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martes, 24 de agosto de 2010

Gonzalo Abella: Las redes de la resistencia, base de la Liga de los Pueblos Libres

El historiador uruguayo Gonzlo Abella disertó en la escuela "Mendoza" de ;María Grande sobre las bases de la Liga de los pueblos Libres, impulsaa por José Artigas, de la que formó parte Entre Ríos, y sobre las "redes de resistencia" de los pueblos originarios y esclavizados de América que tuvieron influencia decisiva en ella. Abella se refirió al “sincretismo” de creencias en los pueblos de Nuestra América, como llama José Martí a todo el territorio al sur de los Estados Unidos.

Consideró el sincretismo un fenómeno muy complejo de agregado y decantación a través del tiempo, y no solo de imposición por los conquistadores de su fe, el catolicismo.
Admitió como correcto que con la espada de los conquistadores vino la cruz de los religiosos, como política imperial de reyes “que de fe no tenían nada”, en alusión a Fernando e Isabel, los “reyes católicos”.

Para Abella los reyes sólo sabían que si conseguían uniformidad de creencias iban a dominar con más facilidad, en la diversidad de creencias el dominio se les haría más difícil.

ESE ES DE LOS MÍOS

Cuando a un indígena se le decía que un hombre divino había dicho que antes entraría un camello por el ojo de una aguja que un rico en el reino de los cielos, y que ese hombre había optado por los pobres y que por eso el poder de su época lo había matado, el indígena no dudaba: “ése es uno de los míos”.

Y tampoco tenía problemas en sumarlo -como se diría en las religiones politeístas- a su panteón. No tenía necesidad de optar ni de excluir a una deidad cuando admitía otra. Solamente se beneficiaba con otra energía. Porque era claro que un hombre como ese (Jesús), al que tantas personas veneraban, que recibía tantos rezos, que era depositario de la energía de tanta gente, habría llegado por esa vía a disponer de mucha energía.

Entonces lo sumaba a sus creencias al mismo título que las otras, sin convertirse por eso en un “cristiano” como pretendían los curas.

LA COMPAÑÍA EN AMÉRICA

Abella hizo una clara diferenciación entre los jesuitas y los demás miembros del clero católico, al menos en su actuación en Nuestra América, en particular en las Misiones. Ignacio de Loyola era un guerrero herido que canalizó sus dotes hacia la religión. No fundó una orden sino una “compañía”, la Compañía de Jesús.

En Europa su actuación fue contra los protestantes y por la contrarreforma. Pero para actuar en América, Iñaki Loyola reclutó jóvenes españoles, flamencos, alemanes, franceses que vinieron a un mundo desconocido que los iba a influir notablemente.

Jóvenes, con relativamente poca experiencia, se encontraron a diferencia de Europa en medio de un mundo de creencias animistas que al principio rechazaron; luego vieron que sin ellas era imposible progresar en la evangelización y finalmente las modificaron, las adaptaron y en alguna medida las aceptaron.

Porque empezaron a ver que había así como un fondo común con sus propias creencias y porque estaban aislados y muy lejos del Vaticano, que de otro modo hubiera intervenido rápidamente para “corregir” las desviaciones.

Los jesuitas organizaron a los indios de modo que pudieron resistir por ejemplo a los “bandeirantes”, traficantes brasileños de esclavos, e hicieron cosas notables, como formar orquestas de músicos americanos con instrumentos de fabricación americana que estrenaron en las Misiones algunas obras de Joseph Haydn antes que en Alemania.

Esta organización indígena, la resistencia que probadamente podían ofrecer a los traficantes, el obstáculo que era para las formas de convivencia e intercambio capitalista pronto fueron vistas como obstáculos que era preciso disipar.

Por eso el Papa recibió en el Vaticano la sugerencia de sacar a los jesuitas de América y reemplazarlos con otra orden. Cuando los jesuitas abandonaron sus Misiones, los indios continuaron la vida a que ellos los habían acostumbrado. Ellos mismos daban misa, ya sin cura, ellos cumplían las tareas comunitarias y sobre todo, formaban redes entre organizaciones similares que fueron esenciales para la resistencia contra la opresión que venía de las ciudades.

LA RESISTENCIA SUBTERRÁNEA

Dijo Abella que desde Pernambuco hasta Buenos Aires había redes clandestinas de esclavos fugados, que se disimulaban como cofradías religiosas, a veces con nombres de santos apócrifos, como San Baltazar, que en el evangelio no es un santo, sino un rey mago. En realidad el evangelio no nombra a los reyes. Estas redes tenían contactos que les permitían estar en relación unas con otras.

Hizo un aparte para referirse a Tupac Amaru, Condorcamqui. No quería la independencia ni se oponía frontalmente a los españoles. Solo quería terminar con la esclavitud de los indios, “que el patrón no coma más de mi pobreza”. Fue descuartizado, mataron a Micaela su mujer y le arrancaron la lengua a su hijo en la plaza de Cuzco.

El nombre de Micaela fue estandarte luego porque muchas mujeres lo llevaron en su memoria, entre ella la charrúa Micaela Guyunusa, vendida a Francia por el primer presidente del Uruguay, que pidió más precio porque estaba embarazada y nacería un charrúa en París.

Notablemente, 300 años antes, en el mismo lugar del suplicio de Tupac Amaru, Pizarro le había pedido al Inca que le mostrara los sabios que tenía presos en esa ciudad (antes del imperio Inca habían estado libres en Machu Pichu). Cuando los tuvo frente a sí, mandó fusilarlos a todos. Pizarro era analfabeto, pero sabía dónde había un peligro para sus intereses.

Abella hizo una referencia a los amautas, sabios de etnia aymara, no quechua, que ya desde el predominio inca tenían incluso prohibido hablar su idioma. Estos sabios disponían de un sistema lógico trivalente. Aristóteles formuló la lógica bivalente.

Hegel dio forma a la lógica “dialéctica” sobre bases diferentes, pero los sabios aymaras disponían de una lógica “multiléctica”, que en resumen tiene tres valores y no dos: uno o cero, pasa o no pasa, verdadero o falso, derivados de la lógica aristotélica. Esta lógica contiene además del “sí” y del “no”, un tercer término, puente o enlace entre ellos: “quizás” o “probable”. Abella dijo que actualmente hay en desarrollo computadoras en base a este sistema aymara y no al “0” o “1” de la lógica de Boole.

