Resumen y gacetilla
.Un nuevo documento suscripto por integrantes y simpatizantes de la red EDI, Economistas de Izquierda, titulado “Afloran los límites del modelo” traza un balance de la etapa, analizando desequilibrios estructurales, problemas de coyuntura e interpretaciones en disputa.
En la primera parte del texto describen como se consumó la depredación de los yacimientos petroleros y estiman necesario anular las concesiones nacionalizando YPF sin indemnización, para recomponer el auto-abastecimiento de combustible. También critican el sistema de gestión que destruyó los ferrocarriles y consideran necesaria la re-estatización bajo control de los trabajadores y usuarios, para financiar el transporte de pasajeros con los réditos del transporte privado de cargas.
El documento detalla los efectos destructivos de los emprendimientos mega-mineros y propone derogar la legislación neoliberal vigente, fijando estrictas normas para garantizar la elaboración local de las materias primas. Se analiza también como forjar un esquema de agricultura diversificada que supere el cultivo sojero, mediante la reconstitución de la Junta Nacional de Granos y la nacionalización del comercio exterior.
Los firmantes del texto estiman que el proceso de reindustrialización se ha estancado en un marco de concentración, extranjerización, remisión de utilidades y baja inversión. Consideran que el salario formal se recuperó, pero subrayan la gran distancia que existe entre esa recomposición y el avance de la productividad o las ganancias. Subrayan que el ingreso promedio continúa por debajo de la canasta familiar y que los jubilados siguen relegados.
La segunda parte del documento destaca que más allá de los vaivenes cíclicos, persiste una gran desigualdad social, acentuada por el abandono de los proyectos de mayor progresividad impositiva. Señala, además, que el intento de implementar políticas pro-empresariales mediante la denominada “sintonía fina” chocaría con las mejoras sociales y se alejaría de una agenda progresista.
El texto detalla como la continuidad de la inflación erosiona los ingresos populares e interpreta que la carestía obedece a la primacía de altos patrones de rentabilidad, concertación oligopólica y baja inversión. Propone formas efectivas de control de precios a partir de evaluaciones de los costos. Destaca la gravedad que presenta la fuga de capitales y propone drásticas medidas para frenar este drenaje.
El escrito también evalúa que el superávit fiscal se ha extinguido y estima que el uso de los recursos del ANSES para el financiamiento oficial es una bomba de tiempo. Considera que ese bache no se corrige con aumentos de tarifas, ni retomando el endeudamiento externo que siempre asfixió a la Argentina. Estima que los bancos lucran con la intermediación sin proveer créditos de largo plazo y propone otra política en la órbita financiera.
En la tercera parte del documento se polemiza con los enfoques neoliberales que suelen objetar el “populismo”, presentando las restricciones económicas del entorno como un dato inamovible. Recuerda que todos los gobiernos precedentes recurrieron al endeudamiento y al sobre-gasto público e ilustra como la crisis capitalista internacional en curso, descoloca las convocatorias a “imitar al resto del mundo”. Destaca que estos llamados disfrazan la reintroducción de políticas de ajuste.
Pero el documento también crítica a los economistas oficialistas que fantasean con la auto-propulsión del consumo, olvidando el soporte de rentabilidad que caracteriza al capitalismo. Cuestiona la expectativa de forjar un modelo de “capitalismo serio”, remarcando que todas las variantes de este sistema impiden la igualdad social. Resalta, además, que en los hechos el “capitalismo de amigos”, camino elegido para forjar un sujeto nacional burgués, es la antítesis del ideal promocionado.
En contraposición a ese proyecto, el documento de EDI concluye presentando el nuevo cuadro de situación que están creando las demandas instaladas por los movimientos sociales, las organizaciones gremiales y las asambleas ciudadanas.
Marzo 2012
Claudio Katz, Eduardo Lucita, Jorge Marchini, Guillermo Gigliani, Jose Castillo,
Alberto Teszkiewicz, Julio Gambina, Mariano Féliz, Jorge Orovitz Sanmartino, Martín Ogando, Sergio García, Hugo Azcurra, Guillermo Almeyra, Martín Kalos Ariel Slipak, Facundo Lastra.
.AFLORAN LOS LÍMITES DEL MODELO
Un balance de los Economistas de Izquierda
.Transcurrida una década del reemplazo de la convertibilidad se generalizan los interrogantes sobre el rumbo de la economía. Las etapas de expansión sin obstáculos (2003-2008) y desajustes controlados (2009-2011) han quedado atrás y ganan visibilidad las grietas del modelo. Hidrocarburos, minería y ferrocarriles son áreas críticas, la sojización se afianza, la recuperación del empleo productivo pierde dinamismo y son numerosas las obstrucciones que enfrenta la reindustrialización.
La creciente extranjerización y concentración de la economía, el fracaso del intento de recreación de un sujeto burgués nacional, el dominio de las formadoras de precios, son rasgos cada vez más acentuados, mientras que la disputa por el excedente y la fuga de capitales, alimentan el proceso inflacionario y la perdida de competitividad deteriora las exportaciones industriales y amenaza el nivel de empleo.
