martes, 22 de marzo de 2011

Despedida de un hombre decepcionado “Sólo me queda la conciencia” - Jaime Richart

Pero ni una sola neurona más para responder a las psicopatías, ni un solo humor digestivo más para vomitar... He tocado fondo.

Vista la reacción de la izquierda institucional, la supuestamente “representativa”, la de sindicalistas y demás personajes del socia­lismo de salón y de una burguesía venida a más desde la mierda, ante la saña del imperio y demás políticos de pacotilla con Gadafi, ladrones de Libia, voy a intentar no volver a escribir una sola línea más sobre política en esta web. Me limitaré, si acaso, a hacerlo alguna vez en los medios latinoameri­canos en los que colaboro, mucho más cercanos a mi pen­samiento y sensibilidad y al de otros muchos colaboradores de este sitio.
Naturalmente no volveré a votar jamás, y menos a esta pandilla de impostores capaces de retorcer la realidad y la justificación impo­si­ble del crimen organizado para más saquear.

Me quedo pues a solas con mi conciencia, y no volveré a ponerla a contribución social hasta que un golpe histórico o de suerte de­vuelva la sensibilidad social que abandonó esa izquierda de guarda­rropía problablemente envilecida por una abducción secreta. Por eso yo mismo acabo de retirar mi artículo “Para qué queremos gobiernos de derechas”. Lo único que merece esta villanía es el más absoluto desprecio a todos ellos. Solamente insertaré aquí mi artí­culo ya preparado, titulado “Increíble Japón, increíbles gobernantes”. Adiós.

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