Se refirió al ritual del mate en los fogones. El ritual no era una mera costumbre alimentaria ni higiénica, era una comunión que recordaba la pertenencia a una red. El mate pasaba de una mano de bronce a una mano oscura y de la mano oscura a una mano blanca; él las unía a pesar de las diferencias de color.

Abella insistió en la diferencia entre los americanos que tenían sus ideales en Europa, los miembros de los cabildos, los que crearon las Juntas y los otros: Artigas, Hidalgo, Morelos, Andresito. Llamó la atención sobre el hecho de que Artigas se dirigió a Buenos Aires solo después del fracaso de Belgrano en su expedición al Norte, que esperaba porque conocía la distancia entre la organización misionera del Paraguay y las

JUNTAS DE LOS CABILDANTES

Las juntas tenían una lógica revolucionaria abstracta, Artigas no. Las redes populares de resistencia se vieron inducidas a apoyar a las Juntas contra la posible invasión europea. No les molestaba España, cuya decadencia era evidente, pero tras el desenlace de la guerra subsiguiente entre Inglaterra y Francia vendría una invasión a América por potencias que sí sabían y podían invadir. Ese fue el motivo del apoyo de las redes que se expresaron en la Liga a las juntas.

Contó Abella que un irlandés que vino dentro del servicio militar obligatorio con las invasiones inglesas, al ver que Artigas se oponía al interés de Buenos Aires y Montevideo, dijo con lógica aprendida en Irlanda durante siglos: Artigas (y Ramírez) son irlandeses, luego yo me voy con ellos. Eran irlandeses porque se oponían al poder central, para él de las ciudades como Londres.

Otro irlandés, Pedro Campbell, tuvo destacada actuación en Corrientes a favor de Artigas por las mismas razones, aunque en cierto momento le provocó un problema con Gaspar de Francia, el dictador del Paraguay. Artigas resolvió el problema tan favorablemente, que salvó su vida luego, cuando debió acudir a Francia para que le diera asilo. Francia le dijo: “que vengan todos los orientales que quieran, pero de a uno, porque acá mando yo”.

Francia deformó su apellido, que al parecer era portugués, cuando estaba en Europa y vio triunfar a Robespierre, en un sesgo revolucionario que le pareció muy interesante. Se volvió al Paraguay decidido a tomar el ejemplo del “incorruptible”. Dijo que su pueblo, en que la marca de los jesuitas era muy fuerte, se daría en el futuro la forma de administración que mejor le pareciera, “pero por ahora yo soy el dictador”.

ARTIGAS

Otro relato de Abella: cuando Artigas era muy viejo y estaba recluido en San Isidro, cerca del Mato Grosso, lo fue a visitar un anciano, con el que habló tres horas. El quincho de Artigas estaba vigilado por orden de Francia.

Cuando el viejo salió, el guardia lo apuntó con el trabuco, ya en la selva, y le exigió que le mostrara lo que llevaba dentro del bolso. Eran yerbas medicinales.

Luego habló con Artigas y le preguntó qué había hablado tres horas “con ese ignorante”. -”He aprendido mucho de él”, dijo Artigas, que anciano no dejaba de aprender y nunca despreció el saber del pueblo.

LA DENIGRACIÓN SEMÁNTICA

Los negros esclavos se escapaban a pesar de los trabucos y los perros de las fazendas y se instalaban en la selva, donde formaba comunidades inexpugnables, que causaban enorme ira en los esclavistas.

Esas comunidades, que se comunicaban unas con otras con sigilo y muchas precauciones, por ejemplo gracias a las lavanderas negras de extramuros, por ejemplo para liberar a más esclavos, se llamaban “quilombos”, que antes había sido el nombre de las jaulas en que se exponían los negros en los mercados de esclavos.

Pero como una evidencia más de su ira los esclavistas designaron a las fortalezas de las selvas con ese nombre, dándole el significado de “prostíbulo” con la idea: “Vaya a saber qué harán esos negros ahí”.

Esas fortalezas selváticas, la organización jesuítica recordada y preservada después de la expulsión de la compañía, el animismo reforzado con aportes de negros, europeos con creencias precristianas y reformado según pasaban los años porque los nietos negros ya no hablaban el lenguaje de sus abuelos ni los entendían plenamente, fueron la base de las redes de resistencia que luego tomaron forma política, contra la ilustración de las ciudades, para la que todo esto era letra muerta, en la Liga de los Pueblos Libres, igualdad para todos: negros, zambos, indios.

TRES GENOCIDIOS

Abella mencionó tres grandes genocidios de pueblos originarios de América. El primero, tremendo, perpetrado por los conquistadores (Se dice que la población indígena de México era de 25 millones de habitantes, pero solo de un millón un año después de la llegada de Hernán Cortés).

A ese genocidio, muy conocido, siguió otro menos conocido: el perpetrado por las nuevas repúblicas americanas después de la Independencia de España.

Las capas dirigentes e ilustradas de las ciudades veían un peligro en las redes de resistencia, sobre todo porque con naturalidad entendían que la tierra era de ellos y se la apropiaron y los pueblos que resistían tenían la tierra como su madre ancestral, provista de un valor religioso desconocido en las ciudades y peleaban por ella como pelean todavía, al menos en algunos lugares de América donde la cultura indígena de ha sostenido mejor.

El tercer genocidio, en marcha actualmente, es el de los agrotóxicos, que están consiguiendo exterminar lo que queda de los pueblos originales de América en medio de la atonía y la indiferencia a que el mundo moderno ha reducido a la masa de “consumidores” pasivos.

Abella consideró a Moreno un ilustrado de la ciudad; pero hizo notar algunas diferencias con el resto. Moreno conocía a los enciclopedistas franceses, los había traducido al castellano. En el caso de Rousseau “salvo donde el autor tuvo la desgracia de desvariar en materia de religión”.

