Ignorar al Río de la Plata como parte de nuestro territorio no es un capricho o un azar: es el resultado de un modelo político de gestión que empezó durante la dictadura.
Matías Pandolfi.
La actitud de vivir mirando al río se contrapone a la cultura porteña de darle la espalda sin hacer preguntas. Ignorarlo como parte de nuestro territorio no es capricho o un azar, es le resultado de un modelo político de gestión que empezó durante la dictadura, cuando se cerraron los balneres públios para privatizarlos. Este modelo se profundizó desde 2007 con el macrismo. Vivimos en una ciudad en donde la naturaleza es ignorada y devastada, se reduen cada vez más los epacios verdes para ser remplazados por cemento y se impone, cada vez más, el concepto de "naturaleza artificial": playa que no son playas, privatización y asilamiento de la zona ribereñ, reemplazo de especies vegetales autóctonas por exóticas en parques y plazas y la reciente aparición de "torres country" Hay cuatro aspectos que nos alejaron a los porteños del Río de la Plata y que se incriben en lo que podemos caracterizar como cultura macrista: 1) La especulación inmobiliaria y la construcción desenfrenada sobre el espacio público....
2) El aislamiento: muy pocas vías de comunicación que unan el resto de la ciudad on el río utilizando transporte público.
leer más: El macrismo y la ribera porteña
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