El día 7 de diciembre de 2.010, debe sentar precedente histórico como el día en el que el ciudadano de a pie, dio su primer golpe de estado contra el poder económico, ejercido por el entramado terrorista financiero, más conocido como “los mercados”, y basado en la creación y administración de un elemento muchas veces intangible y de alta volatilidad, denominado “dinero”. Este elemento es fabricado de la nada por el entramado terrorista sin que nadie pueda hacer nada para evitarlo. Es tan transcendente su control que no todo el mundo puede fabricarlo legalmente. Hagan si no la prueba, impriman unos cuántos billetes y salgan a comprar con ellos, será un milagro que puedan comprar nada y lo más probable es que no lleguen al segundo comercio sin ser detenidos acusados de “falsificadores”. Esta “falsificación” es tan grave ofensa y agravio para el entramado terrorista de “los mercados”, que usted recibirá un trato más especial que el que recibiría si lo falsificado fuera un reloj de lujo o una prenda deportiva de marca, como ocurre a diario en ciertas zonas de Asia que todo el mundo conoce.
El dinero es, pues, la parte más sensible del entramado terrorista financiero, su talón de Aquiles. Pues bien, ese talón de Aquiles está al alcance del ciudadano de a pie. En un gesto sencillo, en ausencia total de violencia y agresividad, en un gesto cívico y pacífico de defensa propia, vayamos a nuestro banco y pidamos lo que es nuestro. Vayamos y exijamos que nos reintegren nuestro dinero. No valdrán excusas, es nuestro y vamos a retirarlo, nos lo tienen que devolver.
En un cálculo simple, cualquier sucursal pequeña empezará a tener problemas para reintegrar fondos a sus clientes, en el momento en que menos del 10% de estos retire su dinero para gastos corrientes del mes, pongamos 1.000 euros. Las sucursales disponen de un fondo diario de maniobra que contempla las fluctuaciones corrientes de efectivo, pero no contemplan las fluctuaciones incorrientes, es decir, la voluntad coordinada del 10% de sus clientes, de retirar el mismo día sus fondos para gastos corrientes.
El sistema financiero internacional secuestra nuestras economías y luego nos pide rescate por su liberación. Para colmo, el día del intercambio, somos nosotros los que exigimos que no acuda la policía, ya que sabemos muy bien que está con ellos, con quienes les pagan con nuestro dinero.
En Islandia no lo han dudado ni un instante, ante la actitud delictiva de sus banqueros (valga la redundancia), los demanda y los detiene.
¿Va a dejar usted correr la oportunidad de pasar a la Historia?, si lo hace, la Historia le pasará por encima a usted y a todos nosotros, porque la escribirán “los mercados”. Escribámosla nosotros como vencedores de este pulso entre su rentabilidad y nuestra libertad.
Mi banco puede esperar mi visita a primera hora de la mañana, y usted, ¿irá a su banco a retirar su dinero?
Si todavía tiene dudas sobre esta necesaria e interesante propuesta visite http://www.bankrun2010.com/
IMPRESIONES MIAS
Victor J Sanz
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