Artigas solo leía en castellano, no tuvo acceso a esos libros en francés, pero leyó a los enciclopedistas en las traducciones de Mariano Moreno. Mientras Moreno proponía expropiar a los terratenientes españoles, Rivadavia permitió que sus sucesores se apoderen de todas las tierras.

DEL ANIMISMO A BLANCANIEVES

En cuanto al clero, la buena nueva evangélica se transformó en su antítesis: la inquisición con sus instrumentos de tortura y su persecución de herejes, cismáticos e infieles. Abella invitó a quienes puedan a visitar el museo de la inquisición en Lima donde se pueden ver los instrumentos de tortura aplicados a figuras de cera de tamaño natural.

Pero los americanos no renunciaron a la buena nueva. Envasaron en sus creencias propias las que les llegaban de afuera. Envasaron, por así decir, a la virgen en sus deidades propias, como antes la fe popular europea hizo algo parecido con Blancanieves, Caperucita y la Bella Durmiente.

Narró Abella el relato de un indígena que le decía a un fraile que él creía en la virginidad de María “porque la selva está llena de misterios”. Pero le preguntaba si era tan fea la madre de dios que después de su parto virginal no había tenido nunca novio.

El indio no entendía el valor de la virginidad como el fraile. Para él era meramente un déficit en la plena realización de la mujer, algo que la alejaba de la plenitud tal como la naturaleza se había encargado de preparar para ella.

Otro relato del sincretismo se refería a una vieja de la frontera uruguayo brasileña que hablaba “portuñol”. Era “médica” y curaba con tisanas y otros procedimientos.

Para conocer cuando estaba listo el té, decía que había que rezarle un padrenuestro y dos aves maría. Arbella le comentó que sus conocimientos venían de los charrúas, de los que ella se decía descendiente. Lo aceptó, pero se asombró cuando le hizo notar que los padrenuestros y las aves maría eran cristianos, no charrúas.

Dudó un momento y le dijo: “todos saben que con tres padrenuestros rezados sobre la olla el huevo ya se convierte en huevo duro”. Es decir, la duración ritual calculada de la oración, cristiana o no, era el tiempo de cocción del huevo. Y así para casi todas las actividades de la vida, siempre acompañadas de plegarias.

Volviendo a los jesuitas, contó Abella que un indio le dijo a un sacerdote, al regresar del seno de su tribu, donde había hablado con su gente de lo que le había dicho el cura: “No entendí nada de eso de que dios es uno y son tres, pero te oí tocar el violín y le dije a mi gente: “este hombre está cerca de dios”.

LAS ETAPAS DE LA PEDAGOGÍA

Abella arrancó su exposición hablando de pedagogía, considerando que su auditorio era mayormente de docentes. Explicó que el siglo XIX creó la escuela activa, es decir, con participación de los alumnos pero con un límite: el conocimiento del docente, que no se debía ni podía superar.

El siglo XX propuso otro paradigma: el ideal del docente no es transmitir lo que sabe sino ser superado por sus alumnos y convertirse él mismo en prescindible. Estos cambios respondieron a que tras la primera guerra mundial, que fue el fin de muchas ilusiones, terminó también el optimismo científico de raíz iluminista que había reinado hasta entonces.

Puso un ejemplo: en el África había hambre. Bien, la ciencia ofrecía una solución sencilla: junto con una población subalimentada había en el continente grandes selvas incultas. Era cuestión de talar las selvas y sembrar trigo en el terreno “limpio”. El resultado, que la ciencia no previó, fue un avance espectacular de la desertificación y el aumento del hambre.

Abella citó a Bertrand Russel: “me asombra la capacidad de transformación que tiene la ciencia sin saber lo que está haciendo”. La idea ilustrada de que la conciencia verdadera es lo mismo que conciencia científica es puesta radicalmente en duda acá por el epistemólogo y matemático inglés, que separa el saber puro del saber hacer.

Entonces la civilización se volvió a los mitos, a las leyendas, a formulaciones milenarias de sociedades “primitivas”, que habían sido arrinconadas por ignorantes, buscando en ellas lo que ya era claro no podía darles la ciencia.

Se aprendió que lo nuevo no puede hacer menospreciar lo viejo y que no se puede manejar lo nuevo sin conocer lo viejo.

Los sistemas educativos de cualquier nación tienen un rol conservador: perpetuar las formas de sentir y vivir de los dirigentes, finalidad que Abella designó como “reproductivismo”.

Esta tendenciosidad se muestra claramente en la historia oficial. En los colegios comunes se insiste hoy en día en la necesidad de enseñar computación, para que los niños no queden fuera de los avances tecnológicos; pero en los colegios de elite, donde los dirigentes educan a sus niños para que los sucedan en la dirección de la sociedad, se trata de enseñarles de nuevo a leer, porque se sabe que la lectura permite una forma de educación inaccesible a medios más “modernos”.

Esta condición conservadora de la educación se evidencia por ejemplo en España, donde sigue sin admitirse el evolucionismo de Darwin porque la iglesia no lo acepta y el catolicismo tiene mucha fuerza allí.

Otra característica de la educación conservadora es otorgar siempre la razón al Estado propio contra los demás estados, en cuanto controversia los enfrente.

En el Uruguay fue preciso crear artificialmente un “antiargentinismo” debido a que el país se había formado por cálculo del imperio británico y en realidad, sin un adversario vecino ficticio, no se podía hablar de ningún país, ya que en realidad es inexistente como tal.

Abella dijo que cuando advierte los efectos del “antiargentinismo” en el Uruguay les pregunta a los orientales porqué un montevideano es menos reconocido como ajeno en Buenos Aires que un jujeño, por ejemplo.

Hizo un breve paréntesis para rendir homenaje a Felipe Varela, a quien puso a la misma altura que Bolívar o San Martín, pero dijo que en la Argentina no hay mucha voluntad de reconocerle semejante estatura.

LA SELVA, EL LLANO, LA MONTAÑA

Una de las definiciones de Liga Federal que dio fue lugar propio de las culturas excluidas, no reunión de provincias.

Admitió que los que estudian las culturas americanas originarios se sienten a veces defraudados por la multiplicidad que no pueden reducir a una unidad comprensible. Pero dijo que a lo largo de milenios en que los habitantes indígenas de América poblaron el continente, se diferenciaron en tres grupos principales; de montaña, de llanura y de selva.

