Ciudad de México, 8 de marzo 2015
Eugenia Gutiérrez, colectivo Radio Zapatista
Dios nunca sorníe. Impera en oriente y occidente, en el norte y en el sur, mientras observa distante a sus criaturas destructoras. Desde hace milenos, la institucionalidad de las tres religiones monoteistas dominantes lo representa o lo piensa como un hombre maduro, blanco, poderoso y sano. Nadie le conoce una novia, ni un amigo. Jamás lo han visto alimentando a un bebé ni disfrutando de un día tranquilo, día de campo. Si la humanidad fue creada "a su imagen y semenanza" debió ocurrir una grave confusión en el acto, o bien, un severo error de producción, pues nadie lo ha escuchado cantar, ni se le ha visto por ahí llorando de amor, soñando, trabajando, padeciendo alguna discapacidad, ni aprendiendo a bailar. De hecho, el noventa por ciento de sus criaturas no se le asemeja.
Las estructuras patriarcales que sostienen el mundo llega a este 8 de marzo de 2015 más fortalecidas que nunca. Con el capitalismo como síntoma principal de sus achaques, el patriarcado milenario que logró imponerse como forma mundial de "vida" intensifica su violencia. La pequeña ciudad nigeriana de Baga se borrada del Mapa por fervientes seguidores de decenas se suras que subryan la importancia de infligir un castigo ignominioso a los infieles. A la sombra de estos preceptos, atacadas por el mismo odio que acribilla a caricturistas y con el apoyo de una fortuna en armas, 2 mil personas absolutamente pobres, son exterminadas. Por si fuera poco, más de 500 niñas y niños son secuestradxs ahí por el mismo grupo salvaje que robó impunemente a 276 niñas en 2014 para venderlas y usarlas como exclavas sexuales, o bien para utilizarlas como bombas humanas y conseguir más dinero y comprar más bombas.
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