredo Grande


"- Disculpame, querido León. Pero no todo
está clavado en la memoria"
(aforsimo implicado)"


La cartera de Educación porteña censuró materiales pedagógicos del Bicentenario por su “tendencia ideológica”. Hay libros que el ministro no deja leer en el aula. “Como ministro no puedo permitir que se publiquen materiales con alguna tendencia ideológica”, argumentó Esteban Bullrich.“Creo que ningún jefe de Gobierno, ni ministro, ni director de Area debe definir o influir en que los docentes y alumnos utilizen (sic) material con una tendencia ideológica, sea ésta de izquierda, derecha o ‘centro’”.

“Esteban Bullrich, el sucesor de Abel Parentini Posse en la cartera educativa porteña, sinceró con este argumento la decisión de ‘no publicar’ los materiales sobre el Bicentenario, elaborados por especialistas de la Dirección de Currícula, aunque sí, en cambio, colgarlos en su página web personal (www.estebanbullrich.com). Cinco pedidos de informes en la Legislatura reclamando explicaciones, la publicación impresa del trabajo realizado durante 18 meses por los docentes, más un dictamen en el mismo sentido de la Defensoría del Pueblo, una marcha, dos grupos en Facebook de repudio a la ‘censura ideológica’ y una rueda de prensa convocada para el viernes en la Legislatura, muestran que la solución on line del licenciado en sistemas está lejos de conformar a las partes.
(Nora Veiras, Página/12)


(APe).- Luis Landriscina contaba un cuento. Un señor se levanta por la mañana y se da cuenta que le quedan 5 pelos. "Me peino dos para la izquierda, dos para la derecha y uno al medio". Al dia siguiente, sólo encuentra 4. “Bueno, dos para un lado, dos para el otro".. Un día más y sólo quedan tres: “Uno para la izquierda, otro para la derecha y el del centro. atrás”. Cuando sólo quedan dos, resuelve: “una para este costado, uno para el otro”. Finalmente, al día siguiente se encuentra con un solo pelo. "¡Ma sí, hoy no me peino!". Cuando no quedan pelos, se nota. Cuando no quedan ideas, se nota menos. Suponer que en la educación puede haber ideas que no impliquen tendencias, mas aún, que no impliquen firmes posicionamientos ideológicos, es haberse quedado pelado de neuronas.

El Bicentenario, para el señor ministro del imposible, al decir del poeta Mario Benedetti, son sólo doscientos años. Habría que preguntarle: “doscientos años… ¿de que?”. Sin tendencia ideológica alguna, apenas podríamos balbucear que el pueblo “quería saber de qué se trataba”, que “French y Berutti tenían el franchising de las escarapelas”, que “llovía, pero, como de costumbre, siempre que llovió, paró”, que “el obispo Lué era un alcahuete de Fernando” (no, en realidad, esto es un poco tendencioso),bueno, que hay gente que viene, que hay que gente que va, como en la casa de Irene. Recordar, conmemorar, evocar, convocar al primer gobierno criollo sin tendencias, apenas permitiría con el rostro grotesco de Stella y Amore, los compradores compulsivos de la tele, decir: “la junta de Mayo financia mejor. Qué grande questa targeta”.

El señor ministro del imposible ha regresado a las épocas del pensamiento único, pero lo ha mejorado. Ha demostrado tener un único pensamiento. A los demás pensamientos se los llevó el peine de la historia. Y el único pensamiento es que el Bicentenario sea tan descafeinado como nuestro himno nacional, amputado, castrado, emasculado justamente para el Centenario. Porque para que las tendencias ideológicas de los criollos no se notaran demasiado y Infanta no se acalorara, se consideró que, por ejemplo, “escupió su pestífera hiel”, era un texto demasiado directo. Por eso tenemos un himno que, en la actualidad, hasta sirve como cortina musical de un aviso de la banca solidaria.

