La Policía siria, ayer en acción. La localidad de
Daraa se ha convertido en el centro de las protestas contra el régimen de Asad. El viernes, seis personas murieron al abrir fuego la policía contra una manifestación. Hoy la situación es aún peor. Grupos de derechos humanos afirman que han muerto 15 personas, la mayoría en la concentración que de forma permanente se celebra ante la principal mezquita de la ciudad.
Y todo comenzó por la detención de
15 niños y adolecentes que habían pintado grafitis revolucionarios en las paredes. Ya no se necesita ningún hecho extraordinario para que la gente salga a la calle en algunos países de Oriente Medio.
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