Hay sin duda problemas de coyuntura. Cualquiera sea la evaluación del impacto que pueda depararnos la crisis capitalista mundial, ya nadie habla del “blindaje argentino”. El balance de divisas ve reducir su superávit y la situación fiscal se deteriora. Sin incrementar los recursos de la Tesorería habrá dificultades para repetir la receta del 2009 y sortear la caída de la actividad que se avecina, con gasto público o expansión del consumo.
¿Se agotó el modelo económico actual? ¿Hay margen para el desarrollo en un esquema que preserva el extractivismo? ¿Alcanzaron un techo las mejoras sociales y las importantes conquistas populares de los últimos años? En lo que sigue planteamos un balance poniendo énfasis en los problemas más acuciantes que enfrenta la economía argentina.
PARTE 1: LOS DESEQUILIBRIOS ESTRUCTURALES
La depredación de los hidrocarburos
La situación energética del país no está colapsada, pero ha llegado a un límite que marca un estado de crisis aguda. Este se expresa en la debilidad de la producción hidrocarburífera; en la insuficiencia tanto de la capacidad de refinación instalada como de las redes de transmisión y distribución de los fluidos. También en lo embrionario de las energías alternativas. Pero en un país cuya matriz energética es fuertemente dependiente de los hidrocarburos (90%), sobre todo del gas, es allí donde se concentra el núcleo duro de la crisis latente.
Argentina es un país que tiene petróleo, lo sabemos desde hace ya más de 100 años, pero no puede decirse sea un país petrolero, puesto que el nivel de sus reservas comprobadas no permite esa caracterización. Sin embargo a fines de los ochenta logró el autoabastecimiento y pocos años después se transformó en un país exportador. En rigor se exportaban reservas (se calcula se exportaron algo así como el 50% de las comprobadas en petróleo y el 15% de las de gas) y el resultado ha sido inequívoco: pérdida del auto-abastecimiento y conversión de Argentina en importador neto de gas natural, fuel y gas oil.
Así la balanza energética ya no exhibe excedentes de 2041 millones de dólares como en el 2010, en 2011 el balance fue negativo en 2931 millones (fuente INDEC). Lo que se preanuncia son fuertes desbalances crecientes. Las importaciones de gas boliviano se duplicaron y los subsidios del Estado al sector energético aumentaron en forma exponencial. El problema no se limita a amenazas de cortes en verano o falta de gas en invierno. Ha emergido un gran obstáculo para toda la economía, derivado de la escasez estructural de combustible.
Así las reservas bajaron de 20 años, en los ’90, a 10 en 2009 y de 17,2 años, en el 2000, a 7,8 años, en 2009, respectivamente. Este desmoronamiento fue un resultado directo de la ausencia de exploraciones. En la década de los ‘80 se incorporaron 1026 pozos, en el decenio posterior 989 y en el siguiente 484.
REPSOL es el principal responsable de este desplome. Se apoderó de YPF cuando el barril que actualmente ronda los 100 dólares sólo costaba 20 y dedicó su gestión a vaciar los pozos ya descubiertos. Giró sistemáticamente utilidades al exterior e invirtió en otras regiones (EEUU, Brasil, México, Caribe, África). Argentina figuró siempre como la principal fuente de ingresos de la compañía y la renta del subsuelo nacional fue destinada a abrir negocios en otras latitudes.
En sus propios balances se informa que esos lucros surgieron del vaciamiento de los pozos ya existentes. Esa extracción aseguró un altísimo nivel de rentabilidad. Sólo en el período 2008-2010 la empresa obtuvo beneficios netos por 13.380 millones de pesos y distribuyó el 90 % de esas ganancias.
Un fraude complementario fue perpetrado por los capitalistas argentinos aliados del gobierno (familia Eskenazi). Ingresaron a la compañía adquiriendo el 25 % de las acciones, con fondos surgidos de la distribución de las utilidades. No pusieron un solo peso y financiaron su compra con créditos solventados en el vaciamiento de la empresa#.
El gobierno participó directamente de esta operación. Destrabó obstáculos legales y sancionó ajustes de precios en los surtidores. Supuso que esta “argentinización” permitiría recuperar el control sobre un sector devastado por las privatizaciones. Pero el remedio fue peor que la enfermedad, puesto que los empresarios nacionales acentuaron el parasitismo de los ibéricos.
En los últimos meses este desastre comenzó a repercutir sobre la economía y obligó al gobierno a presionar por un incremento del abastecimiento.
El oficialismo se enojó con sus viejos socios, quitó subsidios a las empresas (programas petróleo, refino y gas plus), denunció sobreprecios en el gasoil, cuestionó prácticas monopólicas (vender más caro a los transportistas que en los surtidores) y obligó a liquidar las divisas de exportación. Además, votó en el directorio de YPF contra el reparto de dividendos, amenazó con introducir fuertes regulaciones y desplegó una retórica muy beligerante (“no podemos volver a la época del Virreinato”).
