Sólo el Socialismo es democrático por Naturalez |
Es conocido, vergonzoso y demostrativo de su verdadera catadura elitista y criminal, su apoyo tradicional a dictadores despóticos que oprimen a sus pueblos, tanto como la descalificación, la persecución, el descrédito y el derrocamiento de democracias representativas de origen popular y respetuosas de las formalidades de esta democracia espuria.
No obstante, aunque su carácter antidemocrático y represivo es obvio, de tal “democracia” se ufanan las clases dominantes de Occidente como una genialidad que les permite mantener subyugadas a las mayoría y les concede la oportunidad rotativa a los políticos profesionales de que cada partido se vaya lucrando de la explotación de los pueblos y sus riquezas, cambiando las reglas del juego a su antojo y conveniencia, con la lógica inestabilidad social que conlleva tal manipulación.
Los tiene sin cuidado atropellar sus presuntos principios cuando deciden derrocar regímenes que no les son favorables, aunque hayan respetado las reglas, como les ha ocurrido -entre tantos por todo el mundo y desde hace años- a Allende en Chile, a Sukarno en Indonesia y, aunque hasta ahora han fracasado, a Chávez en Venezuela.
Tal vez éste ha entendido, como Gadafi, que para evitarlo lo mejor es aliarse al Imperio aprovechando la puerta que le ha abierto Juan Manuel Santos. Su transformación es acelerada, hasta el punto de que no le molestó reunirse con el Lobo de Honduras en Cartagena, cayendo en la celada de Santos. Y ha ratificado su equívoco rumbo entregándole a Joaquín Pérez Becerra, el director de ANNCOL, desconociendo todos los derechos del sueco-excolombiano.
Con tantas jugadas, es clara la poca importancia que el Imperio le concede a la institucionalidad liberal, a pesar de que sería la razón de ser del Imperio defensor de la democracia pero esquizofrénico, de doble faz, que practica toda clase de crímenes y canalladas a nombre de los más sublimes valores defendidos por la Humanidad.
Así lo ilustran las cárceles regadas por toda el Mundo, no sólo la de Guantánamo, en las que detiene arbitrariamente a quien se le ocurre, acusándolo de terrorista y sometiéndolo a torturas, como los más detestables regímenes sufridos históricamente por la Humanidad, que la civilización repudia y creía haber superado, pero que Bush reivindicó como un derecho imperial incuestionable.
También lo pone de manifiesto su persecución a los inmigrantes y el cinismo de los republicanos que incitan abiertamente al asesinato de sus rivales políticos o a la guerra contra el Islam fanatizando cristianos.
No podemos seguir permitiendo esa doble moral que les sirve de pretexto a personajes tan viles como los furibistas en Colombia para cometer sus pavorosos atropellos contra la dignidad humana, amparados en la política imperial de “guerra contra las drogas” y “guerra al terrorismo”, el par de cocos que se ingenió el Imperio para remplazar el “terror ambiente” que primó durante la “guerra fría” con su amenaza constante de “guerra nuclear”, y que tanto sirvió para fanatizar a las masas y evitar que se identificaran entre sí como humanos sometidos por los peores ejemplares de la especie, obligados a recuperar su dignidad y deshacerse de tales criminales cínicos e instrumentos dúctiles de los potentados sionistas.
Evidentemente, ambos recursos favorecen la política criminal de los halcones de Washington, al tiempo que constituyen estupendos negocios para sus integrantes, grandes traficantes de armas y amos auténticos del narcotráfico, y patrocinadores y entrenadores de terroristas como Luis Posada Carriles o Osama bin Laden.
Se niegan a dejar de tachar de ilegal al narcotráfico, arbitrariamente, sin fundamentos racionales ni históricos, pretendiendo castigar la genética que produce adictos, pero sabiendo que éstos no dejarán de existir ni de consumir, de modo que el negocio seguirá siendo rentable y sirviéndoles para arruinar países al poner a depender sus economías del narcotráfico, mientras saquean sus recursos naturales y los despojan de su infraestructura productiva, tanto pública como privada, sumiendo a la población en la miseria y la abyección que la despojan de su dignidad inherente.
