domingo, 13 de febrero de 2011

Argelia: Buteflika no quiere ser el siguiente

El régimen de Argelia reprime una protesta opositora con una descomunal exhibición de efectivos policiales


Será difícil que el impulso de renovación democrática que recorre el norte de África sorprenda ya desprevenido a alguno de los presidentes vitalicios que continúan en la zona, que habrán extraído interesantes lecciones de los acontecimientos en Túnez y Egipto. La contundente represión desatada ayer en Argel contra una manifestación no autorizada indica que Abdelaziz Buteflika no quiere ser el próximo en caer. Y que para evitarlo continúa explorando la vía de la violación de derechos y libertades de sus conciudadanos antes que siquiera considerar, a la manera de Jordania, alguna concesión a los que protestan.


En Argelia, la contestación social viene conociendo expresiones muy fuertes, la última en enero pasado. Movilizaciones como las convocadas para ayer en Argel, Bejaia, Constantina, Anaba u Orán inquietan a un régimen que ha podido sobrevivir e industrializar el país gracias a las rentas del gas y el petróleo, pero sin ofrecer a la población atisbo alguno de democracia, con uno de los índices de paro más altos del mundo árabe y niveles de corrupción y presión policial equiparables. Si hay un escenario de cambio potencial, ése debería ser Argelia.
 
Las autoridades argelinas prohibieron la manifestación de ayer y además se prepararon a fondo para impedir que pudiera llevarse a cabo. La capital estaba tomada desde la víspera por un impresionante dispositivo policial, integrado por cerca de 30.000 agentes llegados de todo el país, en autobuses civiles, para contener una movilización convocada por partidos opositores y organizaciones sociales, la llamada Coordinadora Nacional para la Democracia y el Cambio.

El despliegue de seguridad se reveló excesivo no solo por el número de manifestantes -un máximo de 10.000 según los organizadores, que se reducían a 3.000 para otras fuentes y no llegaban a los 250 a juicio del Ministerio de Interior- sino también por el carácter de la protesta, que no contaba con participación ni respaldo de los sindicatos, las principales fuerzas de oposición o los influyentes islamistas. Los llamamientos a acudir lanzados a través de las redes sociales fueron contrarrestados mediante el tradicional método de bloquear las carreteras de acceso a la capital.


Testigos presenciales informaron a la cadena Al Arabiya y al diario opositor 'El Watan' de que se habían practicado «decenas de detenciones» en Argel. Los manifestantes fueron rodeados por efectivos policiales, que les impidieron llegar a su destino, la plaza de los Mártires

Fuente: Agencia-Argelia

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