Seguramente, el ministro del imposible cantará sin preguntarse cuál es la tendencia ideológica del himno censurado. Pues bien: es simplemente acallar las voces de los rebeldes de la Historia, para que todo sea más parecido a un partido de bridge o de tute, que a una lucha sin cuartel de un pueblo en armas contra un ejército invasor. Es más grave que censurar. Al menos Tato, aquel voyeur, no ocultaba que cortaba las películas de acuerdo con sus obscenas tendencias ideológicas y eróticas. Cuando en la década del ‘40 se censuraron las letras de algunos tangos, todos recordaban que “en mi pobre vida paria” tenía poco que ver con “en mi existencia azarosa”.

La censura prohíbe lo censurado, pero no puede eliminarlo. La censura no es neutral, ni pretende serlo. El censor es un cerdo que tiene bien claro en qué chiquero le dan de comer. Pero este ministro del imposible aspira a que ninguna tendencia “no de izquierda, ni de derecha, ni de centro” manche el recuerdo inodoro, incoloro e insípido del Bicentenario. No es poca cosa señalar que este ministro no está en condiciones mentales de conmemorar el Bicentenario, porque no puede tolerar tendencias.

Pobres los historiadores revisionistas de la historia “no tendenciosa” de Mitre. ¿O será una de las tantas zonceras que Jauretche no pudo incluir en su libro? Sin embargo, a pesar del grotesco educativo que propone, el tema es grave, muy grave. Tan grave porque de un plumazo, es decir, de un bromazo, sepulta décadas de educación popular, de bachilleratos populares, de experiencias autogestionarias en Educación.

La crítica a la educación formal, sarmientina (con el perdón de las notebooks, que son muy necesarias)ha señalado con justicia que hay educación para el sometimiento o hay educación para la libertad. Y que, en todo caso, quizá sea cierto que el saber es poder, pero no será en los espacios que la cultura represora habilita donde ese poder pueda ser ejercido.

El ministro del imposible pretende una educación que no eduque. Porque educar no es instruir. No es una catequesis laica. No es escuchar comunicados de las fuerzas conjuntas. Educar al soberano es poder disputar la hegemonía de sentidos que los enemigos decantaron durante décadas en la conciencia de los pueblos. Supongo que este ministro del imposible estará de acuerdo en que hubo una Campaña del Desierto, y que eso no tiene que ver con ninguna tendencia ideológica. Pues bien: lo que hubo no fue una campaña, sino una expedición de exterminio; y no fue del desierto, sino al desierto; y además, el desierto no estaba desierto. Pero este ministro contento hubiera ido en ancas de Roca, ya que cuando se habla de tendencias ideológicas, políticas, siempre es para descalificar los intentos de subvertir la historia oficial.

Haga memoria, ministro del imposible: ¿Qué pensó cuando escuchó la noticia que Mónica Cahen D’Anvers dijo en Telenoche que “dos piqueteros fueron muertos en una pelea entre diferentes grupos”? Maximiliano y Darío fueron rescatados por el fotógrafo que no ocultó las pruebas de otra infamia. Pero Mónica, aséptica, no expresaba ninguna tendencia. Apenas una de las tantas historias oficiales.

Señor ministro del imposible: ¿gritó usted los goles del mundial del horror? Seamos democráticamente sinceros, señor ministro. Publique sus propias tendencias ideológicas sobre el Bicentenario. Tómelo como un desafío. Recoja el guante. Quiero leer lo que usted piensa del tema convocante. Después de todo, habrá que esperar 100 años para el Tricentenario y ni usted ni yo estaremos.

Pero ahora sí, quiero que me enseñe cómo se escribe un material pedagógico sin tendencias ideológicas. Usted debe saberlo. No será de los que predica sin dar el ejemplo. Seguro que este texto le va a llegar y, como dicen en el barrio, sabe donde encontrarme. Esto es lo hermoso de la democracia, a pesar de que no siempre cura, de que muchas veces no permite comer y de que, por lo que veo de su gestión, casi nunca educa. No obstante, es democracia, y yo ejerzo mi derecho de pedirle las pruebas de aquello que pretende.

