LA CAUSA DE LOS PUEBLOS NO ADMITE LA MENOR DEMORA
J-ARTIGAS
ACERCA DE LA RENUNCIA AL FRENTE AMPLIO DE HELIOS SARTHOU. por Eduardo Abeleira
En cada una de sus intervenciones (Sarthou)en levantar los principios de la democracia directa, del revocamiento de mandatos, de la rotatividad de los mismos, de la supresión del Senado mantenido como un resabio aristocrático. Lenguaje peligroso el de Sarthou, que indica el porqué de su ausencia en los medios de comunicación, incluidos la mayoría de los llamados progresistas. Cultores y defensores, al decir de Helios, de ese pensamiento político, vago e impreciso denominado progresismo. Cuando el hacer se detiene El Frente Amplio ha cumplido los peores vaticinios, el gran entusiasmo del triunfo se ha vuelto, lenta e implacablemente, una frustración, otra decepción. Ha derrochado una coyuntura notable compuesta por tres factores esenciales para cualquier proyecto transformador: Movilización de grandes masas populares ( dos enormes concentraciones de alrededor de 500.000 personas cada una ) antes y después del hecho electoral, un entorno regional favorable ( Kirchner en Argentina, Lula en Brasil, Chávez en Venezuela ) y mayoría propia en la Cámara de Diputados y Senadores. De ser una organización participativa y militante ( comités de base mediante ) el Frente Amplio se ha vuelto una recolectora de sufragios. No es la participación o la organización, no es la generación de debate político creador de conciencia el eje de su accionar, no es la creación de nuevas formas de involucramiento o el nacimiento de condiciones que superen las miserias del capitalismo expresadas en cada vez más marginación, exclusión y hambre. ¡No! El gran eje de su accionar es ver como se recolectan votos para continuar en el ejercicio de la gestión gubernamental. Ante esa ausencia de transformación, algunos se vuelven incómodos, son una piedra en el zapato, molestan. Por suerte para el sistema su voz no es amplificada, por suerte para el sistema no es la rebeldía o la bronca la respuesta frente a la estafa a la utopía sino que crece la resignación, el desaliento, el “ es lo que hay valor” e incluso la advertencia, “ se podría estar peor” . Por suerte para el sistema son muchos los jóvenes que no visualizan la lucha como salida de este sistema sino la frontera o el aeropuerto. La respuesta es emigrar, buscar en otro lado la esperanza negada en su suelo. Por suerte para los beneficiados por este estado de cosas la palabra crítica de muchos como Sarthou es poco audible en una sociedad mediatizada y con límites precisos a la libertad de expresión. Sean los orientales tan ilustrados como valientes Ahora Sarthou ha tomado una decisión. En “La hora de la partida” explicita las razones, expone sus argumentos. Nos dice que es tiempo de decir No, que la pelea es larga y la estamos perdiendo y para revertirla hay que denunciar las contradicciones y las complicidades con el sistema. Es verdad. Helios Sarthou fue minoría en el Frente Amplio. Pero eso no era óbice para su participación. Cuando se retiró del MPP lo hizo conciente que perdía su banca en el Senado. “ Acá hay un alero, hay espacio para vos” fue el intento para evitar su ida. Pero ese alero respiraba “capitalismo en serio” y no tenía agujero alguno por donde entrara el aire socialista. Entre el cómodo sillón y la incomodidad de la lucha por las ideas prefirió la incomodidad. Nunca integró la familia del poder, por ello no le importó volver al llano manteniéndose fiel a sus convicciones y no quedarse para avalar desde su banca un camino que llevaba a clausurar la posibilidad de transformación del país, que conducía al abandono de la profecía ( como gusta decir ) por el pragmatismo más feroz. Es verdad, la mayoría no lo acompañó. Pero hay hoy una mayoría anestesiada que tiene planteado antes el cambio del auto que el cambio social, que plantea la salvación propia, ajena a la salvación colectiva, que ha sido víctima de esa derrota cultural infligida a toda una generación y que entre sus frutos propicia la indiferencia ante la cosa pública. Hay una mayoría en que las urgencias cotidianas a que las ha llevado este sistema capitalista le tapiaron las salidas. Y esto se magnifica cuando aquellos que deberían señalar el camino para romper esas tapias fomentan la adaptación y la resignación. Sarthou no quiso ser cómplice de eso y propone la lucha, la que incomoda, la que niega prebendas y privilegios, la que niega la caridad, donde la mano que da está siempre encima de la mano que recibe, la que te recuerda desde los viejos tiempos que la única lucha que se pierde es la que se abandona. Helios Sarthou no abandona la lucha, abandona el lugar donde esta es solamente un maquillaje político. Cargando una historia de enfrentamiento al sistema está dispuesto a trabajar por un mejor destino que alcance a construir ese mundo que seguimos soñando. Con él vamos. Eduardo Abeleira / RECOSUR
Fuente Comcosur:www.comcosur.com.uy/recosur
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