En sus propios balances se informa que esos lucros surgieron del vaciamiento de los pozos ya existentes. Esa extracción aseguró un altísimo nivel de rentabilidad. Sólo en el período 2008-2010 la empresa obtuvo beneficios netos por 13.380 millones de pesos y distribuyó el 90 % de esas ganancias.
Un fraude complementario fue perpetrado por los capitalistas argentinos aliados del gobierno (familia Eskenazi). Ingresaron a la compañía adquiriendo el 25 % de las acciones, con fondos surgidos de la distribución de las utilidades. No pusieron un solo peso y financiaron su compra con créditos solventados en el vaciamiento de la empresa#.
El gobierno participó directamente de esta operación. Destrabó obstáculos legales y sancionó ajustes de precios en los surtidores. Supuso que esta “argentinización” permitiría recuperar el control sobre un sector devastado por las privatizaciones. Pero el remedio fue peor que la enfermedad, puesto que los empresarios nacionales acentuaron el parasitismo de los ibéricos.
En los últimos meses este desastre comenzó a repercutir sobre la economía y obligó al gobierno a presionar por un incremento del abastecimiento. El oficialismo se enojó con sus viejos socios, quitó subsidios a las empresas (programas petróleo, refino y gas plus), denunció sobreprecios en el gasoil, cuestionó prácticas monopólicas (vender más caro a los transportistas que en los surtidores) y obligó a liquidar las divisas de exportación. Además, votó en el directorio de YPF contra el reparto de dividendos, amenazó con introducir fuertes regulaciones y desplegó una retórica muy beligerante (“no podemos volver a la época del Virreinato”).
Están por verse los resultados de esta confrontación. Las empresas siempre recurrieron al desabastecimiento para lograr mayores precios, creando reyertas con todos los gobiernos. El problema actual tiene otro alcance, puesto que se agotaron los pozos existentes. Se requieren inversiones de gran porte para buscar nuevos yacimientos o para explotar afluentes de elevado costo de extracción. La nueva cuenca de Neuquén podría aumentar significativamente las reservas comprobadas. Pero contiene combustible no convencional, cuya extracción entraña enormes riesgos ambientales y exige gastos dos o tres veces superiores al promedio actual.
Lo ocurrido con ENARSA demuestra la total inconsistencia de iniciativas oficiales sin recursos ni financiación. Esa empresa está constituida por un grupo de oficinas sin actividad real. Es titular de áreas off shore, pero no realizó operaciones significativas.
REPSOL no parece orientada a modificar sus políticas empresariales por las presiones del gobierno. Tampoco se muestra dispuesta a contraer deuda para subsanar el incumplimiento de sus viejos compromisos. Ni siquiera concretaría inversiones significativas si se alinean los precios locales del combustible con los niveles internacionales#
Algunos funcionarios gubernamentales comienzan a buscar asociaciones privilegiadas con otras empresas (como Pan American), otros grupos (Bridas) y otros financistas (chinos). Pero un cambio de favoritismo no resolvería el problema de las inversiones faltantes.
La necesidad de la anulación de las concesiones y de la nacionalización surgen del simple incumplimiento de contratos, que estipulan la obligación de realizar las inversiones, que al no realizarse han llevado al vaciamiento de los recursos y a la emergencia energética actual. No sólo el país tiene argumentos jurídicos de sobra para adoptar esta decisión, sino que también puede litigar en tribunales internacionales por el fraude que ha cometido REPSOL. Obviamente esta controversia no podría procesarse en el ámbito del CIADI, que ya tiene preparados dictámenes a favor de las transnacionales antes del comienzo de cualquier juicio#.
La re-nacionalización de YPF es una alternativa considerada por todos los actores del sector. Incluso ha trascendido que los principales artífices de la privatización menemista habrían propuesto alguna modalidad de estatización que favorezca a REPSOL. Los Economistas de Izquierda sostenemos que hay que prestar mucha atención a la eventualidad de otra estafa, a través de alguna recompra de la compañía con fondos públicos, que terminaría siendo funcional a otros negocios privados.
Algunos proyectos en danza señalan la desventaja padecida por haber perdido la compañía estatal que mantuvieron Brasil, Uruguay o México. También se remarca el giro estatista que prevalece a escala internacional, desde el momento que 16 de las 20 mayores empresas del mundo pertenecen al sector público#. Asimismo es posible concebir distintos modelos de gestión
https://docs.google.com/document/d/14s3WosOps5nHoYYgSpBbKzocL0kg5MamAGU23sWzuMU/edit?pli=1#
El que no sabe quién es festeja sus derrotas y rechaza sus oportunidades
-
Hoy es un día venturoso. El Dibu la vio pasar 4 veces y Franco chocó su
auto con la carrera neutralizada: dos cartas de alienación que nuestros
enemigos ju...
Hace 3 semanas
No hay comentarios:
Publicar un comentario