La Revolución Comunista en la India avanza imparable. Pero ¿saben algo los trabajadores del Mundo de este proceso revolucionario en que las masas explotadas de la India se han hecho dueñas de su destino empuñando el fusil bajo la bandera roja del Socialismo?
Los medios de comunicación, que solo atienden a los intereses de sus dueños, callan sobre los acontecimientos que día tras día protagonizan los soldados rojos en la India. Esto no debe extrañar a nadie pues las empresas de comunicación están para mantener el orden social existente.
Pero no solo la propaganda oficial del imperialismo nos esconde la verdad. La izquierda occidental, civilizada y presta siempre a los intereses de la democracia burguesa y la gestión romántica de la dictadura del capital, no solo no se solidariza con los comunistas indios, sino que incluso llega a criminalizarlos, mostrándonos que lo que no quieren para la India, el poder de la clase obrera, tampoco lo quieren para nuestra tierra. Porque la Revolución en India no es solo un azote para los capitalistas locales, sino que es un problema para la burguesía internacional, en todas las formas que esta pueda revestir: desde la OTAN y la ONU, hasta muchos de los partidos autoproclamados “obreros” y “de izquierdas”, representantes de la aristocracia obrera, integrados en el régimen vigente con el único objetivo de apuntalarlo.
Pero volvamos a la Revolución India. ¿Qué está pasando a miles de kilómetros de aquí?
A finales de los años 60 en la localidad de Naxalbari se inició un movimiento armado de obreros y campesinos, el Trueno de Primavera, que declaró la guerra al Estado y al reformismo. Este movimiento desarrollado posteriormente por el PCI (M-L) fue aplastado por la reacción. A pesar de la derrota las organizaciones revolucionarias no arriaron la bandera roja y se mantuvieron en pie hasta el 2004, momento en el cual se unificaron el “Centro Comunista Maoísta de la India” y el “Partido Comunista de la India [Marxista-Leninista] [Guerra Popular]”, dando nacimiento al Partido Comunista de la India (maoísta), que a través del Ejército Guerrillero Popular de Liberación (EGPL) dirige hoy la Guerra Popular que se desarrolla fuertemente extendiéndose por casi 1/3 del Estado Indio (el 2º más poblado del Mundo, con 1.100 millones de habitantes). En este territorio, que se denomina zona liberada, la dirección revolucionaria instala sus Bases de Apoyo, es decir, su fusión con las más hondas y profundas masas de obreros y campesinos, que ejercen por primera vez su dictadura de clase, la dictadura democrática proletaria y campesina, en confrontación directa contra el viejo y podrido Estado reaccionario, para así adquirir la experiencia revolucionaria necesaria para transformar la realidad.
La burguesía india, incapaz para contener el avance del pueblo armado, lanzó en 2010 la campaña contrainsurgente “Cacería Verde” en la cual, utilizando tropas regulares y paramilitares (un total de 100.000 soldados), exterminó a varios cientos de campesinos. Sin embargo esto no detuvo el avance popular y solo hizo que más y más campesinos ingresasen en las filas del EGPL. Los intelectuales y demócratas indios son perseguidos por no jurar su fidelidad a la violencia del Estado. Y las masas obreras sufren los disparos de la policía en cada una de sus huelgas, que complementan y combinan con la lucha del EGPL y el PCI(maoísta). Incluso el Ejército indio hubo de reconocer que utilizó armas químicas contra los campesinos comunistas, con el aplauso de la democrática comunidad internacional y el silencio de todos esos defensores de los DDHH que también cierran los ojos ante el lanzamiento de uranio empobrecido en Libia.
El EGPL, organismo generado por el PCI (maoísta), está conformado por miles de hombres y mujeres, desterrando así la exclusión que sufre la mujer india bajo la esclavitud capitalista. Igualmente el sistema de castas, que mantiene relaciones sociales de tipo feudal, está siendo derribado allí donde se ha instalado el Nuevo Poder.
Los campos de cultivo, expropiados a los pobres por los distintos gobiernos burgueses para ponerlos en manos de grandes capitalistas indios y norteamericanos, son devueltos a los que los trabajan una vez que los comunistas controlan un territorio. Las empresas son socializadas y se expulsa a los explotadores. Los cuerpos represivos del Estado son abolidos y sustituidos por las masas revolucionarias armadas reproduciendo así el mejor de los legados que nos dejaron los comuneros de París y los bolcheviques rusos.
Y es que a pesar de los cambios operados en la lucha de clases desde que los comuneros osasen colgar la bandera roja en París y los bolcheviques tumbasen el gobierno provisional, la Revolución en India tiene todo lo que temen los burgueses y debemos aplaudir los trabajadores del Mundo: tiene a las masas armándose con fusiles y con la ideología revolucionaria, el marxismo. Tiene la generación de zonas rojas en las cuales el poder de los explotados, el Estado de Nueva Democracia, empieza a tomar forma haciendo realidad la consigna revolucionaria de destruir lo viejo para construir lo nuevo. Y tiene todas sus acciones armadas y políticas dirigidas hacia el único camino que puede acabar con la explotación entre los hombres: el Socialismo.
Por ello, porque vemos reflejada en la Revolución India las esperanzas y aspiraciones de los obreros y los pueblos oprimidos, aprovechamos estas líneas para mandar un saludo a los camaradas naxalitas e instamos a toda la juventud y a la clase obrera a que difunda las noticias que hacen temblar a nuestros explotadores aquí y en Nueva Delhi.
¡Viva la Revolución Comunista en la India!
¡Viva la Revolución Proletaria Mundial!
¡Naxalbari Zindabad!
ARTÍCULO SOBRE LA REVOLUCIÓN EN INDIA QUE SE INTEGRA EN EL SUPLEMENTO DEL ESPACIO ROJO Nº 20, QUE PUBLICAREMOS EN LAS PRÓXIMAS SEMANAS
Fuente: FARABUNTERRA
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