Estos grupos, para Abella, se distinguen ante todo por necesidades diferentes de vida comunitaria. Este necesidad es máxima y se impone como una cuestión vital a los montañeses. Por eso tomaron una organización que daba preponderancia al consejo de ancianos. La montaña es árida, sin trabajo comunitario la vida es difícil, imposible para un individuo aislado.

En la selva, a diferencia de la montaña, hay superabundancia de proteínas y la vida solitaria no es tan imposible, pero de todos modos las ventajas de la vida comunitaria también se hacen sentir, aunque con menos fuerza.

En la llanura, tanto las praderas norteamericanas como las pampas argentinas, se da un caso intermedio. Los europeos luchaban en los llanos; incluso hablaban de “batallas campales”, no de selva ni de montaña.

Los europeos no pudieron nunca dominar más del 10 por ciento del territorio nominal bajo dominio de España o Portugal. No dominaron las selvas ni las montañas.

Sí se impusieron en los llanos, pero solo hasta que los indios aprendieron a andar a caballo. Los indígenas fueron maestros en la cría y domesticación de los caballos, las mujeres parían a caballo, los niños, los viejos, todos andaban a caballo.

La comunidad en las selvas y las llanuras es necesaria sobre todo para tiempos difìciles, pero no siempre como en la montaña.

El vínculo entre los miembros de los pueblos comunitarios, su “religación”, son los ritos y las creencias religiosas, pero no religión institucional como las que trajeron los europeos.

Abella usó el término “animismo” para referirse a las creencias indígenas, de las que dio numerosos ejemplos que en algunos casos suscitaron gran interés en el auditorio, porque a muchos los sorprendió con expresiones concisas de sus propias creencias no cristianas, pero disimuladas bajo un barniz de cristianismo que en general los curas toleran.

Para los indígenas las almas están acá, no van al cielo. Rondan en forma de pájaros en el mundo de los vivos. Por eso el plumaje de pájaros como vestidura de los indígenas, que es su sotana (mejor, la vestidura de los sacerdotes al oficiar misa)

EL VELORIO DE LA CRUZ

Hay almas atormentadas, conocidas como luces malas, o, como un paisano oriental le dijo a Abella, “ceremonias para vincularse con el difunto que está estrenando su muerte”.

Con referencia este punto, que implica una antiquísima tendencia a “sacarse de encima” a los muertos y evitar que molesten a los vivos, citó la ceremonia de “velorio de la cruz” que se hacía en el campo oriental hasta hace medio siglo.

Cuando moría alguien, se lo velaba en su cama la noche entera, con libaciones, comidas, cuentos y truco. Luego se lo colocaba en el cajón y lo llevaban a una cueva.

Cuando pasaba un mes, se hacía otro velorio, en la misma cama. Esta vez se velaba una cruz, que era luego acompañada y colocada en la tumba, para que el muerto advirtiera que pasado un mes no se habían olvidado de él y se quedara en paz, para que supiera que estaba muerto y aceptara su nueva condición.

Se trata de una tradición animista, no cristiana, que la iglesia no mira bien. Incluso para “velar la cruz” había que contar con un comisario complaciente.

El animismo es esencial para entender las culturas originarias. Otra de sus manifestaciones es la “presentación de los niños a la luna”.

El bebé es expuesto desnudo o con poca ropa a la luz de la luna, que lo “energiza”. De la misma manera, se arroja una ofrenda al mar, para las deidades que lo habitan, pero así como el que ofrenda espera recibir algo, él da algo a la deidad, es un intercambio, pero no comercial.

Todas estas creencias estaban en los fogones de Artigas, eran el presupuesto que todos compartían, los datos inmediatos de su confraternidad espiritual y social.

Sin ellos no se comprenderá a los paisanos y los indígenas serían meras bestias, como pretendían los europeos que rechazaban todas estas creencias sin conocerlas.

A estas creencias se sumaron las propias de los negros africanos y las europeas precristianas, las celtas por ejemplo. Abella adjudicó a los celtas el animismo presente en los cuentos de hadas.

En ellos un beso, el beso de amor de un hombre, puede resucitar a una doncella dormida (la Bella Durmiente). Una niña pequeña puede adentrarse en un bosque para hablar con un lobo (Caperucita) o los duendes de la tierra pueden ayudar a una niña perseguida (Blancanieves).

Abella encontró afinidad entre las creencias subyacentes en estos relatos, que desde que Perrault los formuló magistralmente dominaron la imaginación europea, y las de los fogones de Artigas porque el animismo es común a todas ellas, aunque en América fueron los orixas, el mal de ojo, la luz mala y muchas otras formas entre ellas las que aproximó al “dragón” asiático.

DÓNDE Y CUÁNDO

Abella habló durante casi tres horas ante docentes y también periodistas de AIM. Fue presentado por el secretario general de AGMER en María Grande, Mauricio Castaldo. Antes de la exposición, se leyó una resolución de la dirección departamental de Escuelas de Paraná que declaró de interés la disertación del historiador uruguayo.

Gonzalo Abella nació en Montevideo en (1947. Fue maestro de escuela en su país. Cursó estudios en ciencias Sociales en Cuba y URSS (hasta 1979. Es profesor de historia y máster en ciencias sociales. Autor de novelas, cuentos y ensayos históricos, entre estos Historia Diferente del Uruguay, Artigas: el Resplandor desconocido, además de dos recopilaciones sobre relatos sobrenaturales del campo uruguayo y “Nuestro origen charrúa”.

viernes, 22 de enero de 2010

URUGUAY....EN MAYO, ELECCIONES MUNICIPALES

¡Qué época nos tocó vivir! Los Amos del mundo, propietarios casi monopolistas del arma nuclear, maestros nazis de la propaganda alienante, policías genéticos del alimento mundial, espías autolegitimados de la intimidad de todos, saqueadores de la Biodiversidad, genocidas sin precedentes, dueños de la nanotecnología y del mal desarrollo, han encontrado en Obama su más astuto, perverso y traicionero líder político militar.

