Mientras el proceso judicial sigue su largo y lento curso, los trabajadores de la fábrica de productos Olmos, solicitan a la Justicia que le otorgue el uso precario de la planta. Asimismo, esperan que el Estado apruebe un préstamo de unos diez millones de dólares que les permitirá volver a producir, estabilizar la empresa y devolver el crédito en 11 años. Al llegar a la entrada de la planta de Metzen y Sena, ubicada en Empalme Olmos, Canelones, todos los trabajadores se encontraban conversando animadamente en una extensa zona techada.
Sobre las 10.00, el sol comenzaba a picar y se hacía difícil aguantar sin estar en la sombra. En el portón de acceso, Mario Borges Rey, quien supo desempeñarse en el área de revestimientos, controlaba el ingreso al predio. A medida que los periodistas iban llegando, los retenía con la promesa de que los pasarían a buscar para hacer una recorrida por el interior de la planta.
Mientras se esperaba, la diaria conversó con el trabajador, quien compartió su larga historia en la fábrica −entró a los 18 años y hoy tiene 42−, y recordó todo lo que generó el cierre, el 23 de diciembre de 2009.
Le costaba hablar en primera persona, siempre se expresaba en plural, en "nosotros", aún cuando se lo consultaba por su experiencia y sus sentimientos. De alguna manera, en sus respuestas reflejaba también el sentir de todos sus compañeros , que luego de dos años de organizarse y buscar alternativas, se acercan a la posibilidad de consolidarse como cooperativa y así tomar las riendas de la empresa.
Minutos después, cuando ya estaban casi todos los representantes de lo medios, se franqueó el paso. A través de un parlante anunciaron " Atención a los trabajadores de la prensa; que se acerquen a la puerta de entrada".
En el momento en que comenzaron a desplazarse hacia el lugar, unos pocos obreros empezaron a aplaudir como forma de agradecer la presencia, y el apoyo para que la fábrica vuelva a funcionar cuánto antes.
Segundos después el aplauso era general. También fueron recibidos con entusiasmo los ministros de Industria, Energía y Minería, Roberto Kreimerman, y el de Trabajo y Seguridad Social, Eduardo Brenta.
Las señales de agradecimiento se esclarecieron en el correr de la mañana cuando los obreros de Metzen y Sena definieron su situación como de "alarma roja".
"Hicimos esta movida porque no podemos seguir esperando; estamos en el CTI", explicó Jorge González, presidente del sindicato. Son más de 500 los que en los dos últimos años no trabajaron o no tuvieron estabilidad laboral, que están en seguro de paro extendido hasta mayo y que no quieren dejar morir la principal fuente laboral del pueblo y sus alrededores.
Año Nuevo
El espacio que estaba destinado a la portería es lo primero que se aprecia al ingresar a la fábrica.
En ese punto, los trabajadores solicitaron a todos los visitantes que se mantuvieran juntos porque era fácil perderse. Al atravesar un pasillo se llegó al sector de sanitaria, donde gran parte del trabajo que se desarrollaba era artesanal. Según Andrés Soca, representante del gremio, el área está pronta para que retomar la producción. Piezas de piletas, water, cisternas y otros accesorios de baño en proceso, que hace dos años esperan ser terminadas, acaparaban las miradas. Más adelante se encontraba el horno para cocinar las cerámicas, luego la zona de revestimientos de pisos; la de clasificación y revisión de las piezas; y finalmente la de embalaje. Fernando Camejo, quien trabajó durante 23 años, describió las obras de mantenimiento que hicieron desde que está cerrada la fábrica, y señaló que si no se hubieran hecho, hoy la maquinaría estaría oxidada y averiada.
Igualmente quedan cosas por reparar, porque en los cinco años previos al cierre prácticamente no se hizo mantenimiento y porque "es un imperio de grande este lugar", afirmó. El buen estado en que el grupo de mantenimiento ha dejado la maquinaria y el predio fue reconocido por ambos ministros en una conferencia al final de la recorrida.
Asimismo, apreciaron que "es un proyecto viable porque tiene posibilidades de desarrollo a futuro", y porque "ha contado con el respaldo del propio presidente de la República", destacó Brenta. También se refirieron a la posibilidad de que el Estado brinde el préstamo solicitado a través del Fondo de Desarrollo, que impulsa emprendimientos laborales a manos de sus trabajadores.
Si bien no mencionaron cifras, el proyecto elaborado por los trabajadores requiere diez millones de dólares; que les permitirá conformarse como una cooperativa integrada por unas 380 personas y reactivar el negocio.
La meta con el tiempo es incoporar a más cooperativistas. Al mismo tiempo, los trabajadores aguardan con ansias que empiece febrero y la feria judicial llegue a su fín.
Aspiran a que el juez a cargo del caso considere que están dadas las condiciones para otorgarles el uso precario de la planta, facilitandoles conservarla en buen estado, recomponer la empresa y sus fuentes de trabajo mientras los derechos y las responsabilidades se dirimen en un juicio que puede llevar años.
Tanto Jorge González como Leonardo González, también trabajador de Metzen y Sena, explicaron que ni acreedores ni obligacionistas saldrán perjudicados si la fábrica vuelve al funcionar; "todo lo contrario". "La fábrica parada está tasada en un monto determinado, funcionando puede ser un llamador para empresarios con capital. Va a ser más fácil que venga un capital a invertir en una fábrica funcionando y no en una como se encuentra hoy".
Mochila
En el exterior de la fabrica, Susana, Olga y Raquel, quienes se desempeñaron durante unos 20 años en la zona de vajilla, recordaron en conversación con la diaria lo duras que fueron las fiestas en 2009, y manifestaron estar "esperanzadas" de que 2012 será un año inolvidable porque la fábrica "volverá a ser una realidad". Si bien primero ingresarán unas 380 personas y una vez encaminado ritmo productivo tomarán más mano de obra, no mostraron preocupación por conocer los nombres. "No importa quiénes son los primeros, lo importante es que esto arranque porque una vez que arranquen van a poner todo de sí para que esto funcione. Y llevan la mochila de que afuera hay quienes quieren entrar y eso es importantísimo", puntualizó Susana. "Somos un equipo, somos un grupo, trabajamos y tiramos todos para lo mismo. Queremos que la empresa reabra y que sea la fuente de trabajo para el pueblo, porque al cerrar también se tira al suelo a un pueblo, no solamente a los operarios", concluyó Olga.
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