Por la felicidad colectiva - Patrocinio Navarro

Solo hay un país en el mundo que no mida su riqueza según el PIB. Es Butan. Sin considerarlo como un modelo perfecto, al menos pone el dedo en una gran herida: la de la infelicidad del mundo que se mide en términos materiales. A su índice de bienestr le llaman Felicidad Interior Bruta.
BATALLAS POR LA FELICIDAD COLECTIVA
Quienes dirigen esta sociedad -civiles, militares o eclesiásticos- y sus mentores ideológicos finjen creer que las profundas convulsiones que afecta a nuestro mundo y siembra la infelicidad son consecuencia de alguna clase de infortunios ecadendos que tiene una solución exterior, una solución diplomática o bélica -en caso extremo- que supuestamente conduiría a la paz, al bienestar y  la felicidad. Pero esi es una sarta de mentiras, como nos ha venido demostrando la Historia y ahora con más fuerza que nuna.
Frente a todos esos hipócritas deslenguados y a esos matones de despcho y uniformes existen quienes gozan de conciencia social, y creen que una mejor distribución de la riqueza mundial, mejores leyes sociales y laborales y democracia política forman los sóidos pilares para edificar la vida colectiva. Por suerte para quienes dirigen el mundo y desgraci para los pueblos, estas metas no son compartidas mayoritariamente por los pueblos del mundo ni siquiera todos los opositores al injusto orden mundial, dados los diversos modos de entender cada uno las soluciones concretas, los niveles culturales de los que parten, los matices ideológicos, el grado de conciencia y exigencia de dirigentes y seguidores, y otras cosas. Todo eso hace muy dificil la unidad de los movimientos alternativos al desorden social y económico existente. Y no digamos nada si pasamos al análisis de las mismas cosas desde el punto de vista espiritual, es decir, desde la consciencia ética, la metafísica de la conciencia social, que constituye el siguiente paso dialéctico de la evolución humana.
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