Ahora se dedican a controlar el clima, producir sequías e inundaciones en países "rebeldes" y zonas liberadas, y hasta pueden crear el vacío atmosférico sobre una ciudad para producir la muerte instantánea de todo lo vivo. A la Geoingeniaría se le suma ahora el llamado "High Frequence Active Auroral Research Program", o sea, la generación en Alaska de poderosas ondas las cuales, reflejadas en satélites, lo mismo alteran un ecosistema que la actividad cerebral de una población. ¿Y qué pasa con los tsunamis y los terremotos?

Lo cierto es que en el cielo, junto a lo colores tradicionales de amaneceres y atardeceres junto con las estelas de hielo de los aviones, aparecen "inexplicables" trazos coloreados. Los pilotos les llaman "chemtrails". Son un anuncio del poder de los Amos del Mundo.

¿Está todo perdido?

La revolución, no la reforma, es el único horizonte de salvación para la Humanidad.
Hay sobrados datos de la realidad continental y tercermundista que demuestran que la liberación nacional de los pueblos es invencible. Por cada golpe recibido hay diez golpes de respuesta, pero su diversidad, y las diferentes culturas en las que estas respuestas se expresan, a veces nos impiden percibir la dimensión y la creatividad de la lucha popular planetaria.

La maraña económica, productiva y financiera de la Organización Mundial del Comercio obliga a los estados liberados a políticas prudentes en la línea insoslayable de la socialización. De todos modos la línea divisoria entre la prudencia revolucionaria y la entrega oportunista de los gobiernos traidores se expresa aún hoy en tres aspectos fundamentales: 1) el tema de la tierra, 2) el armamento popular y 3) la actitud política de los opresores: cuando hay gobierno revolucionario, los opresores se lanzan a la conspiración y al golpismo; cuando huelen claudicación, se llaman a silencio y garantizan la gobernabilidad.

¿Qué podemos hacer en esta coyuntura oriental tan compleja, de demagogia y dobles discursos, cuando somos incomprendidos a veces hasta por algunos hermanos revolucionarios del continente?

En primer lugar mantener en alto la bandera de la solidaridad con todos los que luchan, desde los Sem Terra hasta la iglesia tercermundista, desde las FARC y el EPP paraguayo hasta los estados revolucionarios que iluminan nuestra esperanza, en primer término Cuba, Venezuela y Bolivia. Por encima de serias controversias metodológicas que están instaladas entre nosotros, no podemos perder la brújula del movimiento continental. La solidaridad debe ser práctica, como la que recibió en 1820 aquel chasque artiguista que llegó a Río de Janeiro con dinero para los presos políticos orientales. La solidaridad es reciprocidad y mañana puede ser supervivencia.
Pero no alcanza con la necesaria solidaridad práctica.

A fines de este año el gobierno Mujica-Astori estará profundamente desprestigiado. ¿Qué puesto de lucha podremos ofrecer a sus seguidores de hoy que ya los estarán maldiciendo por entonces?
Para eso es necesario ocupar las tribunas necesarias mientras se trabaja en organización interna, en formación política, en investigación social, en unidad y coordinación local.

Las elecciones municipales de mayo son una tribuna para debatir y comunicarnos con el pueblo trabajador. Lejos de nosotros toda ilusión electoralista. No vamos a legitimar el proceso; vamos a denunciar sistemáticamente su manipulación esencialmente antidemocrática. Pero vamos a estar.

Ya estamos. Con modestia y abnegación revolucionarias un puñado de compañeros están allanando las trabas legales establecidas para jodernos, están pensando en cómo juntar peso a peso la plata necesaria, en cómo romper el muro de silencio que ya conocimos.

Quizás no queden en los libros de Historia los nombres de esos compañeros, pero aunque algunos sean olvidados en el papel, seguirán en el corazón del pueblo; su sacrificio se recordará por siempre. Es más gratificante el discurso encendido que la oscura labor cotidiana ¿pero qué vale lo primero sin lo segundo?

La propia estructura departamental de las elecciones obliga a los núcleos de base de la AP ya consolidados a coordinarse y constituir desde ellos una instancia departamental permanente, embrión de la estructura definitiva de la AP. Allí se van estableciendo candidatos y plataforma electoral departamental, en medio de necesarios y saludables debates en el marco de las 40 medidas ya aprobadas. Allí se consolidará la organización inspirada en el espíritu inclaudicable que nos asegure seguir luchando aún en las condiciones más adversas; allí se hablará de huerta orgánica, deporte y cultura, tierra y vivienda, salud y trabajo, violencia social y organización social de base, se tendrá presente el insulto antidemocrático que hoy representan las cárceles y el INAU. Pero ante todo, se hablará de esperanza. Pensar colectivamente en políticas públicas (sin ilusiones en la institucionalidad burguesa) es una escuela de Poder Popular participativo.

Mayo está ahí. Aunque lo duden algunos compañeros de integridad incuestionable, hermanos en las barricadas del futuro, el camino de la revolución continental, bolivariano y artiguista, pasa también por las municipales de mayo.
Gonzalo Abella

