América del Sur:"hablando de aguas"
"Se nos ocurre pensar - no sin antes sentir que se nos viene la noche, negra y diabólica-, que las trasnacionales que emprendieron el negocio de la minería en nuestro país, y los nuevos latifundistas que igualmente van acaparando los terrenos nuestros con fines mercantilistas, especialmente andinos, podrán usar este `bien común`con privilegio, y negociar pensiones de agua por consumo público".
"Hablando de aguas"
Por Necías Tacuiri*
Ahora que en el Congreso se ha consumado la posibilidad de que se privatice “por lo menos la administración del agua”, con el argumento impuesto a carpetazo limpio de que la frase “sin fines de lucro” no era necesaria en el artículo segundo de la “ley de aguas”, se nos ocurre pensar -no sin antes sentir que se nos viene la noche, negra y diabólica-, que las transnacionales que emprendieron el negocio de la minería en nuestro país, y los nuevos latifundistas que igualmente van acaparando terrenos nuestros con fines mercantilistas, especialmente andinos, podrán usar este ‘bien común’ con privilegio, y negociar pensiones de agua por consumo público.
El conciliábulo observado durante este desatino legal (en el Congreso y fuera de él), entre la bancada aprista, fujimorista y derechista con algunos dirigentes de los regantes (que anteriormente habían hasta dirigido protestas nacionales), denota dos cosas: que el asunto del manejo del agua es más que casual, estratégico, y que cuando de apoderarse de ella se trate, los dueños del mundo no tendrán el menor empacho en recurrir a cualquier recurso, utilizando gobiernos, líderes -inclusive nativos- y, claro, congresistas, medios e intelectuales del más alto nivel.
No otra cosa significa el accionar hindú Rajendra Pachauri, presidente del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas, que tras haber recibido el Premio Nobel de la Paz, junto con Al Gore, sugirió nada menos que la expropiación de la Amazonia:
"....las selvas del Amazonas son las mayores fuentes naturales para la captación del carbono, y en el futuro debemos tener políticas claras y un acuerdo internacional para garantizar que la protección forestal aumente en el mundo",dijo.
Anteriormente, la ex primera ministra noruega Gro Harlem Brundtland había propuesto algo similar.
" ...someter la Amazonia a una autoridad ecológica internacional, dependiente del Consejo de Seguridad de la ONU".
con apoyo de los 7 países más poderosos del mundo, que aplaudieron la idea y añadieron que "la Amazonía debería ser considerada herencia de la humanidad".
Es decir, las aguas que provee el sistema amazónico para los países sudamericanos por los que ‘transitan’ nuestros ríos, manejados ‘administrativamente’ por los países poderosos (a través de la ONU o directamente a través de Estados Unidos) en ‘beneficio de la humanidad” a la que dicen que pertenecen y no a nuestros países, según ellos. En Brasil consideraron que esto es ‘desbrasileñar’ su Amazonía, y denunciaron que la élite nacional y la famosa diplomacia de Itamaraty se han quedado dormidos. En Venezuela el asunto fue peor, porque permitió que la Organización del Tratado de la Amazonia (OTCA) abra las puertas del “oro verde” al imperialismo europeo (España, Alemania y Francia) y estadounidense. Esos se pasean ahí como Pedro en casa.
Felizmente, sectores progresistas del Brasil -no sé si con conocimiento y aprobación de Lula o por su cuenta- y una facción del propio ejército, han anunciado que si prospera la intención imperialista “defenderán la Amazonia con una guerra de guerrillas”, “que esta decisión de los militares brasileños era real”, como que en el 2005 habrían enviado una misión militar a Vietnam, compuesta por coroneles y tenientes coroneles de centros de instrucción y escuelas de oficiales para aprender de la guerra popular prolongada vietnamita contra Estados Unidos y replicarla en defensa del agua, como única garantía de triunfo contra fuerzas militares internacionales mejor armadas.
Mientras tales preparativos se dan en Brasil para defender nacionalmente lo que por derecho les pertenece, en nuestro país, con un coro de borregos que siguen directivas antinacionales, dejan abiertas las ventanas de la privatización del agua, que aunque digan que “no puede ser privada”, “que la Constitución ya lo dice”, “que es bien público”, etc., podrán más adelante darse cuenta sobre la metida de pata en que incurrieron, cuando acaso la boca de sus hijos y las de los hijos de sus hijos estén cuarteándose de sed. En Brasil dijo el entonces Ministro de Defensa Nelson Jobim que el Amazonas es innegociable, “vamos a cuidar del Amazonas porque es una cuestión nuestra”, etc., aquí, kaypiqa, están viendo cómo acomodan las leyes para que nuestras aguas dejen de ser cuestión nuestra. La Junta Nacional de Aguas o como se llame, ¿habrá meditado sobre estas implicancias?
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