El fin del mundo En el 2025 François Cardinal

¿Ficción? O ¿futura realidad?

Es el 1º de octubre de 2020. El corazón de Manhattan ha sido devastado por un huracán y ha obligado a los EEUU a transportar en helicópteros lejos de Nueva York, a los Jefes de Estado del planeta que se hallaban reunidos en la Asamblea General de la ONU.

Apenado, el presidente usamericano, llegada la noche, toma la pluma y escribe algunas palabras en su diario personal: “El problema es que esperábamos que esto no se produjera nunca. O por lo menos tan pronto. Después de todo los científicos sostenían que los peores efectos provocados por los cambios climáticos llegarían mucho más tarde.”
Esta escena no ha sido imaginada por un autor de política ficción, sino por la crema de la crema de los servicios usamericanos de información, el Nacional Intelligence Council, organismo que reúne al FBI, la CIA y otros organismos similares, que redacta cada cuatro años un importante informe dirigido al Presidente y a quienes toman decisiones con el objeto de perfilar el contorno del porvenir que les espera.

¿Porqué comentarlo hoy ya que la más reciente versión del documento, revelado hace algunas semanas concluye que el ambiente y los cambios climáticos tendrán su mayor impacto geopolítico durante los próximos 15 años?

Lo que es más significativo es que estas conjeturas se encuentran precisamente en el primer párrafo de las Tendencias Globales 2025 ( Global Trends 2025) en donde también se mencionan una eventual carencia de agua y de alimentos, un marcado descenso de la producción de petróleo, trastornos climáticos incontrolables y la proliferación de conflictos vinculados a varios de estos problemas.

“El mayor peligro, podría proceder de la convergencia y de la simultánea interacción de las diferentes tensiones”.

No son predicciones de Greenpeace, sino de organismos estadounidenses de información que también alertaron sobre los atentados del 11 de setiembre en su informe del año 2000.

Este documento debería haber estado por lo tanto en la mesa de luz de todos los líderes del planeta, cuando se inicien las últimas tratativas internacionales sobre el clima, en el tramo de la Conferencia de Poznan que terminó la semana pasada.

En estas últimas semanas se ha hablado demasiado de los peligros que acarrearía el recalentamiento planetario en más de 2º Celsius. Pero se ha esquivado mencionar a menudo los impactos geopolíticos que producirían.
Se habla de sequías, pero no de las guerras que estallarán por el control, de los recursos como el agua. Se habla del aumento del nivel de los mares, pero no de los problemas políticos que generará la multiplicación de refugiados climáticos.

Resulta por lo tanto interesante leer este informe – que se lee como una novela de John Le Carré – con el objeto de comprender a lo que nos podría conducir un acuerdo internacional post-2012 tan lenitivo como el protocolo de Kyoto que lo reemplazaría: surgimiento de conflictos vinculados a los recursos naturales, duplicación de la cantidad de países que padecerán la falta de agua, proliferación de enfermedades causadas por la contaminación, desregulación climática, etc.

En su diario personal de octubre de 2020, el presidente declara su “orgullo” por haber contribuído a ampliar el período de prosperidad sin precedentes que ha conocido la humanidad. “Pero es cierto que no nos hemos preparado lo suficiente como para enfrentar el costo ambiental de este irresponsable crecimiento”.

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