Para los pueblos de NUESTRA AMERICA, miles de mujeres, niños, niñas y hombres, el golpe político militar en Honduras, no significa solamente ser espectadoras/es, solidarizarnos o condenarlo, sino que inevitablemente nos hace revivir ese pasado reciente, del cual apenas estamos empezando a recuperarnos. Sí, de ese pasado de terror, que sembraron las dictaduras militares, con el apoyo del imperialismo estadounidense. Muchas de nuestras luchas, son recuperar la memoria y señalar las atrocidades cometidas especialmente durante los 36 años de guerra y genocidio en Guatemala, como garantía de que nunca se vuelva a repetir y para que se haga justicia, pero también recuperamos nuestra memoria de luchas y resistencias, pues frente a las agresiones el pueblo se ha organizado y levantado, por lo que hoy un camino a seguir sigue siendo la resistencia, la organización y la movilización.
Nos parece importante para entender y transformar el presente, conocer el pasado y en este caso particular el papel que juegan los Estados Unidos, sus intereses y estrategias de dominación. Utilizando como estrategias la violencia y el terror; podemos mencionar como ejemplo la Doctrina de Seguridad Nacional, que no podría ser tan efectiva sin la manipulación pública, donde los medios masivos de comunicación juegan un papel determinante para el control ideológico. Desde la guerra fría hasta hoy, sigue prevaleciendo la utilización del anticomunismo como herramienta mediática, como está ocurriendo durante la justificación del golpe político militar en Honduras. Es así como en sus discursos, tanto los golpistas de ese país, como los grandes medios de comunicación hacen alusión al temor de la propagación del socialismo del siglo XXI y el papel de Hugo Chávez.
En Centroamérica hemos vivido directamente los efectos de la implementación de la Doctrina de Seguridad Nacional, impulsada por los Estados Unidos, después de la segunda guerra mundial; ésta tuvo su mayor auge en los años 60 y 70 y dio soporte a las dictaduras militares en toda Nuestra América, para evitar la influencia del comunista y de la revolución cubana, que consideraban una amenaza. La intención era consolidar su hegemonía y dominación, utilizando recursos políticos, militares, económicos y psicológicos.
En Guatemala recordemos la manera en que fue derrocado Jacobo Arbenz, un golpe de estado planeado y financiado por la CIA, invadiendo el país desde Honduras, así se impone una dictadura militar, concluyendo el 27 de junio de 1954 cuando Arbenz fue forzado a abandonar el país, en medio de abusos y mentiras, la invasión fracasada de Bahía de Cochinos en Cuba en 1961, el golpe orquestado contra el gobierno de Chile de Salvador Allende en 1973, el entrenamiento de los contras en Nicaragua, desde Honduras en los 80 y en los últimos años, el golpe de Estado del 2004 en Haití y en Venezuela en el 2002, el papel de los medios de comunicación juegan un papel clave, por lo que el imperio recurre a la derecha oligárquica y los ejércitos nacionales para concretar estos golpes.
EEUU tiene su infame Escuela de las Américas, donde se han entrenado a mas de 61,000 militares, estos se gradúan de golpistas, violadores de derechos humanos, expertos en tortura y narco traficantes y en el caso de Guatemala, con sendos juicios pendientes por desfalcos, corrupción y genocidio, también de esta escuela egresó el General Romeo Orlando Vásquez Velazquez, jefe de las fuerzas armadas de Honduras, ingresando a ésta en dos ocasiones en 1976 y 1984, y el jefe de la Fuerza aérea hondureña, general Luis Javier Prince Suazo.
Muchos de estos personajes entrenados en esta escuela, son quienes implementaron en nuestros países un clima de terror, control y represión, ocupando no solamente nuestras tierras y nuestros territorios, sino que, con ésta lógica de la imposición se utiliza la violencia y tortura sexual como prácticas que han utilizado y ha afectado a miles de mujeres. Estos aparatos de represión han sido orquestados a través de la CIA, desde las embajadas norteamericanas y han jugado un papel fundamental en la consolidación del militarismo, hoy por hoy, el golpe ocurrido en Honduras y la imposición de un gobierno de facto nos hacen recordar, todas estas estrategias, sus aparatos de control, en alianza con las oligarquías locales, la iglesia y cada vez con más descaro jugando un papel clave, los grandes medios de comunicación, controlados por ellos mismos.
