Luis Agüero Wagner
Mientras el gobierno del cura Fernando Lugo es publicitado como de izquierdas, la guerrilla lo acusa de profundizar la seudodemocracia oligárquica al servicio del imperialismo y el capital
Dicen que como el Dios Saturno, las revoluciones devoran a sus hijos, y en el caso de la revolución de chantas encabezada por sumo sacerdote de la falacia Fernando Lugo, no puede hablarse precisamente de una excepción.
Según los antiguos aliados de Fernando Lugo que hoy se aglutinan en la guerrilla del EPP, el “obispo iluminador” ofrece millones de dólares como recompensa por el asesinato de los jefes insurgentes, mientras los amigos del gobierno arzobispal, los narcotraficantes y ladrones del erario público instalados en el Parlamento, Poder Judicial y Narcoganaderos son honorables a sus hojos y comparten tertulias en fastuosas fiestas”.
Quienes hablan no son desconocidos de Lugo y los autodenominados izquierdistas que le acompañan.
Al menos tres de los principales líderes epepistas, Manuel Cristaldo Mieres, Alcides Oviedo y Gilberto Setrini son ex seminaristas que comulgan con las ideas marxistas de la teología de la liberación, que según su propaganda proselitista, era profesada por el mismo Fernando Lugo. Lugo fue incluso maestro de ellos tres.
Otra prueba de los vínculos entre Lugo y los embriones de la guerrilla marxista del EPP puede leerse en la página 51 del “Programa Político del Ejército del Pueblo Paraguayo” de Alcides Oviedo Brítez, refiriéndose a un ex integrante del grupo ahora considerado desertor : “El renegado (Juan) Arrom ha desertado cobardemente ante las primeras escaramuzas contra los revolucionarios, se zambulló bajo las sotanas de su suegrastro el obispo libidinoso Fernando Lugo, buscaron la ruta más rápida hacia la frontera brasileña”. Es decir, se confirma a confesión de parte la colaboración del actual presidente paraguayo con el embrión de guerrilla, que para ese entonces ya había organizado y cobrado rescate por varios secuestros.
El EPP considera la actuación del gobierno luguista como “una vergonzosa traición del seudosocialismo luguista al movimiento popular paraguayo”. Según esta guerrilla entre las innumerables persecuciones a grupos revolucionarios de la historia paraguaya ninguna se iguala en crueldades, abusos, arbitrariedades y crímenes con las que lleva a cabo el gobierno de la Alianza Patriótica para el Cambio que encabeza Fernando Lugo.
Para mayor contradicción, señala el EPP, la persecución a revolucionarios es llevada adelante por unos “curanderos sociales” que se hacen llamar socialistas. A propósito, el EPP profundiza sobre estos personajes vinculados a ONG que reciben fuertes sumas en dólares de USAID, que “el socialismo de esta pandilla luguista es en realidad un social reformismo burgués” que estos fines ha establecido “alianzas contrarrevolucionarias con Colombia, Estados Unidos, Taiwán, Israel…”, y además ha implementado la “aprobación de la ley contra el terrorismo” contra la cual han luchado los dirigente sociales a un alto costo en el pasado. El gobierno de Lugo también ha hecho política del “reforzamiento de todos los aparatos represivos con armamentos, equipos e instrucción a cargo de criminales colombianos, argentinos, norteamericanos; flexibilización de las leyes laborales; salvaje privatización, incluyendo hasta los ríos de la república, todo tipo de privilegios y facilidades a los inversionistas locales y extranjeros…”
El EPP acusa demás a “la pandilla seudocialista luguista (Carlos Filizzola, Miguel López Perito, Camilo Soares, Pepa Kostianovsky, Rafael Filizzola, Belarmino Balbuena, Juan Torales, Desiré Massi, Constancio Mendoza, José Rodríguez, Augusto dos Santos, Karina Rodríguez, Héctor Lacognata, Esperanza Martínez, Hugo Ritcher, Elvio Benítez, Luis Aguayo y algunos más)” de ser “una tierna gatita sedosa cuando trata con los ricos y una loba salvaje y sanguinaria cuando trata con el pueblo y con los revolucionarios epepistas”.
Según el EPP, esta pandilla “domesticada por la oligarquía y el imperio norteamericano” apenas “escuchan o ven las siglas EPP y comienzan a sufrir una transformación: sus colmillos y garras empiezan a crecer, sus ojos se vuelven rojizos y la sed de sangre se les hace incontenible”.
El EPP, que bautizara a Lugo como “El sátiro de san Pedro”, no tiene dudas al calificar a su ex aliado el obispo libidinoso como amigo de Mario Cossío, Alvaro Uribe y George W. Bush.
Leyendo lo que hoy opinan estos revolucionarios del personaje que ayer presentaban como el salvador de la patria sólo podemos recordar cuanta razón tiene el adagio popular que dice que del odio al amor hay un paso, y del amor al odio apenas un instante. LAW
LAW, el Dreyfusard
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