Gabriel Impaglione (h) |
En este sentido poco y nada ha cambiado, salvo, si se quiere, cierta impopularidad que no pagará electoralmente la liga de representantes de la casta fondomonetarista en el gobierno, ya que carecen de esa minucia que es un partido político.Tal vez por este ínfimo “detalle” pueda asegurarse que la derecha y sus cómplices dejan hacer con total libertad a los burócratas. Uno para todos y todos para uno.
Sinartículo 18 como salvaguarda de los trabajadores, con normas que favorezcan una flexibilización aún más profunda en el mundo del trabajo, será un juego de niños recibir posibilidades de inversión en un país en el que las condiciones de esclavismo no tendrán límite, como no tendrán límite las ganancias de los empresarios. Digamoslo así: una cuestión inversamente proporcional, hambre para el pueblo trabajador, riqueza abusiva para la oligarquía.
Lo mismo sucede en Honduras, en Guatemala y México, en Haití…. pero esto es Italia!
Quiero decir, con estas medidas del virrey Monti y sus secuaces, Italia podrá darse la mano en un pié de igualdad con una enorme cantidad de paises tercermundistas en donde la explotación “legal” es un derecho de los monopolios. Me viene a la memoria la United Fruit norteamericana en Centroamérica… y no es un capricho.
La manifestación de los trabajadores metalmecánicos del próximo 18 de febrero es un acto de dignidad.
Si, como creo, en el pueblo italiano aún perdura esta virtud, el paro debería extenderse a todo el país y de manera indefinida.
Todo indica que la cuestión de las “clases” libra su batalla. Todo indica que Marx sigue vigente y que nada de aquello del “fin de la historia” del tal Fukuyama, “best seller” tan declamado por el ultracapitalismo, ni la felicidad planetaria en armonioso equilibrio gracias a la sencilla teoría de la oferta y la demanda, es cierta.
No saben como parar la caida del imperio del lucro. Se resquebraja por todas partes, hace agua, y sus apóstoles ya no tienen discurso que valga.
Inventarán otras guerras. La presencia yanki en torno a Siria e Irán, es agobiante. La fórmula: te invado- te robo- te colonizo, ha dado tantos muertos al mundo como ganancias a los gobiernos imperiales; este horror ya no tiene medida.
Italia no es ajena a esta lógica ni inocente. Los cazabombarderos comprados por el gobierno tendrán finalmente su misión de un momento a otro. (Los recortes no han alcanzado la compra de máquinas de muerte a la necesitada industria bélica yanki… será uno de los tantos acuerdos de la alianza invasora?)
Mientras Italia camina en silencio hacia una realidad de república bananera, con la complicidad de la casta conservadora y la indiferencia suicida de una buena porción del pueblo (tantos años adormecido en un bienestar ficticio), el mundo se dirige por “imperio” de unos pocos, al peligroso abismo de una guerra que quizá pueda ser la última que sacuda la vida en el planeta.
*Poeta italo-argentino.
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