El 17 de diciembre (¡qué fecha!)esperaba encontrar en la prensa colombiana alguna noticia de esas extravagentes que saben publicar, sobre la muerte del Libertador Simón Bolivar; pero me encontré con el artículo de Enrique Santos Calderón, hermano del presidente "El Cano que yo conocí": http://www.eltiempo.com/
A la muerte física del comandante de laS FARC Alfonso Cano, acaecida el 4 de noviembre anterior, debía corresponder su muerte moral y, nada mejor para ello que una nota del pseudo-periodística bien sublimal, teñida de recuerdos (acomodados) sobre su personalidad, escrita por un profesional del periodismo trasnacional, o mejor, por quien fuera durante largos años el presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).
La primera mentira y obvia, es que Alfonso Cano mandó llamar a Enrique Santos.¿Quién cree semejante acomodo?
Nada de eso.
Para ser consecuente con la moda trasnacional que hacía furor y no quedarse atrás del presidente de la Bolsa de New York, Richard Grasso, quien se había reunido en el Caguán el 25 de junio de 1990 con la comandancia de las FARC, Enrique debió solicitar una entrevista periodística al comandante Cano, que le fue concedida un año después, cuando el comandante ya había llegado a la zona del Caguán, con la tarea estratégica esencial y de largo plazo, de separar a las Farc definitivamente de cualquier vinculación con el partido comunista clandestino y el movimiento bolivariano por una nueva Colombia; lo que ocurrió el 29 de abril del 2000, es decir 3 meses antes de la comentada reunión de Enrique Santos con el comandante Cano, y cuyo despligue noticioso inquietó verdaderamente a la oligarquía colombian y sus patrocinadores del naciente Plan Colombia
La segunda mentira, retorcida, es que el comandante Cano no creía en un proceso de paz, cuando precisamente, él es el "intelectual orgánico" de lo que hoy se conoce como Solución Política al conflicto histórico social y aramado de Colombia: participó directamente en todos los procesos de diálogo entre el Estado Colonbiano y las Farc en busca de la paz, y murió en combate levantado su bandera.
Otra cosa distitna era su pesismismo ante la perfidia del presidente Pastran, quie habilidosamente logró convencer a Marulunda Vélez, del fatídico error de "negociar la paz en medio de la guerra", lo que a la postre terminó destruyendo el proceso del Caguán
Pero además, no es difícil encontrar a lo largo del artículo, el objetivo sibilino del hermano del presidente: mostrar que el comandante Cano, Wel mechudo intelectual con gruesa gafas y víctima de su antigüedad en las Farc, era un secretario y domático estalinista, bebedor y mujeriego, arrogante, inflexible y triunfalista, quien prefirió que lo mataran a vivir sin religión, y terminó pagando caro su cinismo y prepotencia".
Todo lo cual coincide con las lágrimas de alegría de su hermano Juan Manuel el día de la muerte del comandante, cuando declaró públicamente que se había dado muerte al "dogmantismo y al extremimo político y aislado de la realidad del país", como justificación de la orden presidencial dada a más de 1,000 soldados especiales, docenas de helicópteros artillados y los prolongados bombardeos masivo, par exterminar a 22 hombres que acompañaban a Cano y "no respetarle la vida a un hombre herido, viejo y casi ciego"
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