viernes, 3 de julio de 2009

Se aprocima el desenlace

Contraataque gopista:
Los halcones USA muestran las uñas en Honduras
IAR Noticias 3 de Julio 2009

Ya nadie duda de una mano negra del Pentágono en el golpe caribeño: Honduras es una gran "base terrestre" de importancia clave para la estrategia geopolítica militar de EEUU en la región, y el gobierno de facto convive armónicamente con las bases y tropas norteamericanas desplegadas en territorio hondureño. Eso está claro: Lo que no está claro es cómo se van a reacomodar las piezas del tablero una vez que Zelaya pise nuevamente la tierra de Honduras. Dando algunas señales, en las últimas horas los golpistas contraatacaron y aparecieron en el horizonte los halcones USA.

Lo que al principio parecía que iba ser un "paseo de la democracia" se complica posibilidades de que Zelaya regrese a Honduras con el as de triunfo en la mano se diluyen con el paso de las horas. Los actores centrales del culebrón con el golpe bananero ensayan distintos argumentos y cambian de postura como el camaleón, según la ocasión.
Lo que había empezado con un blanco sobre negro con la condena unánime de los gobiernos de la región, de EEUU y de la Unión Europea, comienza a desdibujarse por falta de acciones concretas para restablecer el proceso y la "gobernabilidad democrática" en Honduras.
Obama (que al principio deslumbró a Cuba y a los presidentes "revolucionarios") juega a dos puntas en el culebrón: Por un lado "condena" el golpe, y por otro mantiene la ayuda militar y económica al gobierno de facto y no instrumentó ninguna medida efectiva de bloqueo en su contra.
De la misma manera, las potencias de la Unión Europea (junto con Washington) presionan con "ultimátums" y advertencias a través de la ONU y de la OEA, que hasta ahora han sido ignorados olímpicamente por el gobierno golpista de Micheletti.
Chávez y los países del ALBA, comienzan a quedarse solos en los planteos duros contra la administración golpista para que restituya a Zelaya en el gobierno sin ningún condicionamiento.
Desde el sector chavista, se hablaba al principio de un golpe interno contra Obama protagonizado por los sectores ultraconservadores del Pentágono y del Departamento de Estado con el objetivo de boicotear (por medio del derrocamiento de Zelaya) sus políticas de acercamiento con Chávez, Cuba y los presidentes del ALBA.
A muchos causó extrañeza ver a Chávez y a Obama manifestando las mismas ideas sobre el retorno de Zelaya al poder. "A mí me asombró leer los comunicados de ambos (Obama y Chávez) y ver la coincidencia en las declaraciones", dijo a la BBC el director del COHA, Larry Birns.
El golpe de Estado en Honduras es un "globo de ensayo de los halcones de la inteligencia" de Estados Unidos, lo cual plantea al presidente Barack Obama un "problema interno" y frente a sus pares de América Latina, opinó la analista prochavista Estela Calloni.
La periodista afirma que hay "dos visiones", una que dio "un guiño previo" al golpe, y la otra que los "halcones usaron esto para poner en una situación difícil" a Obama, que se comprometió ante sus pares latinoamericanos a tener una relación distinta a la de George W. Bush y a poner fin a las intervenciones en los asuntos internos de la región.
No obstante, en las últimas horas el sector de Chávez (ante la prueba irrefutable de los hechos) comenzó a "desilusionarse" con la postura de "doble cara" de Obama y de las potencias europeas que ya no buscan restituir sin más trámite a Zelaya en el gobierno, sino que ahora buscan una "salida consensuada" con el gobierno de facto.
El martes Chávez pateó la canasta pidiendo tajantemente una "intervención internacional" contra el gobierno golpista de Honduras, cuyos cabecillas fueron formados en el Comando Sur y en las Escuela de las Américas.
A pesar de la posición de Washington a favor de la "constitucionalidad", la reacción de la Casa Blanca no ha sido tan dinámica en cuanto al retiro de su embajador en Honduras, como ya lo hicieron varios países latinoamericanos.


Ya nadie duda de una mano negra del Pentágono en el golpe caribeño: Honduras es una gran "base terrestre" de importancia clave para la estrategia geopolítica militar de EEUU en la región, y el gobierno de facto convive armónicamente con las bases y tropas norteamericanas desplegadas en territorio hondureño.


Eso está claro: Lo que no está claro es cómo se van a reacomodar las piezas del tablero una vez que Zelaya pise nuevamente la tierra de Honduras.

Dando algunas señales, en las últimas horas los golpistas contraatacaron y aparecieron en el horizonte los halcones USA.

Contraataque golpista

Mientras tanto, sin definición efectiva del tablero internacional en su contra, el gobierno golpista advirtió a Zelaya que iba a ser detenido en el momento que pise tierra hondureña, desmontado la operación con su regreso que estaba planificada para este jueves.

