domingo, 15 de marzo de 2009

Brasil-Suecia- Stora Enso

Stora Enso está involucrada en varios pleitos. En Río Grande du Sur, son acusados por haber comprado tierra en la frontera, algo que las empresas extranjeras no pueden hacer. El pasado verano fue condenada en un proceso penal en relación con la desvastación de los bosques tropicales, teniendo que pagar 80 millones de coronas suecas en multas al Estado de Bahía y la replantación de 100 mil hectáreas.

STORA ENSO - BRASIL de nuevos colonos

La producción de pulpa de papel (celulosa), es una grave amenaza para los bosques tropicales del mundo y de las comunidades que dependen de la selva para su supervivencia. El organismo de las Naciones Unidas para la agricultura, la silvicultura y la pesca, la FAO, estima que las horas de plantación que se destina para la producción de celulosa incrementará en 45 mil quilómetros cuadrados por año. Es un área más grande que el conjunto de los Países Bajos.

Uno de los mayores desastres ambientales en la época moderna se han producido en Brasil. Pero pocos saben bien en Brasil que en 1990 había un tipo diferente de zona forestal que abarcaba muchas veces más grande que Suecia, llamado Bosque Atlántico.

El economista historiador Warren Dean, en su libro "Con Broadax y Bomberos Fire" describe cómo este desastre ecológico tuvo lugar. Originalmente iban al bosque a lo largo de casi la totalidad de los 400 mil quilómetros de la costa brasilera. Poco a poco, como resultado de las actividades de los colonos portugueses el bosque ha sido diezmado. En primer lugar se procedió a la eliminación de bosques para la dar espacio a enormes plantaciones de azúcar en el noroeste de Brasil.
Ya a comienzos de la década de los 60, la mayor parte de los estados Espíritu Santo y Bahía ya estaban cubiertos de "bosques atlánticos". Pero la dictadura militar que comenzó en 1964 que representó a las forestales restantes, sólo había un obstaculo para el desarrollo, una carretera. Los militares la construyeron a lo largo de la costa. La nueva carretera sería una "vena de agua" que bombería el desarrollo y la "modernidad".

Ya a finales de los 60 la empresa de celulosa Aracruz comenzó con las plantaciones de eucaliptus, destruyendo los bosques, donde vivían alrrededor de 40 pueblos indígenas. Hoy día, sólo quedan tres.
Aracruz se convirtió en el punto de partida para otros gigantes de la celulosa.
Se estma que más de cuatro millones de familias en Brasil no tiene tierra para cultivar. La cuestión de la distribución de la tierra en Brasil ha asolado al país en los últimos siglos y de hecho la creación del MTS, uno de los más poderosos movimientos sociales del país.

Stora Enso ha salido a la defensa de Verecel afirmando que su presencia supone el desarrollo. Es una retórica conocida. Se utilizó para defender la desforestación de la Mata Atlántica, Bahía, pero que siguen siendo los estados más pobres del país.
Un efecto secundario. La construcción de las fábricas de celulosa atrae gran cantidad de trabajadores no calificados y desempleados.

En el presente debate sueco forestal es la necesidad de un díalogo abierto y amplio sobre los objetivos. Reconocido por casi todas las partes, incluídas las grandes empresas forestales. Del mismo modo Stora Enso debe asumir una mayor responsabilidad por su producción de celulosa en Brasil y en serio sentarse con ecológistas, pequeños agricultores, campesinos sin tierra y los pueblos indígenas para debatir que el bosque atlántico sea preservado y restaurado, y como los antiguos propietarios de la tierra puedan precervar y recuperar sus derechos.
Cualquier otra cosa sería una extensión de la explotación despiadada de los colonos portugueses en el pasado.

Publicado por primera vez en Dala-Democráta, 2008/04/23
Örjan Bartholdson Secretario de Swedwatch doctorado en antropología social
Coautor conjunto Måns Andersson a la secuencia de comandos:Pulpa Sueco en Brasil. El caso de Veracel. Swedwatch y conservación de la Naturaleza.




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