Por Miguel Lamas
China, la llamada "fabrica del mundo", también sufre las consecuencias de la crisis capitalista, pese a que sigue teniendo un gran crecimiento económico. Las multinacionales intentan mantener los salarios de hambre y despiden trabajadores.
Desde que la dictadura del Partido Comunista restauró el capitalismo en China se instalaron centenares de grandes multinacionales, hubo un gran crecimiento económico y decenas de millones de obreros comenzaron a trabajar como “mano de obra barata” para esas multinacionales. China se convirtió en la “fábrica del mundo” y casi no hay nadie en nuestro país y en el resto del mundo, que no consuma algún producto fabricado en China
Los defensores de la dictadura capitalista del PC Chino
Desde los grandes empresarios multinacionales hasta supuestos izquierdistas, incluyendo a Fidel Casto y Chávez, defienden a la dictadura capitalista china con el argumento del “progreso” y el “crecimiento”. Sin embargo el desarrollo del dominio capitalista comenzó a liquidar las conquistas sociales de la revolución de 1949, como la salud y educación gratuitas, las tierras comunales. Los nuevos obreros carecen de casi todos los derechos, con jornadas de trabajo de 12 horas, salarios de menos de 100 dólares al mes, sin derecho de sindicalización o huelga. La única central sindical permitida es oficial y actúa a favor de las multinacionales.
Además de la explotación a sus trabajadores y destrucción de la economía campesina, China sufre la mayor contaminación del mundo.
Los que se benefician del crecimiento no son precisamente los trabajadores y el pueblo chino, sino una minoría que se enriqueció y las transnacionales yanquis, europeas y japonesas. China sigue siendo un país sometido a la explotación multinacional.
Los trabajadores se rebelan
Desde hace unos años los trabajadores y sectores populares comenzaron a luchar por sus derechos sociales, el salario y contra la contaminación. Los trabajadores jóvenes protagonizaron grandes huelgas y comenzaron a arrancar aumentos salariales y conquistaron de hecho organizaciones sindicales de base que son las que organizan las huelgas. El año pasado la ola de huelgas fue tan grande que arrancó un aumento salarial general del 30% promedio (con variación de provincias).
Ahora las exportaciones comenzaron a bajar por la crisis mundial. En respuesta las multinacionales despiden trabajadores o están tratando en muchos casos de mudar sus fábricas a zonas de China o de Asia con salarios aún más bajos.
La provincia de Cantón ha sufrido una caída de sus exportaciones de un nueve por ciento. En el conflicto de la empresa taiwanesa de zapatos Pou Chen, que tiene entre sus clientes a Nike y Adidas, unos siete mil trabajadores salieron a las calles de Dongguan para exigir que la compañía no continúe con la transferencia de su producción al interior de China y a Vietnam, de menores costos laborales. También hubo manifestaciones contra Apple, IBM y otras grandes compañías. La crisis no sólo se nota en el sector fabril. En la histórica Nanjing los recolectores de basura fueron el 16 de noviembre dos días a la huelga en protesta por el salario (dos mil yuanes) y las demoras en implementar un acuerdo laboral previo.
El 2 de diciembre último miles de trabajadores manifestaron frente Hi-P, una empresa tecnológica ubicada en los suburbios de Shangai, contra la decisión de la firma de trasladar la planta a otra provincia, despidiendo previamente a 1.000 empleados . La policía intervino y se generaron enfrentamientos que terminaron con detenidos y varios heridos. En Hi-P se fabrican piezas para productos de Apple, Blackberry y Motorota.
La ola de manifestaciones y huelgas de obreros y trabajadores chinos también comprende, entre otros, a las sucursales de la cadena de supermercados inglesa Tesco. En Jinhua, provincia oriental de Zhejiang, cientos de empleados salieron ayer a la calle para protestar contra los recortes de personal que decidió la dirección de la firma. Los empleados bloquearon el ingreso a los centros comerciales y gritaron contra la empresa, mostrando carteles donde piden el respeto a sus derechos.
Importancia mundial
El despertar de la clase trabajadora china tiene importancia para los trabajadores y oprimidos de todo el mundo. Es la clase obrera más grande del mundo, con 100 millones de obreros trabajando en las grandes multinacionales. Su organización parece avanzar a paso firme, año a año, e indudablemente tiene la potencialidad de luchar por una nueva revolución china que liquide a la dictadura capitalista iniciando una nueva revolución obrera y campesina en China y dando un golpe tremendo al capitalismo mundial.
Llamamos a la solidaridad permanente con la lucha de los trabajadores chinos por sus plenos derechos sociales, sindicales y políticos.
Fuente: El Socialista-Izquierda Socialista- Argentina)
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