Difundido el martes 26 de Julio en Montevideo al cumplirse 58 años del Asalto al Cuartel Moncada en Cuba
El aniversario que fervorosamente celebramos hoy, evoca un episodio histórico profundamente removedor, ocurrido 58 años atrás en un pequeño territorio centroamericano que desde entonces no ha dejado de ser el punto geográfico-afectivo desde el que sigue irradiándose un firme mensaje de fe y certera esperanza emancipadora, con el que se ha puesto punto final al mito imperialista de que el destino ineluctable de América Latina, era el de ser el reservorio natural que garantizara la “eternidad” del capitalismo.
Los frustrados ataques al cuartel Moncada y a las demás unidades militares del régimen de Batista que se produjeron el domingo 26 de Julio de 1953, surgieron como expresión extrema de la resistencia popular a la dictadura imperante en Cuba. Los sucesos de julio del ´53, fueron la luminosa culminación de un durísimo proceso de represión, en un país en el que más de la mitad de la población subsistía en condiciones de total precariedad, sin educación, sin agua potable, permanentemente asediada por enfermedades y desnutrición endémicas, mientras la isla había ido convirtiéndose en paraíso termal y plácido recreo burgués dentro del “patio trasero” del imperio.
Pero la feroz reacción del 26 de Julio de 1953 y los años que siguieron hasta el triunfo de 1959, puso muy pronto al descubierto que atrás de Batista y sus obsecuentes, estaba una clase dominante sin patria, sin alma y sin más horizonte que continuar eternamente el saqueo entreguista y el sometimiento sin límites del pueblo trabajador. Las decenas y decenas de mujeres y hombres cubanos muy jóvenes inmolados ese día, habían demostrado con su enorme y ejemplar sacrificio, que la dictadura lo era del sistema capitalista en su conjunto y no simplemente de un enfermo de poder y sus cortesanos.
El Moncada mostró la coherencia perfecta entre dictadura y democracia burguesas también en Latinoamérica; hizo ver que las variadas formas en que se presenta el capitalismo, se corresponden enteramente con su único y real contenido de sistema fundado en el trabajo social y solidario del pueblo y en la apropiación privada y mezquina del producto de ese mismo trabajo, por la fuerza, a manos de una ínfima minoría de explotadores.
El Moncada desenmascaró definitivamente a las fuerzas armadas regulares de Cuba como defensoras a ultranza de los ricos y sus socios externos; como brazo armado de los que se creían amos y señores de la isla, a semejanza de los que se creían dueños de EE.UU. y del mundo entero. La heroica guerrilla cubana, confirmaba la premisa de que los ejércitos del área del capitalismo dependiente, existen primordialmente para reprimir al pueblo y no para la defensa territorial.
Demostró también que las fuerzas armadas profesionales no son inexpugnables, que el aparato represivo burgués es permeable a la acción decidida de fuerzas milicianas del pueblo en incontenible y ascendente movimiento insurreccional. Sobre todo cuando las multitudes saltan de hecho de resistir la opresión a combatirla frontalmente, encaminándose directamente a la abolición del sistema defendido por los cuerpos represivos, para imponer relaciones sociales revolucionarias basadas en la igualdad y la solidaridad.
“Alegre y verde, hijos míos, alegre y verde será el mundo por encima de nuestras tumbas”...
Así decía –dirigido a sus pequeños hijos- un poema de Ethel Greenglass Rosenberg, una joven mujer norteamericana ejecutada en EE.UU. en la silla eléctrica un mes antes del Moncada (el 19 de junio), junto a Julius Rosenberg, su compañero, con el que habían sido militantes de las juventudes comunistas estadounidenses. Ambos fueron injustamente condenados por “espionaje”, como hoy lo están los Cinco Héroes cubanos a los que el imperialismo ha secuestrado hace más de una docena de años como hubiese querido hacerlo con todo el pueblo de Cuba.
Se impone, pues, celebrar el Moncada exigiendo desde todos los pueblos del mundo la inmediata liberación de los Cinco y aunando fuerzas populares en cada país para alcanzar la igualdad, también, de poder celebrar la derrota imperialista definitiva en todos los rincones de nuestro sufrido planeta y de esta sufrida humanidad devastada por los designios desalmados de un capitalismo cruel, más allá de razas y fronteras.
¡VIVA EL HEROICO EJEMPLO DEL MONCADA!!!
¡VIVA LA RESISTENCIA Y EL COMBATE AL IMPERIALISMO SIN INGENUIDADES NI FALSAS ILUSIONES!
¡LIBERTAD YA PARA LOS CINCO HÉROES CUBANOS!!!
¡VENCERÁ CUBA Y VENCEREMOS TODOS!!!
Coordinación Por el Bicentenario de los De Abajo
(Militantes Independientes, Comuna, Coordinación Hasta la Victoria).
Montevideo, 26 de Julio de 2011
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