miércoles, 17 de septiembre de 2014

No quedan los artistas

Por Alfredo Grande

Quizá para muestra no baste un botón, pero creo que una golondrina puede hacer verano. En ese caso, la golondria es un analizador. O sea: un artificio, una herramienta, una concepción teórica, que nos permia levantar la opaca neblina que nos permita levantar la opaca que la cultura represora fabrica para que no veamos lo fundante.
Y cuando los ojos no ven, el corazón ya no siente. La opaca neblina o el sucedáneo del resplandor permante del denominado 'espacio publcitario', al que más adecuadamente habría que llamarlo 'un momento de alienación'.
Hace algunas décadas, la transmisión televisiva se clausuraba con "un momento de meditación". Para mostrar el pluralismo, participaban todas las religiones. Nunca un médico, un obrero, un estudiante, un artista. La meditación bien entendida debe ser rigurosamente vigilada, tanto por mandatos cuanto por castigos a la infracción de aquellos.
Meditar es no pensar un poco bastante, y es otro de los baluartes de la cultura represora.
Un paciente me dijo que empeó a hacer meditación, para lo cual tenía que dejar la mente en blanco. Le interpreté que en rigor de verdad eso es lo que venía haciendo hace años..
Una mente en blanco con el eterno resplandor del arrasamiento de los recuerdos
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