viernes, 12 de septiembre de 2014

Le falló el corazón

Le falló el corazón

Por lo exagerado, por lo hiperbólico, parecía una escen sacada de Los funerales de la Mamá Grande,con turbios golpes de pecho, nubes negras financieras, altas y pomposas frases de duelo radiofónico sobrevolando el cielo capitalino en un círculo de buitres y gallinazos. El Banco de Santander había emitido un telegrama frío, escueto aséptico, tan emotivo como la prosa de una autopsia, donde icluso aprovechaban el segundo párrafo para informar e una reunión del consejo de administración.
Recordaba el chiste aquel del catalán al que se le muere el abuelo y a a colgar un obituario en el periódico:
-Ponga simplemente "Abuelo muerto"
-Puede poner tres palabras más -le avisa el redactor-. Le vamos a cobrar igual y el mínimo son cinco palabras.
-Bien. Entonces ponga: "Abuelo muerto. Vendo Seat Panda"
No había que engañarse, ese primer movimiento fue como la retirada de las aguas en la costa antes de la egada del tsunami. De repente el maremoto fúnere se presentó en forma de alabanzas desmesuradas, reverencias interminables, elegías y panegíricos improvisados. Cualquier desprevenido que oyera podría llegar a pensar que, en lugar de un usurero, se nos había muerto un benefactor de la humanidad, un gran poeta, un científico genial, un médico incomparable. Ministros, empresaios, banqueros, alcaldes, líderes sindicales (sí, Toxo y Méndez, tan sindicales ellos): todos expresaban su pesar y su consternación ante la pérdida de aquel hombre al que los billetes se le multiplicaban en las manos.
Ya sabímos por qué los ´rboles de la capital se estaban cayendo a cachos, ofreciéndose voluntarios en un funerl vikingo. No hay que hacer leña del árbol caído con hacer un ataúd ya basta.
leer más
Le falló el corazón

No hay comentarios:

Ir arriba

ir arriba
Powered By Blogger