Honduras como el resto de países de Nuestra América ha sido víctima dictaduras y múltiples intervenciones de Estados Unidos, ha sido además depositaria de ayuda militar impresionante, incluyendo financiamiento para escuadrones de la muerte, paramilitares, poderosos sistemas de radar, con el cual EEUU puede vigilar la región, incluyendo el Caribe, y en una de las mas antiguas bases militares, Palmerola, una pista de aterrizaje de mas de dos mil 600 metros, para acciones de ataque o el despliegue de tropas contra cualquier país.
El pueblo hondureño ha estado sometido a personajes como John Negroponte, quien era el embajador de Reagan en Honduras, el “”virrey”" como le llamaban, implantó la actual Corte Suprema del país, era el gobierno en las sombras de Honduras.
Que nos haría pensar que detrás del golpe en Honduras, no están en juego los intereses de dominación económica y militar, de los Estados Unidos? O que le ejército hondureño y el gobierno de facto actuarían sin la aprobación del comando sur, el pentágono y la CIA? Recordemos que la estrategia de seguridad nacional utilizada por George Bush en el 2002, después de los sucesos del 11 de septiembre, dejan claros sus objetivos intervencionistas, para seguir con su plan de dominación, pensada para prevenir amenazas contra sus intereses, sus aliados y amigos en todo el mundo, así como el deber que se autoproclaman de derrocar en el momento que consideren oportuno, a los gobiernos que no coincidan con los intereses y valores de su país.
Vemos con preocupación que la actual situación en que la “mediación” del conflicto por medio de la Secretaria de Estado Hillary Clinton bajo los oficios del presidente Arias, sean estrategias elaboradas por asesores como el embajador de EEUU en Honduras Llorens que tiene un record de intervencionismo en America Latina. Durante la gestión de George W. Bush en el 2002 el astuto Llorens fue Director de asuntos andinos del Consejo Nacional de Seguridad en Washington, D.C., lo que lo convierte en principal asesor del Presidente sobre Venezuela. Es en ese año que ocurre el golpe contra el presidente Hugo Chávez mientras Llorens se encuentra bajo la autoridad del Subsecretario de Estado para Asuntos Hemisféricos, Otto Reich y del muy controvertido Elliot Abrams.
Está claro que era una amenaza para los intereses de dominación del imperio norteamericano, como plantea Atilio Borón, el acercamiento e incorporación del gobierno de Honduras, encabezado por el presidente Zelaya a Petrocaribe y la Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe – ALBA pues ponía en riesgo las ganancias de los grandes oligopolios que operan en Centroamérica y a la industria farmacéutica que hasta este momento se beneficiaban económicamente de manera impresionante, donde tienen participación los dueños de los grandes medios de comunicación, sin mencionar lo que han denunciado los gobiernos de Bolivia, Cuba y Venezuela, que hay una intención clara de detener a toda costa, la corriente democrática y de izquierda, desde los movimientos sociales y algunos gobiernos en Nuestra América.
Una de las características de la imposición de regímenes autoritarios y militares, propios de las dictaduras y gobiernos de facto son la represión, la persecución contra la población y los movimientos sociales, caracterizadas por detenciones, desapariciones y asesinato a quienes consideraban una amenaza, utilizando la fuerza y la violencia como mecanismo de instituir terror y miedo, de ésta manera disminuir la fuerza social, es esto lo que están haciendo en Honduras, en Perú, en Bolivia, en México, en Guatemala y en otros países, también utilizan mediáticamente, a través de la iglesia y grupos empresariales, a otros grupos de la sociedad, que contribuyan a derrocar gobiernos y generar confrontación entre la población, mediante el clasismo y el racismo, en nombre de la democracia y la paz, así lo plantea Eva Golinger, al analizar como se gestó el golpe en Venezuela y en Honduras.
La garantía de que los intereses de los Estados Unidos, de las oligarquías y derechas regionales y de los ejércitos nacionales no prevalezcan y a partir de estos operen y controlen nuestros países, depende de la movilización social y de la integración latinoamericana, en este momento es el pueblo Hondureño, las organizaciones sindicales, magisteriales, estudiantiles, juveniles, de mujeres y feministas, quienes están en las calles demandando cambios y el regreso a la constitucionalidad, por lo que el compromiso y acompañamiento con este país es impulsar las luchas desde nuestros países, desde nuestras propias particularidades y tratar de develar los intereses y las fuerzas que están de fondo, de esta manera garantizaremos que el pasado de terror no se vuelva a repetir.
Quimy de Leon
Norma Maldonado
Guatemala, Julio 2009
Fuente Apia Virtual
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