Perú: Cárcel para los luchadores sociales, libertad para los corruptos

Por Jorge Agurto

La justicia al revés en el régimen autoritario de Alan García

Lima 7de julio,2009.- Hace unas horas salió de la cárcel Rómulo León Alegría, connotada figura del partido aprista, acusado del escándaloso tráfico de influencias para la licitación de cinco lotes de hidrocarburos. Mientras, ayer una jueza ordenó la captura y el embargo de bienes a cinco dirigentes indígenas que defienden la amazonía y el derecho de sus pueblos.

El 5 de octubre de 2008 se difundieron públicamente los audios entre Alberto Quimper, vicepresidente de Perupetro, y Rómulo León Alegría, quienes discuten el pago de coimas por lograr la entrega a la empresa noruega Discover Petroleum cinco contratos de exploración petrolera (1).

Lo que ha sucedido en las últimas horas no es un hecho fortuito como podría parecer. Se trata de una política sistemática de persecución y criminalización de dirigentes sociales y descarado encubrimiento de la corrupión de grueso calibre y que compromete a muy altas esferas del actual gobierno.

El escándalo provocó la caída del gabinete de Jorge del Castillo, cuyos ministros resultaron implicados de manera directa o indirecta de colaborar con la gestión de Rómulo León.

Actualmente a Rómulo León se le sigue un proceso penal por negociación incompatible, tráfico de influencias y corrupción de funcionarios en agravio del Estado peruano.

Pero tan grave como el escándalo de los Petroaudios es que en enero de 2009 se puso al descubierto que las grabaciones a León Alegría las efectuó un equipo profesional de espionaje y grabación de conversaciones telefónicas -”chuponeo” en el habla local- a cargo de la empresa Business Track (o BT en adelante) (http://www.businesstrack.com.pe/sep.htm).

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