Mientras espero su texto sin tendencias, le adelantaré cuál es la mía: “Con los pobres de la tierra / quiero yo mi suerte echar. / El arroyo de la sierra / me complace mas que el mar”. Es de José Martí, que tenía fuertes tendencias ideològicas. Y se lo dedico a Carlos Fuentealba, que fue asesinado por aquellos que, como usted, no aceptan que las ideologías se expresen, aunque apenas sea, en las tendencias, para conmemorar un Bicentenario de los Pueblos.

jueves, 31 de diciembre de 2009

Argentina: La indiscreta obscenidad de la burguesía


Jueves, 31 Diciembre 2009
Por Alfredo Grande
"al que madruga dios lo ayuda, pero tiene que ser de clase media alta"
(aforismo implicado)

“Cristina, súper optimista con la economía
Lo peor de la crisis pasó y lo mejor está por venir”
En el día en que el INDEC reconoció la recesión económica, la presidenta, Cristina Fernández, aseguró que la Argentina “pasó airosamente” la crisis internacional. Y agregó que eso “no fue producto de la casualidad, sino de mucha gestión y mucha administración”.
En un acto en el microcine del Ministerio de Economía, la mandataria aseveró que “lo peor de la crisis ya pasó”. La Presidenta recordó los planes oficiales de incentivo al consumo lanzados a principio de año y dijo que “había convertido a la residencia de Olivos en un compre ya, porque vendía autos, bicicletas y lavarropas”. Además agregó que “mucha gente se reía, pero no se daban cuenta de que de un día para otro se había caído brutalmente el consumo y había que generar actitudes” para reactivarlo.
“Como dicen los que saben, lo peor de la crisis ya pasó y lo mejor está por venir”, dijo esperanzada la Presidenta. Agregó que 2010 será un buen año.
(Diario Crítica de la Argentina 19-12-09)

Pobreza. Creció 55% la cantidad de casas en las villas inestables
En los 80 había 35 mil personas viviendo en villas y en 2007 sumaban 55 mil, indica un estudio de la UNCuyo. Y en los dos últimos años continúa incrementándose.
seguir: http://www.pelotadetrapo.org.ar/


Agencia de Noticias de Niñez y Juventud Pelota de Trapo (APE) /
albmor@pelotadetrapo.org.ar

jueves, 24 de septiembre de 2009

Argentina: No te lo podés perder Alfredo Grande

Igual que la Campaña del Desierto

En una isla del Delta, la empresa Colony Park expulsa a sus antiguos pobladores.
Emulando la lógica colonizadora del general Julio Roca, un consorcio abre un barrio privado a precio vil. Carece de habilitación y tiene procesos en la justicia civil y en la penal federal.
Algunas de las casi 700 hectáreas de la Isla de Marzi eran, hasta hace un año, el suelo que sostiene el hogar de alrededor de 60 personas que, a tan solo mil metros de los barrios náuticos más exclusivos de la zona Norte del conurbano, sobreviven de la siembra, cosecha y venta de madera; de la venta de juncos y abono para la tierra; y de la pesca.
Sus ranchos, construidos con troncos, chapas y alambre, fueron destruidos y hasta algunos prendidos fuego. “Los del Colony Park arrasaron con todo. Hay ranchos que les echaron dos metros de tierra arriba”, relató Roberto Galloro, uno de los damnificados. Colony Park Isla Privada es un emprendimiento inmobiliario de construcción de un barrio cerrado en esa isla de la 1º sección del Bajo Delta argentino y, si bien hay dos órdenes de suspensión de obra y un juicio penal en la Justicia Federal que recayeron sobre la empresa en los últimos meses, las construcciones iniciadas en septiembre de 2008 no cesan.
Ninguna de las personas despojadas de sus hogares o amenazadas de serlo cuenta con título de propiedad. No así Colony Park, que pagó 30 mil pesos por 360 hectáreas de la isla a la compañía uruguaya Better S.A., en septiembre de 1999. Hoy, cada lote del barrio privado, de media hectárea, vale 200 mil dólares. Sin embargo, los vecinos “son poseedores para la ley argentina” del espacio donde viven o vivían según sea el caso, explicó Ferreccio a Página/12. Porque llevaron a cabo lo que se llama “posesión veinteañal”, es decir “la posesión por más de 20 años del lugar en forma pública, pacífica e ininterrumpida”.
Las pruebas serán aportadas en el marco de la causa por “falsedad ideológica” en la que se exige que “se declare nula a la Escritura Pública Nº 300”, donde figura la transacción entre Better S.A. y Colony Park S.A. “Existe falsedad ideológica porque son los isleños los que tienen la posesión”. (Diario Página/12 14/09/09)