domingo, 3 de enero de 2010

Por Los Cinco - Gonzalo Abella

Todo lo que hagamos por los Cinco Héroes será menor que la deuda que tenemos con ellos y con lo que ellos representan. Por eso no quiero detenerme en los aspectos muy positivos de esta campaña, sus aciertos internacionales, sino en todo lo que a mi juicio puede incentivarla y hacerla aún más eficiente.
Hay un amplio sector de la opinión pública internacional que es sensible ante el tema de Derechos Humanos pero que no comprende el papel esencial de Cuba en la coyuntura actual. Desde su punto de vista, los Cinco Héroes integran una lista dolorosamente extensa junto a los mapuches torturados en Chile, los presos políticos en Perú y Colombia, el criminal proceso contra los luchadores vascos, los presos de Guantánamo, la represión contra el pueblo palestino, etc. Y es correcto: todos los combatientes presos nos duelen. Pero ellos piensan que son tantas las violaciones a los derechos humanos en el planeta que no hay fuerzas para luchar por cada caso por separado.
En realidad la libertad de cada luchador social es una victoria de todos y un paso a la libertad de todos. Apuntar primero y con todas las fuerzas hacia aquellas causas que pueden lograr éxitos más cercanos es fundamental en la lucha por todos. Y la causa por la libertad de los Cinco avanza en la conciencia del planeta y comienza a ganar espacios en la opinión pública norteamericana. La liberación de los Cinco es mucho más posible de lo que la prensa de derecha nos dice para desmoralizarnos.
Pero este importante argumento no es el esencial. La principal razón para centrar nuestras fuerzas en la libertad de los Cinco (sin abandonar, claro, las otras causas populares) es lo que ellos representan. Debemos conocer la endeble acusación contra ellos, conocer las arbitrariedades del juicio, desenmascara el odio contra los procesos de autodeterminación de los pueblos, que le hace violar al Estado Norteamericano su propia legalidad. Obtener la libertad de los Cinco sería un golpe a la arbitrariedad en el escenario central de la confrontación de la época. Una ola de entusiasmo recorrería el continente. En primer lugar el pueblo de Cuba merece esa alegría.
En la campaña hemos visto el rostro heroico de sus familiares. Su inagotable peregrinación hizo que muchos de nosotros los conociéramos personalmente y somos testigos de su coraje y determinación.
Pero no se ha mostrado (en la campaña) lo suficiente el sistemático proceso de crímenes de Estados Unidos contra Cuba, su criminal refinamiento, su combinación de la violencia abierta y del sabotaje encubierto, proceso que Cuba ha sufrido ininterrumpidamente durante cincuenta años. Este proceso obliga al Estado Cubano, en su defensa consecuente de la paz, a tener ojos y oídos alertas ante el terrorismo que el territorio norteamericano ampara y alimenta. No se ha comprendido cabalmente que en el caso de los Cinco no se trata de acciones de la contrainteligencia cubana para protegerse de los Estados Unidos (lo cual estaría sobradamente justificado) sino acciones de vigilancia contra terroristas de origen cubano que operan violando la propia legalidad norteamericana, y que la “Justicia” ha penalizado a los denunciantes protegiendo a los justificadamente denunciados
No significa que todo esto no se haya dicho. Pero no lo suficiente. Además se han dado por obvios algunos factores que la gran prensa se encarga cada día de hacernos olvidar o relativizar. El dolor de los familiares, su inmensa dignidad, son factores importantes de la campaña; pero debe aparecer más el crimen de Barbados, el dengue hemorrágico, la peste porcina, los sabotajes y los crímenes sistemáticos, desde el Escambray y la Sierra de los Órganos hasta los atentados brutales contra centros infantiles. Dar imagen, dar rostro al dolor, a los impactos de esta campaña criminal cincuentenaria sobre el pueblo de Cuba , no es morboso; en este caso es necesario.

jueves, 31 de diciembre de 2009

Décimas de Saludo al Pueblo Entrerriano

letra: Gonzalo Abella
música: María Elena Melo

Barrio Peñarol en Fonoplatea

I
Hermanos de Villaguay
De Gualeguaychú, Colón,
Concordia, mi corazón
Sobrevuela el Uruguay
Hermanos de Gualeguay
De Chajarí, Paraná,
Concepción, mi canto va
Por caminos federales
Desde tierras orientales
Hasta ustedes llegará

II
El río padre está enfermo
Lo envenenan ambiciosos
Extranjeros poderosos
Sordos a su canto eterno
Hacer del río un infierno
Maloliente es su misión
Por eso nuestra canción
Es la denuncia hecha canto
Y no callará hasta tanto
Paren por fuerza o razón

III
Tenemos un monstruo enfrente
Que nos promete progreso
Ya sabemos lo qué es eso
Y nuestro pueblo valiente
Se levanta combatiente
Contra las trasnacionales...... Décimas de Saludo al Pueblo Entrerriano letra: Gonzalo Abella música: María Elena Melo I Hermanos de Villag...

http://www.youtube.com/watch?v=MWhUZn_tP9c

martes, 28 de julio de 2009

Los medios de comunicación Gonzalo Abella

Los medios de comunicación, se vuelven instruentos de manipulación; de información manipulada y dejan de ser comunicación interactiva.
Entrevista al historiador Gonzalo Abella.

Martes 21 de junio 2009 Radio Centenario

"A mi me parece que para entender la preocupación , el plan de un sector de la población, de un sector de los opresores a los efectos de tener un control ideológico y político sobre las grandes mayorías, no hay que bucear cerca; hay que remontarse a los orígenes de la sociedad de clases”

Churi: Vamos a conversar con un compañero y amigo que nos va a permitir abordar un tema que de alguna manera a nosotros también nos involucra; es decir, vamos a hablar de la otra parte, de la enorme parte que en definitiva incide sobre el comportamiento humano en la mayoría de la tierra.A quien vamos a presentar es a Gonzalo Abella que está con nosotros.¿Cómo estás Gonzalo?

Abella: Muy bien, realmente muy bien.

Churi: Vamos a aclararle a los oyentes que el tiempo que media entre la entrevista anterior para hablar de un libro, y esta, todavía Gonzalo no escribió un libro más. Queremos hablar de los medios de comunicación. Esto es un ciclo que lo empezamos hacer y va a tener su desarrollo. El tema es los medios de comunicación, pero hemos hablado mucho de la realidad. Atosigados por una realidad que a los que buscan una sociedad mejor les es enormemente atosigable, yo creo que Gonzalo tiene razón en algo que hablábamos fuera de micrófonos. ¿Cuándo comienza realmente la incidencia de los medios de comunicación de las distintas formas de expresar las ideas, y cuándo comienza el parentesco entre los grandes intereses políticos y económicos, y cuándo comienza a desarrollarse de una manera ostensible?

