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La aspirante estrella de los comicios brasileños levanta dudas en Acre, la región en la que nació y donde gobierna desde hace 15 años el Partido de los Trabajadores.
Marina Rossi Río Branco
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| Silva, en un acto de campaña en Río de Janeiro. / Y. CHIBA (AFP) |
La localidad brasileña de Breu Velho, en medio del inmenso Seringal Bagaco; zona rural productora de caucho a 50 kilómetros de Río Branco, capital del Estado de Acre, no es un lugar conocido. De hecho, es complicado situarlo en el mapa, y pocas personas consiguen aportar información clara sobre su ubicación, en medio de la Amazonia, en la región norte de Brasil. Allí, prácticamente aislad de la zona urbana, entre un río y kilómetros, kilómetros de carretera de tierra nació el 8 de febrero de 1958 y creció Marina Silva, la candidata sorpresa de las elecciones brasileñas, que no es precisamente profeta en su tierra.
Silvia comenzó a trabajar el caucho con 10 años. Con 15, decidió abandonar su tierra para vivir en la zona urbanay poder aprender a leer y escribir. No todos en Breu Velho lo lograron. En sus humiles casas en medio de la vegetación, el tiempo no pasa. "Marina es buena, conoce a toda la región. Pero voy a votar a Dilma Rouseff, la candidata del Partido de los Trabajadors, PT", asegura Adaíldo Cameiro Lima, de 73 años, vecino de Quixadá, otra de las zonas rurales pr´ximas a Río Branco. "Ella", añade en referencia a la presidenta, "nos dio esta casa. No podemos ser desagradecidos", explica Lima junto a su vivienda constrída hace 8 meses gracias al programa del Gobierno federal Minha Casa Minha Vida (Mi Casa, Mi Vida). Gracias también al Estado, un vecino de Lima, Zé Gómez, de 90 años, pudo colocarse una dentadura, que luce mientras ríe y recuerda a Maria Osmarina Marina Silva Vaz de Lima, la ciudadana más ilustre de la zona. "Era muy pequeña, delgada e iba siempre corriendo a todos lados", rememora el anciano
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