(APe).- El terrorismo de Estado no es necesariamente, una dictadura cívico militar. Puede serlo, lo ha sido, quizá nunca vuelva a serlo. Pero hace tiempo que pienso que el “nunca más” tiene más que ver con las formas que con los contenidos. O sea: nunca más a que militares fascistas, con la complicidad de civiles fascistas, asalten el aparato del Estado. El Mercado, el Gran Capital, al cual hace tiempo que no solamente no se lo combate, sino que por el contrario, se lo vuelve a llamar, y con seguridad va a volver sin la frente marchita a la casita de los viejos necios, exige más sofisticación. No pretendo hacer una crítica a la banalidad de la democracia. Prefiero directamente hacer un reproche. Como Pablo Neruda, pido castigo.
Ese castigo, ese escarmiento que hace tanto tiempo estamos esperando que truene, y cuando parecía que llegaba, el trueno y el rayo del 2001, entre las hojas apareció el que fuera popularizado como “el pingüino”. Y a esperar otra vez, sin truenos ni rayos y mucho menos escarmiento.

La Colony Park, sin eufemismos, sin la jactancia de ningún intelectual, como diría el mentor cara pintada del Ñato, aquel que vendió la Estancia MODIN al cabezón por treinta dineros (1), actualiza el terrorismo de estado, el mismo del cual el genocida Roca se ufanaba mientras afanaba tierras y más tierras. Todas desiertas. Porque el Terrorismo de Estado, como la eutanasia, puede ser activo o pasivo. Las dictaduras cívico militares lo ejercieron con brutal actividad, a la que denominaron Proceso de Reorganización Nacional.