Abella: La pregunta, si yo te copio bien, es cuándo, los medios de comunicación, se vuelven además instrumentos de manipulación; de información manipulada y dejan de ser de comunicación interactiva y generando a veces una falsa interactividad están trabajando sobre la manipulación.A mí me parece que para entender la preocupación , el plan de un sector de la población, de un sector de los opresores a los efectos de tener un control ideológico y político sobre las grandes mayorías, no hay que bucear cerca; hay que remontarse a los orígenes de la sociedad de clases.Prácticamente cuando se crea un imperio, prácticamente cuando nace la sociedad esclavista, nace el estado.El estado es una máquina de opresión de una clase por otra. Estamos hablando de los estados griegos más antiguos, estamos hablando de la estructura faraónica en Egipto, estamos hablando del imperio chino, estamos hablando de los incas en tiempos más recientes. Y hay 3 elementos fundamentales en el imperio: en primer lugar la burocracia. Un imperio necesita una ciudad, una polis. En el campo no hay imperios, hay sociedades horizontales. En primer lugar se necesita una polis y eso significa que se necesita una burocracia, un poder administrativo al servicio del control de los opresores sobre los oprimidos. En segundo lugar un brazo armado, un brazo represor. Y en tercer lugar un brazo ideológico. No sólo necesitás someter, necesitás resignar. Entonces, desde el comienzo de la lucha de clases en el planeta, burocracia, brazo armado represor, policía, ejército, como se llame, y brazo manipulador como opio de los pueblos, son los 3 integrantes fundamentales. A veces el opio de los pueblos esquematicamente se asocia con religión, sin entender que se está hablando fundamentalmente de la manipulación religiosa de los opresores sobre los oprimidos.
Burocracia, brazo militar y brazo de manipulación ideológica y política son 3 elementos fundamentales de la lucha de los opresores contra los oprimidos.Uno siempre habla de Grecia, de Roma, pero el imperio inca es así; por el Pacífico americano hay un gran flujo comercial que llega de Norteamérica a la tierra de los mapuches en el sur patagónico (estamos hablando antes de Colón) y de repente sobre el río Guayas un grupo de gente que empieza a administrar ese comercio intercontinental, que empieza luego a cobrar tributo por esa asesoría, que empieza a acumular en mercancía acumulable, que empieza a tener sus propios guardianes y que luego se trasladan al Cuzco y organizan el imperio y necesitan inevitablemente el control burocrático sobre el comercio intercontinental, necesitan el brazo armado y necesitan un sistema de comunicaciones a los efectos de tener la información relevante y de ocultar la información relevante a los pueblos que resisten. Los pueblos de Ecuador que resistieron al inca, no deben saber que en el sur americano los guaraníes están resistiendo.Si nosotros no entendemos este origen no entendemos la racionalidad que va más allá de las distintas formaciones socio económicas y que tienen que ver con la posibilidad que tienen los opresores desde el poder, desde la máquina del estado, de usar los medios de comunicación como un elemento central. Pero este trabajo de comunicación, cuando todavía son voceros que van con tambores o con trompetas convocando al pueblo en los centros poblados o junto a las fuentes a los efectos de plantear la palabra del rey, la palabra del emperador que es además la palabra de los dioses, empieza antes de tener medios impresos porque los medios gráficos ya existían; los propios pueblos en sus comunidades tenían pictografías, tenían maneras de comunicarse. En la pradera oriental un indio hace mil años que lo picaba una víbora, en las piedras pintadas sabía dónde estaban los yuyos, eran mapas, la comunicación ya existía. Pero la primera gran manipulación que hacen los imperios, es sobre la palabra. Todavía nuestro idioma castellano, tiene un montón de palabras que sugieren la manipulación del idioma que hace el poder. Nosotros decimos de una persona buena: "es muy noble", ¿pero qué significa ser noble?O "es un caballero" De repente un paisano no lo entiende porque acá caballo tenía todo el mundo, pero ¿quién podía tener un caballo propio no como soldado de caballería sino caballo propio, quién podía ser caballero en Europa? Una persona rica.En cambio una persona malvada, cruel, es un villano. Entonces las palabras, el idioma castellano, fue ya manipulado...
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viernes, 13 de marzo de 2009

Dos líneas en el tema tierra

Gonzalo Abella

Las formas de producción y consumo que los Amos del Mundo imponen a la Humanidad llevan a la muerte del Planeta. El saqueo ambiental se acentúa, y los Amos hunden a las mayorías en el infraconsumo.

Se avanza hacia un planeta-cloaca donde la Humanidad camine descerebrada y controlada mientras en pequeñas burbujas de bienestar, con aire límpido y agua pura, se mantenga la vida lujosa de una minoría cada vez más pequeña.

Destruidas, replegadas o aisladas por el momento las grandes experiencias socialistas euroasiáticas del siglo XX, América Latina emerge hoy como el Continente donde la resistencia contra el capitalismo imperialista se vuelve más fuerte y con mayor potencialidad de propuestas programáticas. Esto no es porque los pueblos de América sean mejores que los asiáticos o africanos.

No hay pueblos mejores: hay coyunturas más o menos favorables para la lucha de clases, para la lucha de clases entre “burgueses y proletarios” que hoy es la lucha de clases entre la mayoría de la Humanidad (encabezada por sus sectores más organizados) y sus verdugos imperialistas.

En la actual lucha de clases que se expresa como lucha entre dos modelos de futuro inmediato (uno de ellos pavoroso para las mayorías) los pueblos de América Latina juegan (coyunturalmente) un papel central.

¿Qué es lo que nos sitúa hoy a nosotros en mejores condiciones para luchar que a los pueblos euroasiáticos, africanos u oceánicos?Nos favorece la confluencia de una multiculturalidad única en el planeta. 500 años de resistencia de los pueblos originarios, desde el tiempo de la Conquista hasta su resistencia actual contra Bachelet, Fox o Uribe; 300 años de resistencia afroamericana desde el nordeste brasileño hasta los yungas del altiplano y la pampa gaucha; 250 años de sueños independizadores, 100 años de la llegada de aquellos proletarios perseguidos en Europa que introdujeron por los puertos del Continente las ideas obreras y libertarias.
Alguna vez el Gobierno de Cuba explicó que su solidaridad con África era en reciprocidad por la sangre africana vertida en nuestro Continente. El siglo XXI nos enseña, desde la Selva Lacandona a Bolivia, que la alianza de la clase trabajadora urbana (ahora fragmentada y de trabajo menos estable) con el campesinado pobre, con los sectores culturalmente discriminados y con los grupos excluidos genera una diversidad de formas de lucha impredecible, desconcertante para los Amos del Mundo; y que sólo lo no previsible, lo inesperado, da la posibilidad de la victoria.

