Celia Hart mariposa revolucionaria

Querida Celia:

Hoy quiero recordarte junto a todos aquellos que aprendimos a quererte en tu ternura, tu bravura, honestidad y esa secillez tan característica que rodeaba tu figura.

No es con tristeza que te recordamos, sino con la alegría que tu irradiabas, con tu sentido del humor, con tu pasión por la vida.

No podemos hablar de tí en pasado, porque estás presente. Hoy como ayer, presente también en la lucha por la liberación de nuestros hermanos presos injustamente en las cárceles del imperio, Los Cinco.

En las calles de Honduras, en la Amazonia idígena de Perú, vigelante en el proceso bolivariano; tu presencia sigue alumbrando la cotidiana lucha de la mujeres donde quiera se encuentren.

Tu, "mariposa" sigues mostrandonos el camino, vuelas delante de nosotros.

Dos cosas me impactaron de tí, tu capacidad de amor, y el respeto a los que opinaban direrente.

Defendías tus ideas, como debe hacerlo todo comunista verdaderamente revolucionario, y levantabas tu voz contra aquellos que se dejaban comprar con dávidas, los que perdieron el rumbo y aquellos que se dejan llevar por las ideas de otros, incapaces de pensar por si mismos.

Querida Celia, nombrarte sin nombrar a tu querido hermano Abel, no sería justo puesto que siempre fueron ustedes inseparables.

Abel sigue presente en la herencia de sus libros sobre Derecho en las universides de Cuba, y entre todos con los cuales participó en sus trabajos, al igual que tú.

Querida Celia ya está alta la luna en el cielo, seguiré dialogando contigo mañana.
Con mi cariño de siempre
Lidia