"Colombia es un país donde ríos de oro se mezclan con ríos de sangre"
Eduardo Galeano
El conflicto interno de Colombia lleva casi seís décadas, convirtíendose en uno de los más antiguos del mundo junto al de Palestina y Cachemeria. En esta confrontación la población civil ha sido la primera víctima. Según las cifras que manejan las organizaciones de derechos humanos, nacionales e internacionales, son más de 60 000 los detenidos desaparecidos; 8 mil presos políticos; cientos de fosas comunes; 5 millones de camesinos, indígenas y afrodescendietes violentamente desplazados de sus tierras en los últimos diez años y miles de homicidios políticos
Instancias internacionales, como la ONU, señalan al Estado, junto a sus grupos paramilitares, como el principal responsable de tal violencia.
La insurgencia, representada en las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC y el Ejército de Liberación Nacional, ELN, aunque en una mínima proporción, también tienen su responsabilidad.
Al analizar la historia política del país, se puede afirmar que la guerrilla es consecuencia y no causa de una guerra que tiene causas económicas, políticas y sociales. También se consta que desde hace 30 años la insurgencia ha insistido en una salida política negociada al coflicto. En los intentos de diálogo que ya se han realizado, los sucesivos gobiernos han utilizado pretestos para romper y no avanzar en la búsqueda de una paz con dignidad.
El asesinato a comandantes de la FARC, y la persecución con el mismo fina de los del ELN está encaminado a bloquear las demandas de una negociación
Igualmente, hemos sido testigos de las grandes movilizaciones realizadas por extensos sectores del pueblo colombiano clamando y exigiendo, una salida política que lleve a la paz con justicia social. En los últimos meses el gobierno colombiano repite que el conflicto colombiano solo concierne a los colombianos. Pero resulta fácil comprobar, observando la geopolítica, que esto no es así, pues por múltiples razones ya incumbe a la región y al continente. Igualmente, al repasar la historia se constata que Estados Unidos tiene una gran responsabilidad en su recrudecimiento, al pretender convertir a esta nación en una base militar continental, con el fin de contener los proyectos democráticos que se desarrollan en América Latina. Mientras que intancias regionales como la Unión de Naciones Suramericanas, UNASUR, han proclamado a la región como un territorio de paz.Por lo anterior, hacemos un llamado al gobierno de Colombia y, por extensión, al de Estados Unidos, para que escuchen al pueblo colombiano, y se acepte la propuesta de la insurgencia para buscar una solución política negociada al conflicto. Convencidos estamos que la salida es política y no militar.
.FIRMAN: Hernando Calvo Ospina, Hugo Moldiz Mercado, Gilberto López y Rivas
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