Las formas de lucha más tradicionales siguen siendo válidas pero han sido ya muy estudiadas por la contrainsurgencia. También nos enseña el siglo XXI que Cuba libre no es un milagro sino el producto heroico de la siembra colectiva por décadas de una actitud, de una conciencia, de una experiencia acumulada de construcción y de internacionalismo. La abnegada conducta de la mayoría de los dirigentes cubanos, su decisión de acompañar al pueblo en cada sacrificio y ser los últimos en los beneficios cuando éstos llegan por fin para todos, le costó la salud física a Fidel, pero fortaleció fuertemente la salud moral de su pueblo.Y finalmente el siglo XXI nos enseña que aquellos Estados que rompen la dependencia del imperio (aunque sea parcialmente) comienzan a valorar de una forma nueva las raíces multiculturales de su propia población.La izquierda latinoamericana que tuvo gran protagonismo hace 50 años, levantó como bandera central la consiga de la tierra para los que la trabajan.

Estaba claro que no podía avanzarse hacia el Socialismo sin antes resolver las tareas inconclusas de la tenencia de la tierra: era la vieja demanda de los pueblos originarios perseguidos por los estados nacidos en el siglo XIX, era el anhelo de las mayorías rurales del Continente, era el legado de Zapata, Sandino, Lampiâo, Corisco y María Bonita; era la consigna de “aire libre” enarbolada intuitivamente por las montoneras gauchas orientales de 1904.

No la propiedad sino el acceso a la tierra, el derecho a ser sobre ella productores y no ser, al margen de ella, los condenados de la tierra.Para no citar solo las consignas de los trabajadores cañeros en los sesenta (“`por la tierra y con Sendic”) recordemos que el Partido Comunista del Uruguay establecía en su XVI Congreso (1955) que el camino hacia el Socialismo pasaba necesariamente por “la revolución Agraria-Anti imperialista”.

La necesidad de esta fase no la objetaban tampoco las fracciones del partido socialista y mucho menos las comunidades anarquistas vinculadas a la tierra ni los sectores disidentes dentro del origen marxista leninista, incluyendo el incipiente “guevarismo”.
La Reforma Agraria era consigna unánime de la izquierda y era vista como pre-requisito para la emancipación nacional y social. Porque en realidad la Reforma Agraria no es socialista. Ninguna potencia capitalista moderna mantiene latifundios en su territorio.

Pero desde la óptica de los pueblos la Reforma Agraria es un paso necesario hacia un desarrollo sustentable que permita el diálogo entre las tecnologías modernas menos contaminantes con el saber artesanal y rural de nuestros pueblos y sus raíces multiculturales. No podemos atribuir una perversidad intrínseca a todos los adversarios de la Reforma Agraria.

Hay quienes creen honestamente que hoy es impracticable, que ahora debe estimularse la inversión extranjera para que las empresas trasnacionales exploten el recurso tierra y generen empleo para nuestros pueblos que han quedado tecnológicamente atrasados. Esta idea de que “la modernidad extranjera” nos salva del atraso no es nueva.

Cuando nace el Estado Oriental en 1830 esta es la línea que aplica el primer presidente, Fructuoso Rivera, desalojando pueblos originarios y donatarios artiguistas y “devolviendo” los latifundios a las antiguas familias propietarias, vinculadas ahora a la modernidad y al mercado capitalista mundial.

Dejemos de lado los procedimientos de los que se valieron los ejecutores directos del desalojo (entre ellos el propio Rivera) y pensemos en la lógica, en el proyecto que está atrás.Tierras en manos de indios, de gauchos o de negros, pensaban los modernizadores, es tierra “desperdiciada”.Tierra en manos del capital, cuyos frutos cotizan en el mercado globalizado, es progreso y empleos para nuestros pueblos. No es una idea nueva, es una idea recurrente.

Hasta hoy.

El primer acto legislativo del gobierno frenteamplista fue la aprobación del Tratado de Protección de Inversiones con Estados Unidos. Su política de captación de inversiones estimuló las zonas francas, las pasteras de celulosa, el monocultivo forestal y sojero sin límites ni restricciones.

Ahora desplaza la prioridad alimentaria e impulsa el agrocombustible para los automóviles del Norte.
Y proyecta usar la tierra como cementerio de combustible nuclear.Por lo pronto, en los años de gobierno frenteamplista, la tierra se extranjerizó como nunca antes.

El agua desapareció de cañadas, esteros y arroyos; la apicultura se redujo a límites históricos.

Las nuevas plagas son el azote de los pequeños productores pecuarios (el otro azote es el abigeato). La expulsión del campo se aceleró.
Las escuelas rurales se redujeron y cerraron a un ritmo que hubiera sido el mejor sueño del profesor Rama.

El aumento de la morbilidad y mortalidad infantil por agrotóxicos, las malformaciones infantiles y los abortos espontáneos son datos de los que todos hablan pero que en los datos oficiales son variables mantenidas en secreto.

Claro que mientras los pequeños centros poblados agonizan, las ciudades de mediano porte tienen una nueva oferta de trabajo para jóvenes en las plantaciones de monocultivos.

Y las chimeneas gigantescas, junto a la biotecnología al servicio de las trasnacionales, impulsa al Instituto Pasteur uruguayo y recluta a nuestros jóvenes universitarios más brillantes.Insisto: no podemos atribuir una perversidad intrínseca a todos los defensores de este modelo impulsor de la inversión extranjera.

Lo que sí percibimos claramente es el mantenimiento a lo largo de la Historia uruguaya, de dos líneas coherentes, consecuentes y antagónicas entre sí en cuanto a la tierra.
Por un lado está la línea de Artigas (“la tierra para el que la trabaja”) que retomó alguna vez la mejor gente de los “blancos”, que intentaron como colonización los batllistas como Berreta y que retomó la izquierda fundacional en todas sus vertientes.
Podríamos llamarla, esquematizando, la línea Artigas-Sendic.
A la otra línea, la opuesta, claramente respaldada por los Amos del Mundo de ayer y hoy, la podríamos llamar línea Rivera- Mujica.

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