El Imperio está empeñado en destruir el Mundo entero mediante la imposición de su desastrosa política económica conocida como “Neoliberalismo” o “Capitalismo salvaje”.
Con ella ha alcanzado a demostrar la necesidad urgente de derrotarlo mundial y simultáneamente, pues cada día que se sostiene como amo del Universo son más graves los daños que causa, apurando el “punto de no retorno”, de modo que se agota la oportunidad para reaccionar si deseamos evitar el desastre universal.
Los pueblos lo han entendido. Así lo demuestra la insurgencia en los países árabes, cuya población ha estado sometida a una opresión y a unos lavados de cerebro particularmente extremos, que ya no está dispuesta a seguir soportando.
Pero la tarea es de todos los seres dignos que ya no tienen ninguna duda sobre la catadura criminal de los sicópatas ineptos y sanguinarios que gobiernan los países contra sus pueblos y en beneficio de los potentados cómplices del sionismo mortal.
Cada pueblo tiene la obligación de denunciar, combatir y derrotar a su propio gobierno, pues ninguno ha repudiado el consumismo ni en ninguno existe una verdadera democracia. En todos, los supuestos representantes suplantan al pueblo, presuntamente en su beneficio pero, realmente, en beneficio de los enemigos comunes; a saber, los cipayos vendepatria y sus amos potentados.
La verdadera democracia es una conquista del pueblo que no surge por decreto ni por componendas de las oligarquías o los Mesías que se consideran predestinadas para ejercer el poder. Su fundamento es objetivo. Obedece al asombroso desarrollo de las fuerzas productivas, en particular de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, las ya famosas TIC.
Mediante ellas, el ágora virtual, jamás soñada (a no ser como atributo de Dios), se ha convertido en una realidad cotidiana para las mayorías en el Mundo entero, facilitando la interacción de todos los habitantes de la Aldea Global, derrumbando, de hecho, las fronteras impuestas abusivamente por los potentados, sin desfigurar las culturas ni suprimir las idiosincrasias.
Es lo contrario de lo que se ha propuesto el consumismo neoliberal al tratar de imponer en todo el Mundo su cultura sanforizada y anodina, eliminando las diferencias y homogenizando las poblaciones, robándoles su identidad con agresiones tan letales como la “comida chatarra” que ignora tradiciones gastronómicas centenarias y altamente respetables, desnutre el organismo, infla el cuerpo y hasta deteriora el cerebro con su contenido de genes modificados (los transgénicos), hormonas, grasas trans, enzimas, saborizantes, preservativos y demás químicos tóxicos, degradantes de la vida y ajenos al metabolismo natural de la especie.
Hasta en la milenaria y respetada China, desde hace un poco más de 60 años, “comunista”, ha impuesto sus valores el Neoliberalismo, contagiándole un consumismo hirsuto y exagerado que la ha convertido en la segunda gran amenaza para la protección de la biosfera y la perpetuación de la Vida.
Ejerzamos, entonces, nuestro derecho a intervenir en la definición de las políticas, las normas, las instituciones, los derechos y los deberes que nos cobijarán a todos en la Aldea Global, una vez construyamos y consolidemos la Sociedad Global Democrática que lo haga posible, reivindicándonos mediante el respeto a la dignidad y la singularidad de cada uno, sin exclusiones, discriminaciones ni reconocimientos de falsas superioridades que otorgarían privilegios a quien diga poseerlas.
Llegó el tiempo de la gente. Sólo depende de que la mayoría de la gente lo entienda y lo exija. O sea, también es asunto tuyo si eres gente. Puedes demostrarlo actuando, reflexionando, pensando, interviniendo en defensa de la Verdad que están desesperados por volver a ocultarnos, pero ya no pueden.
Los retos son monumentales pero dejan vislumbrar un Mundo hermoso, si los vencemos y nos deshacemos de los potentados que siguen decididos a destruirlo todo.
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