Una indígena rarámuri sostiene a su hijo el jueves 19 de enero de 2012, en la comunidad de Carichí, en el norteño estado Chihuahua (México). Organizaciones civiles del país reúnen víveres y mantas para enviarlos a estas zonas y ayudar a las comunidades de la Sierra Tarahumara, afectadas por la peor sequía en las últimas décadas. EFE
REPORTAJE Por Andrea Sosa Cabrios (dpa)
Ciudad de México, 23 ene (dpa) - Una vaca seca cuelga de un remolque a unos metros de la principal avenida de Ciudad de México y y otra casi en huesos "pasta" en el cemento. "Así están nuestras vacas allá en la sierra", dice un campesino. "Estamos muy fregados, no ha llovido.
La sequía nos tiene a raya."
La sequía y las heladas han afectado a 1,8 millones de hectáreas en México desde el año pasado. Murieron por lo menos 50.000 cabezas de ganado, según datos de la Secretaría de Agricultura, aunque organizaciones campesinas han mencionado hasta 450.000.
En cualquier caso, todos coinciden: no se veía algo así desde hace al menos 71 años. Los afectados son 19 de los 32 estados del país, en especial Chihuahua, Coahuila, Durango, San Luis Potosí y Zacatecas.
Tractores, caballos y camiones han cercado la Secretaría de Gobernación en la calle Bucareli de la capital mexicana.
Cientos de campesinos con sombrero viajaron desde estados como Chihuahua, Zacatecas y San Luis Potosí, en el norte del país, para pedir ayuda al gobierno.
"Hay hambre en la sierra, hay desempleo", relató a dpa Mario Guevara, de 55 años, que produce maíz, avena, papa y frijol en Madera, una localidad de la Sierra Madre Occidental de Chihuahua.
Es uno de los miles de agricultores que no saben qué hacer ante las tierras resquebrajadas por la falta de agua y la consiguiente falta de alimentos.
Según el ministro de Medio Ambiente, Rafael Elvira, "México presenta alguna condición de sequía en el 50 por ciento de sus municipios". Es "la peor sequía que los estados del norte y centro del país hayan vivido jamás", dijo, a su vez, el ministro de Agricultura, Francisco Javier Mayorga.
Una noticia falsa contribuyó a llamar la atención sobre el tema: se dijo que 50 indígenas de la sierra tarahumara de Chihuahua se habían suicidado arrojándose a los barrancos o colgándose por la crisis que estaban viviendo. No hubo tal suicidio masivo, pero sí hay hambre.
"La sequía es recurrente pero este año se ha agravado en la sierra y en el llano", señaló Guevara. "Queremos que se nos ayude con recursos, empleo de cualquier cosa, con semillas para comer."
La Caravana del Hambre, como la bautizaron, partió el fin de semana hacia Ciudad de México desde Chihuahua, un estado fronterizo con Estados Unidos, y en el camino se les fueron uniendo agricultores de diferentes estados.
Son unas 1.300 personas, incluso mujeres y niños, dice Guevara. Su familia se quedó esperando en casa. Él regresará mañana, mientras que otros piensan seguir en la capital hasta que alguien les dé respuestas.
Recostado en un camión con pacas de avena, cerca de unas cabras que no dejan de balar donde normalmente sólo se escucha el ruido de los coches, Cosme Flores Ordaz, de 62 años, cuenta que son muchos los problemas en su tierra.
Trabaja en un rancho de Álamos de Peña en Chihuahua, donde se siembra alfalfa, chiles, maíz y sorgo, entre otros. "Si no llueve, no hay nada, nada.
Y dicen que todavía va a durar este año", afirma.
Pero en su terruño, además, el crimen organizado extorsiona al que le va bien. Algunos han optado por dejar minas y negocios, otros prefieren pagar entre 15.000 y 20.000 pesos mensuales (1.100 a 1.500 dólares) a quienes los amenazan para poder trabajar. "O quitas tu negocio o cooperas."
Fuente: Elpais.cr
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