Por suerte, a la tinta y al papel aún no le llegó la sospecha de maleficio alguno ( a excepción de Clarín que vendría a confirmar la regla). Así que pueden leer tranquilos esta nota que ninguna cosa fea les va a pasar. Pero, por las dudas, mientras se regocijan con mi artículo, les rogaría que a nadie se le ocurra intentar abrir un paraguas dentro de su casa y menos romper un espejo. Porque como dice el refrán: "No creo en las brujas ni en las Carrió, pero que las hay, las hay".
Lo que sucede es que no quiero que ustedes me tilden de "yetatore" y después tenga que exiliarme en Méjico, como le aconteció a mi papá, ya que nadie quería ni tener contacto con él ni ayudarlo porque como los milicos lo perseguían, sus conocidos opinaban "... y ... algo habrá hecho..."
Para exponer sobre este tema, anduve averiguando y parece que la superstición es una cosa muy antigua. Uno se puede remontar a la Biblia y advertir que Judas (el antepasado de Cobos)
traicionó a Cristo porque eran 13 los comensales de la "última cena" (y también lo hizo por $ como nuestro vice). ¿Será verdad, entonces, que no hay que sintonizar el canal 13 porque es yeta?
traicionó a Cristo porque eran 13 los comensales de la "última cena" (y también lo hizo por $ como nuestro vice). ¿Será verdad, entonces, que no hay que sintonizar el canal 13 porque es yeta?
Continuando con el aspecto religioso, les quiero decir que para mí ya desde aquellos remotos tiempos los curas traen mala suerte. Con decirles que si ando sólo de noche por la calle le tengo más miedo a que se me cruce un tipo con túnica negra (probablemente un pedófilo) que un insignificante e indefenso gatito negro.
La reafirmación más fuerte de este desprecio me la dio mi papá al contarme lo siguiente. En época de la dictadura, y mientras los milicos lo torturaban con la picana eléctrica para que delate a sus compañeros, se cortó la luz. El cura confesor, para que el verdugo no de por finalizada su patriótica tarea, le alcanzó una vela de la sacristía para que pueda continuar con el interrogatorio y los apremios ilegales.
Por otra parte, y ya para ir finalizando, papá también me explicó que antes existía una tira cómica en el diario protagonizada por "don Fúlmine": un tipo al que todo le salía mal y aquello que tocaba, en vez de oro como en la fábula del rey Midas, se convertía en mierda (más o menos como lo que hizo Duhalde con el peso al salir de la convertibilidad). Agregó mi padre, que en la actualidad sucede algo similar en los periódicos, pero no en los cómics, sino con los propios periodistas.
Sus comentarios hicieron volar mi imaginación y elucubrar posibles atentados como los de papi y sus cumpas en los 70':
- A Ernestina habría que regalarle para su cumple un felpudo de esos con la leyenda "bienvenidos" para que lo coloque en el umbral de su mansión. Así cuando los abogados que defienden a los hijos de desaparecidos la van a visitar, tropiezan con él y se hacen bolsa.
- A Bonelli habría que enseñarle que para evitar la malaria hay que tocar madera y si es silvestre y la de su compañero Silvestre, mejor. Pueda ser que así se claven alguna astilla en la garganta y no digan más boludeces.
- A Mirtha Legrand habría que asesorarla que para que resulte más creíble y simpática para imponer sus ideas fascistas debe tratar de causarle buena "impresión" a sus comensales. De este modo, se podría aprovechar la oportunidad para que deje sus huellas digitales, si todavía no se le borraron por las cirujías, en alguna arma homicida... así la condenan a cadena perpetua y no rompe más las bolas.
PD: Si durante el tiempo que ud dedicó a leer este artículo, nada malo le pasó, no saque la conclusión de que deberá leer el blog cada vez que tenga que encarar un momento importante de su vida. Eso, de por sí, ya sería una desgracia... como la de Lilita que no sólo nunca sacó ni un miserable premio en la lotería sino que, encima, es tan yeta que el agenciero pretende cobrarle cada vez que intenta observar el extracto.
Publicado por Néstor Dulce - de Kikitodulce
Publicado por Néstor Dulce - de Kikitodulce
No hay comentarios:
Publicar un comentario