En días pasados la camarada Beronika, a quien aprecio y respeto, preocupada por mi último artículo publicado bajo el título: “la venganza de los endiosados burócratas”, al verme, me hacía una pregunta de entrada que, aun sabiendo ella que encerraba una contradicción era, a la vez, reflejo del dilema que enfrenta nuestra revolución. Beronika me pidió responda: ¿Socialismo para burócratas o burócratas en el socialismo? Por su inquietud iniciamos un interesante debate al que más tarde se unían otros compañeros. Beronika sugirió que titulara mi próximo artículo bajo esa misma pregunta. Su interés era motivar la reflexión también entre mis lectores. Cumplo con el compromiso adquirido.
Ambos coincidimos con las mismas reflexiones que muy recientemente hacia el Comandante Chávez, en reunión del PSUV, horas antes de partir a la hermana República de Argentina. El Comandante responsabilizó a la pequeña burguesía del burocratismo, la ineficiencia y la corrupción en el Estado.
Explicaba a la compañera que dentro del Estado hoy se manifestaba claramente la posición ideológica de la pequeña burguesía, reformista en esencia, que pretende detener los cambios. Algunos quienes se autodefinen como “vanguardia intelectual” hoy se manifiestan en defensa del Estado burgués; de su estructura clasista y anti-proletaria y del poder y los privilegios que concentran. No es casual que sean precisamente ellos quienes se proyectan como los únicos capaces de asegurar el buen curso y futuro de la revolución, al momento que critican a la democracia proletaria acusándola de eufemismo reformista y de desviaciones anarquistas.
La historia de la revolución soviética debe ser fuente de estudio para el debate constructivo. La batalla de ideas también la debemos llevar hacia dentro de la revolución, así como lo hizo el padre de la revolución rusa, Vladimir Ilich Lenin.
El camarada Lenin cuando lanzó su máxima “todo el poder para los Soviet” (consejo de obreros, campesinos y soldados) no lo hizo por oportunismo coyuntural. Siempre estuvo consciente de la necesaria y vital democracia proletaria para construir la revolución. También advirtió que la ausencia de los soviets permitía a los burócratas del Estado incurrir en desviaciones y corrupción. Para Lenin el partido bolchevique era el partido de los soviets y no el partido de los burócratas del Estado. La propuesta de Lenin fue clara: es fundamental una dirección política colectiva dentro del partido, apartada de las responsabilidades administrativas del Estado y dedicada sólo a la batalla política e ideológica. Para Lenin la vanguardia era el proletariado unido y organizado en los soviets y no los burócratas del Estado. Pero las ideas de Lenin fueron tergiversadas por el “leninismo” fundado por Stalin. Los bolcheviques fueron expulsados y muchos fusilados. Los soviets fueron desmantelados y los burócratas se apoderaron del partido. Años más tarde, esos mismos burócratas lograron acabar con la revolución soviética sin la oposición de la clase que decían representar; el sujeto de la revolución, Clase Obrera. (Continuará…).
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