viernes, 25 de febrero de 2011

LA COLONIA AÚN VIVE, LA REPÚBLICA NO TERMINA DE NACER -Carlos Maldonado

Como bien acotaba el apóstol de América, José Martí, en nuestros países la colonia aún vive, la república no termina de nacer.
Los miembros de la Corte de Constitucional ayer demostraron, una vez más, con su servilismo, esa verdad. Lástima tanto estudio, tantos doctorados para venir a convertirse en simples lacayos de finqueros y capataces. Bien decía Sergio Tischler que el Estado finquero vive en la mente de funcionarios y empleados. Hipótesis que, para gloria de nuestro compatriota sociólogo, quedó ayer ampliamente demostrada con creces
En maratónica jornada las sesudas mentes constitucionalistas se apresuraron a dictaminar que “las protestas y los bloqueos quedaban prohibidos y que ante esa necedad del pueblo por demandar pan, salud y justicia, el batón y las balas tenían que venir en auxilio del orden imperante”. ¡Qué decepcionante!
Ignorarán nuestros excelentísimos magistrados que más que hambre de pan, el pueblo tiene hambre de justicia y que como bien acotan nuestros compañeros del Frente Nacional de Lucha , los pobres tienen que podrirse y envilecerse en las cárceles, por la negligencia y el desprecio que evocan estas “nobilísimas” personalidades del Derecho Constitucional, mientras que ante el chasquido de dedos de sus “amos”, cual perrillos falderos corren a besar sus manos y cumplir inmediatos sus designios. En verdad la colonia vive aún en sus mentes y sus títulos en los retretes.
A pesar de sus jugosos sueldos, sus dietas y gastos de representación; sus costosos viajes, su vistosos trajes y sus desenfrenos, recaderos son. No son hombres de este siglo sino frutos coloniales. Sueñan con carruajes y pajes, con comilonas y mozos, con latifundios y látigo, sin embargo, son pobres diablos que a pesar de beber licores finos en las villas de los potentados, siguen siendo sus criados. Los ponen acá, los quitan de allá, les patean el culo, aceptan su desprecio, y a sus servicios ellos son los que le ponen el precio.

Con ellos, de dignidad no se puede hablar, en ellos surte la coima y la compra, la orden y el mandato. Harapientos de espíritu son enanos que desfallecen de miedo ante un pueblo grande y hencchido.
 Ni uno, ni cien mil dictámenes, como no han surtido cárcel, muerte ni vejámenes, frenarán a este pueblo noble y firme porque cuando arrasen con palacios y casas señoriales veremos a amos y leales, correr despavoridos con boletos a Miami cargar en sus maletas finezas y reales.

No se espera a favor del pueblo nada de esa Corte que tiene más de eso que de Constitucional. Es un aparato pútrido y prostituido y en la espalda de los pobres, un puñal
Felicitaciones compañeros del FNL, que cuando la represión se institucionaliza es que al pueblo le tienen ojeriza. Cuando los dueños de esta enorme finca sienten que pierden el control, penalizan la legítima protesta, se rasgan las ropas por la locomoción mientras en los ranchos de los indios se muere de inanición
No vive la república aún sino la colonia está presente. Mientras tanto el ambiente se pone caliente, la gente ahora está más consciente, campesinos y obreros se movilizan, los finqueros y comerciantes se alborotan, el ambiente a la luz de las viejas luchas, se pone candente.
El viento trae aromas nuevos, como de renuevos. El aire huele a victoria, a gloriosa historia que quieren borrar los empequeñecidos por haber sometido a base de explotación y terror a un pueblo que camina erguido con un laurel en la frente y en la mano un blasón, uno que con letras doradas lleva impresa la palabra: Revolución

No hay comentarios:

Ir arriba

ir arriba
Powered By Blogger