martes, 21 de diciembre de 2010

Uruguay: Dan Mitrione un fantasma del pasado, de regreso

La semana pasada volvió a sonar el nombre de Dan Mitrione. Como un fantasma que vuelve del pasado, cuarenta años después. Uno de los cables diplomáticos difundidos por WikiLeaks respecto a Uruguay, mostró el malestar de la embajada de Estados Unidos con el gobierno de Tabaré Vázquez por el nombramiento de Henry Engler al frente del Centro Uruguayo de Imagenología Molecular (Cudim). La embajada atribuyó a Engler, científico y ex tupamaro, haber participado en el asesinato de Dan Mitrione el 9 de agosto de 1970.


Una vez conocido el cable diplomático hubo distintas reacciones. El propio Engler dijo que no participó ni del secuestro ni de la muerte de Mitrione y reclamó a Estados Unidos que pidiera perdón por haber enviado a Mitrione al Uruguay con la misión de enseñar a torturar.

Esta polémica reaviva el interés por recordar aquella historia. ¿Quiénes secuestraron y asesinaron a Mitrione? ¿Quién era Mitrione?

Dan Anthony Mitrione era un policía estadounidense, experto de la Agencia Internacional para el Desarrollo, agregado ante la Prefectura de Policía uruguaya.

Los tupamaros lo secuestraron el 31 de julio y una semana después decían en un comunicado que “se trata de un espía norteamericano ubicado por el gobierno en el seno de los servicios de seguridad uruguayos. Según sus propias declaraciones, fue consejero técnico de la Guardia Republicana”.

Según cuenta Alain Labrousse en “Una historia de los tupamaros”, Mitrione había llegado a Uruguay en 1968 y había negociado con empresas estadounidenses la compra de material moderno para la policía. También cuenta el autor que pocos días después de su secuestro se supo que Mitrione había sido consejero de la policía militar de Belo Horizonte y luego de la de Rio de Janeiro, conocidas por el uso de la tortura. Sin embargo aclara que “esto no habría alcanzado para demostrar que Mitrione mismo era el que había introducido estas prácticas en el Uruguay y más aún haber dado clases de tortura”.

Según la historiadora Clara Aldrighi el que le habría revelado a los tupamaros la importancia de Mitrione habría sido un agente secreto cubano infiltrado en la embajada de Estados Unidos.

El ex comisario Alejandro Otero dijo a Jornal do Brasil pocos días después del asesinato que “Mitrione había empezado a emplear, con el aval del gobierno uruguayo, métodos violentos, represión y a aplicar la tortura”.

El secuestro de Mitrione fue parte del llamado plan “Satán”, por el cual los tupamaros pretendían canjear presos políticos por secuestrados. Entre fines de julio y principios de agosto de 1970 los tupamaros secuestran también al juez Daniel Pereira Manelli, al cónsul de Brasil Aloysio Dias Gomide y al especialista agrícola de Estados Unidos, Claude Fly.

Cuando el gobierno y los tupamaros estaban en plena negociación de un canje cayó la dirección del MLN-T, con Raúl Sendic a la cabeza.

La nueva dirección mantuvo la postura de ejecutar a Mitrione si los prisioneros no eran liberados. Esta posición era compartida por la mayoría de los tupamaros que estaban presos en el penal de Punta Carretas.

El hoy presidente José Mujica, dijo al periodista Miguel Angel Campodónico, que los tupamaros no debieron nunca haber ajusticiado al peón Pascasio Báez. Pero advirtió que “hubo otros ajusticiamientos que sí fueron productos de decisiones que nosotros tomamos conscientemente, por ejemplo el caso de Dan Mitrione o el de Morán Charquero”.

Durante dos días debatieron en la celda 238 de Punta Carretas. El que llevó la voz cantante contraria a la ejecución fue Eleuterio Fernández Huidobro, que argumentó que se endurecería el conflicto y se generalizaría la tortura en caso de que Mitrione fuera ajusticiado. Según contó José López Mercao a Alain Labrousse, él estaba de guardia en la puerta de la celda y escuchó a Julio Marenales responderle a Fernández Huidobro: “¿No lo pensamos cuando nos comprometimos a la lucha armada?”. Y esta respuesta selló la discusión y la ejecución fue aprobada por amplia mayoría.

La nueva dirección del MLN también cayó, por lo cual, recuerda Labrousse, fueron los estudiantes Henry Engler, Rodolfo Wolf y Armando Blanco Katras quienes como jefes de la columna 15, que estaba encargada de mantener a los rehenes, tomaron el mando del MLN y decidieron aplicar la sentencia sobre Mitrione. Y así MItrione fue dormido y muerto a balazos el 9 de agosto de 1970 poco antes de la medianoche.

Queda claro que la muerte de Mitrione fue producto de una decisión colectiva y que mal puede hacerse recaer en una o en unas pocas personas, como pretende la embajada de los Estados Unidos hacer con Engler.

Si la embajada tiene que molestarse con alguien no es con Engler, sino con un movimiento que tomó una decisión de forma colectiva.

Por otra parte también es cierto que Estados Unidos nunca pidió disculpas a Uruguay por la presencia y actividades de Mitrione.

La historia parece no coincidir ni con la versión de Engler ni con la de la embajada de Estados Unidos.

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