Cuando Dios hizo el mundo, para que los hombres prosperaran decidió darles dos virtudes:
Así, a los mexicanos los hizo alegres y hospitalarios; a los alemanes, tenaces y estudiosos; a los japoneses, trabajadores y pacientes, etc.
Cuando llegó a los yankees, le preguntó al ángel: "¿Estos son los que andan diciendo que yo los señalé con el “destino manifiesto” verdad?”
Así es señor; respondió el ángel; son unos cretinos.
Entonces Dios le dijo al ángel que anotara en una planilla:
“van a ser inteligentes, honestos, y democráticos".
Cuando terminó de hacer el mundo, el ángel le llamó la atención y le dijo:
"Santo Padre, tu has dado a todos los pueblos del mundo dos virtudes, pero a los gringos les has dado tres. Eso hará que ellos quieran prevalecer por encima de todos los otros pueblos del mundo".
"Así es", dijo Dios, "pero no te preocupes, que no será por siempre”.
"De ahora en más, los estadounidenses conservarán esas tres virtudes, pero para no prevalecer por sobre los demás, ninguno podrá ejercer más de dos simultáneamente".
Desde ese momento, de entre los gabachos, el que es democrático y honesto, no puede ser inteligente; el que es inteligente y democrático, no puede ser honesto, y el que es inteligente y honesto, jamás podrá ser democrático.
Solo es cuestión de que los demás hombres y mujeres del mundo se den cuenta.
Fuente: Machete Arte - México
www.machetearte.com
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