Su continuidad actual se denomina “Va a estar bueno Buenos Aires”. Para el gobierno de la reina del plata, jugar limpio se parece demasiado a una limpieza étnica. Lo que se denomina Estado de Derecho, apenas ha logrado que los derechos sean apenas un estado, una estadía, una mera expresión de deseos, una cierta forma de expresarse, apenas un gesto, o quizá solamente un mohín. Si para muestra basta un botón, van dos: el hambre y la trata. Colony Park sería el tercer botón, pero si buscamos, encontramos demasiados. Tampoco acepto el remanido discurso del Estado Ausente. El Boletín Oficial es lo menos parecido a una necrológica. Hay una febril actividad de resoluciones, decretos, necesidades y urgencias que desmienten el tránsito lento de los intestinos de la democracia. Colony Park debe ser heredera de los bienes aprendidos en el Jurassik Park, pero en este caso haciendo una “joint venture” con el Tiranosauro Rex. El nombre de la bestia es Better S.A., que por suerte es Better aunque por su accionar podría ser Beast, o incluso Better Beast, porque como bestia es una de las mejores. Sin importarle demasiado que aparezca una Bella que lo transforme, vende por 30.000 pesos las 360 hectáreas. Una bestia para los negocios, que luego la Colony Park convierte en una mina de oro a barrio cerrado, variante de la minería a cielo abierto de otra bestia, la Barrik Gold. Los Ranchos contra Los Countries. Lucha de clases tan desigual, que sólo cabe esperar el exterminio de pobladores, conquistados y pacificados por la espalda, como contara Mario Benedetti. Curiosamente, son propietarios veinteañales, o sea, la tierra no es solamente del que la trabaja, sino también del que la habita, la mira, la acaricia. La tierra no es para pisarla, sino para bailar sobre ella. Pero Colony Park no cree en lágrimas, ni en gritos, ni en familias que se protegen para seguir viviendo. El Estado Ausente tiene en su perversa omisión, que en realidad es una perversa afirmación y elección por el más fuerte, por lo menos la misma responsabilidad que el Tiranosauro. En realidad, es coparticipe necesario para que, mientras nos ocupamos del monopolio de los medios, el medio sea destruido. La tala de bosques, glaciares derretidos, contaminación de tierras y de napas, son también crímenes de lesa humanidad. Una mirada desde el google earth mostrará una tierra visitada por imitadores de Atila, al frente de los “unos” que vinieron “unas” cuantas veces. Arrasan con todo. La relación costo-beneficio-rentabilidad es la nueva sagrada trinidad.
Trino capitalista, tres en uno. Por eso siempre digo que mientras el neoliberalismo llora, el capitalismo ríe. Por más serio que sea, no puede dejar de reírse porque el camuflaje democrático permite que el tiranosauro sanguinario parezca un inocente colibrí. El cambio ecológico, como sucede en la física quántica, es irreversible. No hay retroceso, ni las partes rotas del ecosistema pueden recuperarse. Madres que le dan de beber a sus hijos agua con gasoil, quizá no entiendan que terminó la dictadura y que sus hijos podrán ver fútbol gratis, al menos antes de quedarse ciegos. La santísima trinidad capitalista considera, con justicia plena, nichos de mercado a las oportunidades de maximizar ganancias. Nichos y tumbas del mercado, el cementerio globalizado. En última instancia, Colony Park se constituye en un analizador privilegiado de la esencia del sistema predador. La Macro Legalidad de la Democracia encubre y garantiza la Micro Ilegalidad de la Economía. El Estado de Derecho Burgués es una formidable pantalla similar al Cinerama de la década del sesenta. Una intelectualización, una cosmovisión delirante, una hipnosis de masas, con la cual los capitalistas encuentran algo así como un enorme
Parque Jurásico sin ningún tipo de control. Por ejemplo: la renta financiera no tributa.
Los privilegios jubilatorios son equivalentes a títulos de nobleza. La “falsedad ideológica” excede el marco de la propiedad de las tierras. De hecho, nadie se presenta como “desterrado”, aunque en realidad hemos sido despojados de las tierras que por derecho ciudadano nos pertenece.
El significante “desocupado” todavía tiene algún sentido, pero es posible que en una generación más también lo pierda. Aunque los pobladores del Delta hubieran estado menos de 20 años, o más de 200, la falsedad, la estafa, el engaño colosal tiene que ver con cuál es el sentido de la historia que avalamos. Qué tipo de humanidad queremos construir, qué tipo de humanidad queremos destruir. La Colony Park es apenas un absceso, pero nos habla de la septicemia política. Tanto preocuparse de la gripe A, y se filtra la maffia de los medicamentos.
En el marco de la cultura represora, el remedio siempre es peor que la enfermedad. Y desde ya, a los sufridos pobladores del Delta no les llegarán los beneficios de ningún tratado internacional. Alguna vez pensé que la política internacional más progresista puede encubrir la política nacional más reaccionaria. Quizá la solución sea que la seguridad social le pague a todos los beneficiarios unos días en un spa. Y a los pobladores arrasados unos días más, después de todo el estado insiste en ser benefactor, para que reciban en mejor estado la gracia trinitaria del exterminio. La Democracy Park tiene cuerda de ahorque para rato.

1)Para los que no están familiarizados con la vernácula argentina, me refiero al Coronel Mohamed Seineldín, actualmente en retiro absolutamente efectivo, y a su discípulo Aldo Rico, un héroe de Malvinas para el “padre de la democracia”, el Presidente de las casas que están en orden, el Dr. Raúl Alfonsín. Que rima con Modín, pero es una casualidad. El “cabezón” es una forma tierna de referirse al ex presidente de semi facto Eduardo Duhalde.

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