viernes, 17 de octubre de 2014

Síndrome del esclavo satisfecho

. La trampa mental del esclavo culto                                                            
Planteando un absurdo con cierta ironía, diríamos que lo peor que le  podría pasar a un esclavo es sentirse sastifecho con la vida que está viviendo y con el trato que le ofrecen. Este tipo de satisfacción paradójica, que en la cultura actual es propia del neurótico adaptado, no piensa ni prevé el futuro y reduce la vida a la satisfacción inmediata de lo cotidiano. Esto constituye una verdadera trama mental, ya que incrementa cada vez más la aceptación resignad de una condición inadvertida de esclavo. Lo que define a un esclabo no son sus cadenas físicas ni la imposibilidad de moverse de un lugar a otro sin previa autorización. Exagerando más, tampoco los latigazos pasarían a constituir el componente má importante de la condición de esclavo.           El problema de un latigazo no es el golpe doloroso que proviene del exterior, sino la predisposición interna a recibirlos y a naturalizar la acción física de un poderoso sobre él. Por eso el problema del esclavo no radica en formas situacionales en que pasa cada hora del día en términos de matrato, sino en una matriz de pensamiento que le impide cuestionar su estado de sumisión. Esto lo conduce a aceptar las condiciones en que vive con pasividad resignada y sin iniciativa para cambiar su estado. Peo si a ello se agrega un estado de satisfacción por el bienestar aparente que le ofrecen, nuestro esclavo está condenado de por vida. Él mismo decidió engrillarse mentalmente.


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   http://periodismo-alternativo.com/2014/10/17/sindrome-del-esclavo-satisfecho/                                                                                                           

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