sábado, 28 de abril de 2012

Algunas razones del por qué los estudiantes deben salir a marchar este primero de mayo

EL SALMON
Por Edison Fabián Osorio Morales*Los distintos sectores que componen el país se sumergen en profundas crisis producto de más de 20 años de libre comercio impuesto a través del consenso de Washington. Apertura económica y confianza inversionista, medidas que en el campo laboral han precarizado los ingresos de los trabajadores colombianos, condiciones que empeorarán más con los Tratados de Libre Comercio (TLC).(*) El autor es miembro de la Organización Colombiana de Estudiantes OCE - Risaralda.FUENTE: http://www.ocecolombia.com



Los estudiantes por su condición son transitorios en todas las instituciones de educación. Más tarde que temprano están en condición de ejercer laboralmente en diversas áreas de la producción y el conocimiento. Así aportan al desarrollo de la sociedad y por consiguiente al suyo. Lamentablemente en este propósito el horizonte es sombrío. En el tema del empleo el país respira informalidad, producto de un modelo económico que abandonó a la industria y el agro, sectores fundamentales para la prosperidad de la nación, destacados por generar empleo formal y mejor remunerado. A cambio la política de turno ha dado prevalencia a la extracción de materias primas, y el sector de comercio y servicios.
La informalidad en algunas ciudades llega al 80%, y el promedio nacional se aproxima al 70% de la fuerza laboral. Es decir, de 10 trabajadores 6 ó 7 están en las calles, en trabajo puerta a puerta, como empleadas de servicio, etcétera. Un gran número trabaja contratado por Cooperativas de Trabajo Asociado (CTA), las cuales evaden derechos laborales como pensión, horas extras y seguridad social, para sólo mencionar algunas. Además la calidad de los empleos es mediocre. Un estudio reciente hecho por el Banco Central, demuestra que recibir prima se está convirtiendo en una novedad, dado que la tendencia es desaparecerla, el 88% de la fuerza laboral no la recibe, adicionalmente, el 62 % no aporta a la salud o pensiones y de vacaciones con sueldo sólo goza el 38% de la población trabajadora[1]. Esta situación en las personas jóvenes es igual de dramática ya que el país cuenta con un desempleo juvenil de más del 20 %, uno de los más altos del mundo.
Gran parte de los egresados de las instituciones de educación superior, se demoran años para conseguir un empleo, y cuando se logra, en la mayoría de ocasiones no está relacionado con su profesión. Queda demostrado así que de la zozobra de la informalidad no se salvan ni las personas con título universitario, pues de cada 10 informales, 3 son profesionales. En materia sindical, existen cifras deshonrosas a nivel mundial, mientras en USA y Europa los trabajadores sindicalizados superan el 70%, en Colombia no sobrepasan el 5%, derecho humano y constitucional que no deja de ser prosa bonita y eufemismo barato.
Más desalentador aún son las medidas aplicadas por el gobierno en materia de pensiones. Para este año se pasará al Congreso de la República una reforma pensional similar a las impulsadas en la Unión Europea (UE) en época actual dentro de los planes de austeridad. Ésta estipula que quienes hoy son jóvenes, tendrán que pensionarse a los 65 años de edad para hombres y 62 para las mujeres, con más de 1300 semanas cotizadas. Desde luego la aberrante propuesta va acompañada de la informalidad ya descrita, y de un sistema de pensiones inicuo, pues para 2009, según la Escuela Nacional Sindical, un escaso 35% de los trabajadores estaba afiliado a un fondo de pensiones y sólo un 15.8 % de las personas de 55 años o más recibían pensión.[2]
¿Cómo combatir el lesivo modelo? Los estudiantes dieron un ejemplo a todo el país, enseñando a través del análisis, la unidad y la movilización civil, sí se puede reversar medidas neoliberales, como el proyecto de ley de educación superior de Juan Manuel Santos y su Ministra de Educación, que pretendía entregar en bandeja de plata la educación superior a los linces del capital financiero internacional. No obstante el estudiantado debe tener en cuenta que la ley hacía parte de un perjudicial paquete que involucra a más del 90% de la nación. Queda la ley de sostenibilidad fiscal (que consagra las finanzas del Estado por encima de los demás derechos fundamentales, lo cual le quita toda la fuerza a la tutela), también la ley de primer empleo, que con el gancho de ofrecer descuentos en parafiscales a las pequeñas y medianas empresas (PYME) que formalicen a sus trabajadores, no sólo afectarán los recursos del ICBF y la gratuidad en el SENA, sino que cubren las exenciones tributarias otorgadas a las multinacionales. Lo mismo hace el Plan Nacional de Desarrollo PND, con 5 locomotoras no tan prósperas para la población como las pintan, pues en estos dos años de gobierno, están arrasando con lo que queda, para la muestra la locomotora minera.
Por ende, se debe seguir contribuyendo a la movilización social, pues debido a ella, el sector de los camioneros hizo derogar la tabla de fletes que el gobierno de Santos quería imponer, los lecheros consiguieron tumbar las medidas que le impedían trabajar y surtir de leche a los más pobres; y los habitantes de Santander salieron victoriosos ante los intereses de la Gryestar, multinacional que deseaba hacer exploraciones en el páramo de Santurbán, acabando con las fuentes hídricas más importantes del departamento.
Por estos y otros motivos, este 1º de mayo no debe ser un día festivo común y corriente, donde los estudiantes se levanten tarde con “resaca” o asistan a otro paseo de río, por el contrario debemos salir a machar junto a los demás sectores sociales para estrechar esfuerzos y contribuir al cambio que el país necesita.
Video
http://elsalmonurbano.blogspot.se/2012/04/algunas-razones-del-por-que-los.html




REFERENCIAS:
[1] http://www.portafolio.co/finanzas-personales/varias-ciudades-del-pais-el-empleo-informal-supera-el-80-0
[2] DESLINDE, No 47, “una inequidad social cada vez más aberrante” pág. 56

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