miércoles, 23 de marzo de 2011

No escarmientan - Jaime Richart

El ser humano no escarmienta....Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces sobre la misma piedra. Si efectivamente sólo tropezase dos veces, aún tendría disculpa.
Pero es capaz de tro­pezar una y mil veces sin inmutarse. Si contamos sus tropiezos por guerras, qué podría decirse de él. Pero a este “tropiezo” inextir­pable de su condi­ción, se añade la torpeza maliciosa de arrastrar tras él a mu­chos otros semejantes y a veces a las generaciones ve­nideras… El mundo se nos puede estar viniendo encima, pero él no se corrige. Así pues, si las guerras son la primera prueba de su ne­cedad, las centra­les nucleares son la segunda aunque en estos momentos sea la pri­mera. Y cuando digo necedad quiero decir en este caso absoluta falta de previsión. Pues resulta asombroso que un pueblo tan avanzado como el nipón, que habita un lugar del globo tan expuesto a los movimientos sísmicos, no haya previsto al construir sus centrales nucleares lo que podía ocurrir y ha sucedido…
Son demasiados descuidos, demasiados cálculos erróneos, dema­siados desafíos a la Naturaleza, demasiada ceguera en los espíri­tus dirigentes como para fiarnos de lo que nos dicen los gobiernos, de lo que nos dicen los organismos internacionales, de lo que nos dicen los expertos. Incluso de lo que nos dice la ciencia. Ahí está en LCH, otra arriesgadísima aventura científica y un es­pantoso experimento cuyas consecuencias están por ver.

Dicho lo anterior, es sabido que la ventaja de las centrales es que ofrecen energía li­bre de carbono a precios razonables. Y a ella van hace mucho las naciones. No evalúan el peligro de la hecatombe no ceñida a zona concreta, sino extendida quién sabe si a un con­ti­nente o al mundo entero. Y si lo evalúan les da igual. Ellos, al ne­go­cio…

La agencia intergubernamental Organismo Internacional de Ener­gía Atómica (OIEA) clasifica los accidentes nucleares con un criterio llamado “International Nuclear Event Scale” (INES), que va de 1 a 7.
Aquí tenemos los cinco accidentes más importantes:
1) Chernobyl. Unión Soviética, 26 abril 1986. Rating INES: 7.
2) Kyshtym. Unión Soviética, 29 septiembre 1957. Rating INES: 6.
3) Windscale. Gran Bretaña, 10 octubre 1957. Rating INES: 5.
4) Three Mile Island. Estados Unidos, 28 marzo 1979. Rating INES: 5.
5) Tokaimura. Japón, 30 septiembre 1999. Rating INES: 4.
6) Fukushima Japón, 11 Marzo 2011, seis reactores a punto de fusión. Rating INES ?

De acuerdo que cualquier método para obtener energía puede te­ner un costo en desastre. Pero no es lo mismo que un embalse rompa sus paredes con consecuencia catastróficas medi­das en vida que el accidente por error humano, por causas naturales, o por el sabotaje de una central nuclear. Pues los efectos de un “acci­dente” en una central nuclear afectan a la vida en general y se ex­tienden en el tiempo a las siguientes generaciones. Luego está la imposibilidad de deshacerse de los residuos nucleares. El uranio dura miles de años y el cesio trescientos… Y ya se tiene la experien­cia del esta­llido de bidones conteniendo residuos en aguas de So­malía.

No creo que por lo sucedido en Japón cambien las cosas. Esa contumacia a que me refiero al principio y la tiranía de los precios en el capitalismo, que a menudo nada tiene que ver con el valor intrín­seco del producto, hace temer que la energía atómica en manos del ser humano termine destruyendo el planeta sin pretenderlo. Y es que el humano, principalmente el que se mueve por motivos econo­micistas -termino como empecé-, por no desprenderse, preso de co­dicia, de los pesadísimos lingotes de oro que lleva consigo es capaz de dejarse hundir en el fondo del pantano y arrastrar con él al resto de la humanidad.
Pues otra prueba de la estupidez del humano es que todo lo cal­cula en pérdida y ganancia, pero en dinero. No tiene ni aplica otros bare­mos. Si en lugar de dinero fuese cada vida humana la medida del valor, a estas alturas es im­posible que una sociedad situada en el nivel superior de inteligencia no abandonase inmediatamente las centra­les nucleares, para no volver a tropezar en la misma piedra en la que ha tropezado ya varias veces. Kaosenlared

ML

No hay comentarios:

Ir arriba

ir arriba
Powered By Blogger