sábado, 25 de febrero de 2012

Uruguay: Cronicas de Luna. La indigencia; una cuestión de "imagen"

Según una nueva legislación, se habilita al gobierno a sacar de calles y plazas a las personas que viven en ellas. El creciente número de personas en la calle inquieta al gobierno, y a algunos más que otros y por diversos motivos.
El MIDES sería quien implementaría esta acción gubernamental.

Lo primero sería demostrar que el gobierno efectivamente hace algo para combatir esta situación; recordemos que en su momento ya había sido cuestionada la gestión de Ana Vignoli al frente del MIDES ante lo ineficaz de su gestión, durante la cuál murieron 6 personas en situación de calle.
También poco antes la senadora socialista Mónica Xavier había impulsado un proyecto de ley mediante el cual se habilitaba a sacar a las personas que viven en la calle, mismo en contra su voluntad.
El malestar está en el gobierno, en el MIDES pero también en el Ministerio de Turismo.
El titular de esa cartera Héctor Lascano declaró a medios de prensa que, entre otros es preocupante el número de personas que viven en la calle ante la “imagen” que se da al turismo y además también sería algo que afecta a la “estética”.
Urguay-Verdad secuestra, el gobierno miente en sus informes
sobre la pobreza
Bueno, ser responsables o aparecer como responsables es lo que más cuenta para este gobierno progresista y lo segundo o lo paralelo es que hay que cuidar la “imagen” del país y por supuesto la “estética” ¡
Lamentable, ¡patético! el tema no es que no existan personas indigentes si no que hay que volverlas invisibles al resto de la sociedad y para ello nada mejor que el encierro.
Sí, tendremos que parafrasear una vez más a Michel Foucault
Uruguay, indigencia
“La locura ya no hallará hospitalidad sino entre las paredes del hospital, al lado de todos los pobres. Es allí donde la encontraremos aún a fines del siglo XVIII.

Para con ella ha nacido una sensibilidad nueva: ya no religiosa, sino social.
Si el loco aparece ordinariamente en el paisaje humano de la Edad Media, es como llegado de otro mundo. Ahora, va a destacarse sobre el fondo de un problema de "policía", concerniente al orden de los individuos en la ciudad.
Antes se le recibía porque venía de otra parte; ahora se le va a excluir porque viene de aquí mismo y ocupa un lugar entre los pobres, los míseros, los vagabundos. La hospitalidad que lo acoge va a convertirse —nuevo equívoco— en la medida de saneamiento que lo pone fuera de circulación. En efecto, él vaga; pero ya no por el camino de una extraña peregrinación; perturba el orden del espacio social.
Despohada de los derechos de la miseria y robada desu gloria, la locura, con la pobreza y la holgazanería, aparece en adelante,secamente, en la dialéctica inmanente de los Estados.” Esta locura y pobreza que se despliega en nuestra ciudad forma parte de lo que somos capaces como sociedad de producir, pero que debemos ocultar, por que es la otra cara de ese nosotros que no queremos que se vea.



Dicen nuestros gobernantes que no será posible, sacar por completo a los indigentes de las calles pero ello debería reducirse bastante
“En este sentido, el "encierro" esconde, a la vez, una metafísica de la¿Será nuestra ciudad más estética sin gente viviendo en sus calles, como lo pretende Héctor Lescano? Parecería que la desastrosa estética de los Mac Donalds, los Shoppings y las torres no molestan a los gobernantes ni a los turistas.

ciudad y una política de la religión. Reside, como un esfuerzo de síntesis

tiránica, a medio camino entre el jardín de Dios de las ciudades que los
hombres, expulsados del Paraíso, han levantado con sus manos. La casa de
confinamiento en la época clásica es el símbolo más denso de esta "policía"
que se concibe a sí misma como equivalente civil de la religión, para edificar una ciudad perfecta.”


Ni que hablar que tampoco les molesta, Punta del Este, ni Botnia, ni la minería a cielo abierto.
¿Pero qué es lo que hace a nuestra identidad cultural? ¿Acaso una fachada, un simulacro?
Aparentar para afuera es lo que importa y también para sentirnos descomprometidos políticamente, moralmente, cuando nos paseamos por la ciudad.
Justamente en una ciudad sumergida en la mugre del consumismo y que tampoco se logra limpiar pero bueno, este gobierno tiene prioridades y ahora se viene la del gran encierro para los indigentes.
La estética uruguaya es de cuarta o de quinta porque así es todo lo que se pretende copiar: malo. No hay producción propia, me refiero a creación, todo absolutamente todo es importado.
Pero justamente esto que no sabemos como nombrarlo posee una estética que los habitantes de las calles vendrían a estropear, para la sensibilidad de nuestros gobernantes.
Los pobres, los locos son los nuevos desaparecidos.
¿No se formará ninguna comisión investigadora acerca de cómo es que tanta riqueza produce tantas miserias?

Crónicas de Luna
21 02 2012

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