El gobierno de Micheletti cobró fuerza y advirtió que sólo va a negociar el regreso de Zelaya si éste renuncia por escrito a sus aspiracioness reeleccionistas. Situación que, de ser aceptada, convertiría al presidente de Honduras en un títere condicionado por sus propios verdugos durante los seis meses de mandato que le restan.

"Hasta hoy, el gobierno de Roberto Micheletti parece no haber tomado nota de la virulenta reacción internacional en contra del golpe y cree que con los apoyos internos -en particular de los grandes grupos económicos, los medios de comunicación y las marchas en su favor- podrá jugar al desgaste de la presión internacional, con el objetivo de llegar a las elecciones de noviembre próximo y a la asunción del nuevo gobierno, en enero de 2010", señala el corresponsal del diario argentino Clarín en Honduras.
En el imaginario de los golpistas, Zelaya debe prometer públicamente que abandonará por completo cualquier intento de reflotar el referéndum que permita reformar la Constitución para forzar una posible reelección.

Los diputados del gobierno de facto sostienen que debe haber un "blanqueo politico" tanto para Zelaya como para los que lo derrocaron.

Esto significa que en una negociación consensuada no deberán rodar cabezas las de Micheletti y del jefe de las fuerzas armadas, el general Romeo Vásquez Velázquez, el hombre del Pentágono que a punta de pistola sacó a Zelaya en pijamas de su casa y lo mandó a Costa Rica en un avión.

Envalentonados por la inacción internacional en su contra, los golpistas proponen como condición para que regrese Zelaya que se adelanten las elecciones unos meses, para descomprimir la situación y que el nuevo presidente -con Zelaya excluido de la reelección- comience una nueva etapa.

Halcones muestran las uñas.

Con el Pentágono adentro de casa, los golpistas parecen fortificarse: Las usinas conservadoras en EEUU comienzan a movilizarse para respaldar el golpe cívico militar argumentando que fue contra un "aliado de Chávez" que estaba comprometiendo la gobernabilidad y la seguridad nacional de Honduras.

Aislados cada vez más por la presión internacional, intimados por la Organización de Estados Americanos (OEA), la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), los responsables del golpe que destituyó a Zelaya comienzan a encontrar partidarios entre el ala más belicista de los neoconservadores y halcones de Washington.
"Sí, Zelaya fue electo, pero Hitler también, y Chávez también", escribió el columnista Charles Krauthammer, del influyente The Washington Post. "Un golpe no es algo lindo, pero es preferible a que Zelaya desmantele a la democracia". El derechista National Review señaló en su editorial que los "soldados hondureños que escoltaron al presidente Manuel Zelaya fuera de su hogar el domingo actuaban para proteger la democracia de su país, no para pisotearla".

Los analistas conservadores que se mueven en cadenas como ABC o CNN, citan como justificación del golpe los vínculos de Zelaya con Chávez y los otros presidentes de la llamada izquierda latinoamericana, que arroja supuestas amenazas a la democracia en la región. "Mira, como regla general, siempre que te encuentres del lado de Hugo Chávez, (el presidente nicaragüense) Daniel Ortega y los gemelos Castro (Fidel y el actual mandatario cubano, Raúl), debes reexaminar tus conceptos", señaló Krauthammer en el Washington Post. Algunos analistas presentan a Zelaya como un "títere de Chávez", de la misma manera que las usinas ultraconservadoreas describían a Daniel Ortega como "peón de la Unión Soviética y de Cuba" en la década del setenta.

Los republicanos ya acusan a Obama de mantener más dureza contra la "derecha" regional , que contra los presidentes de izquierda, liderados por Chávez.En un discurso el pasado 21 de mayo, Cheney (el jefe espiritual de los halcones belicistas) dijo que el cambio de Obama con respecto a las políticas de Bush era una "insensatez en el extremo" que llevaría mayor inseguridad al pueblo estadounidense.La analista prochavista Eva Golinger sostiene que la intención de expulsar a los militares estadounidenses podría haber sido la causa del golpe de estado hondureño. La base militar de EEUU en Honduras es el centro del golpe, afirma.

De acuerdo con Golinger, las “conversaciones” con los golpistas se intensificaron durante la semana pasada, cuando el embajador estadounidense en Tegucigalpa, Hugo Llorens, se reunió tres veces con los militares golpistas y los grupos civiles para tratar de buscar otra salida.

Si bien desde los sectores chavistas no tienen dudas de que el golpe fue activado por las redes del Pentágono y de la CIA, todavía sí tienen dudas sobre la participación de la administración Obama en la decisión.

El fin de semana que se avecina va a ser decisivo para la resolución del culebrón golpista bananero.

Analistas de la CNN señalaban este jueves que finalmente la administración Obama, presionada por los republicanos del Congreso y los halcones del Pentágono, va a optar por la "solución salomónica" de un acuerdo para el regreso de Zelaya.
En ese acuerdo -señalan- predomina la idea de que ambos sectores queden "blanqueados" y que no se los perseguirá.




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