El problema aparece cuando diferentes tiempos se obligan a convivir. Esto es, a mi juicio, al menos en parte y ahora en clave local, uno de los más graves problemas que enfrenta el gobierno en la implementación de la reforma educacional, es decir, haber tenido que enfrentar y congeniar dos tiempos en apariencia correlativos pero que, en su configuración más original, se oponen.
Me refiero al tiempo electoral y al tiempo de gobernar.
Los tiempos electorales son los tiempos de los regalos, de las golosinas, de los combos, de las promesas y las cajitas felices. Es el momento en donde los equipos técnicos deben aplicar todo su esfuerzo en definir cuáles son los eslóganes y jingles que “sintonicen con la gente”. Es, a la vez, un tiempo que se caracteriza por una discursividad exagerada en relación a las expectativas y que sacrifica sin vergüenza ni resguardo el futuro por el presente. Esta noción de sacrificio es muy poderosa en los tiempos electorales. Los candidatos se casan con las demandas sociales haciéndose eco de esta “irrupción de las masas” sin considerar que en el futuro próximo la no respuesta a esas mismas demandas les rebotará como crisis de legitimidad. Sin embargo, en este “sí” a todo lo evocado por el mundo social, se condensa el germen de un naufragio. Esta es la dimensión sacrificial que preña al tiempo electoral.
Leer Más
http://www.elmostrador.cl/opinion/2014/08/29/los-tiempos-de-una-reforma/Los "tiempos" de una reforma
No hay comentarios:
Publicar un comentario