sábado, 5 de febrero de 2011

Egipto: Las mujeres de la revolución

Por Donald Macintyre

Desde El Cairo

En la plaza de Tahrir le preguntamos si tenía miedo de lo que podría pasar. Mona Seif pensó por un momento antes de reponder: "El jueves pasado estava asustad. Pero una vez que está acá con toda esta gente, ya no sentís miedo. Espero no morir  acá, pero aun si eso ocurriera, ya baría pasado diez días en este lugar, con toda esta gente, sintiendo que éste país es mi país. Nunca había experimentado eso antes". Si ésta  es una revolución entonces Seif, de 24 años es una de sus heroínas.

 La muchacha se graduó en biología en la Universidad de El Cairo y es una de las figuras prominentes, que usó su blo y Twitter para difundir la convocatoria para la primera protesta, la  del 25 de enero. La protesta le corre en la sangre. Su padre es un famoso abogado de derechos humanos, Ahmed Seif el-Eslam, que estaba en la cárcel de Hosni Mubarak cuando la chica nació y ahora es un de los más de veinte abogados que fueron arrestados anteayer. 

Cuando Egipto cortó Internet, la semana pasada, ella fue una de las 20 activistas que llevaron su computadora portátil a la casa e iniciaron el Centro Twitter de la Revolución, recibiendo mensajes del mundo exterior gracias a que Egipto no había desconectado uno de los proveedores de Internet, que estaba destinado casi exclusivamente a servicios financieros. “Uso Facebook y tengo un blog, pero Twitter es mi herramienta favorita para las cuestiones políticas”, cuenta.
Seif creeque el catalizador inmediato de la escalada de protestas fue la muerte de Khaled Said, el muchacho que la policía secreta de Alejandría supuestamente mató a golpes el año pasado. La chica les rinde homenaje a los todavía desconocidos creadores de la página de Facebook “Todos somos Khaled Said”.

Pero mientras nunca imaginó que esto podría crecer tanto, lo que la llevó a participar de las protestas fue el recuerdo de otra movilización de la que había participado el año pasado. Su grupo logró eludir a la policía al no ir a la plaza Tahrir sino a una calle céntrica. La marcha de 50 personas se convirtió rápidamente en movilización de unos mil antes de que la policía la dispersara con bastante brutalidad. “Por 35 minutos sentimos que la calle era nuestra. Fue increíble.” ¿Qué salida espera ella? “Quiero que se vaya Mubarak y que caiga el régimen.”


Otra mujer, de otro origen, también está sorprendida por haber sido parte de tan enorme protesta. Safa Hamis es una madre soltera de mediana edad, que se las ingenió para sobrevivir como profesora del Corán después de perder su trabajo como periodista, en el que se había desempeñado durante 17 años. Después del ataque del miércoles de los seguidores de Mubarak, se encontró cargando piedras para que las arrojen quienes defienden la plaza Tahrir. ¿Votará a los Hermanos Musulmanes? “La televisión egipcia no nos daba información sobre ellos. Yo los respeto por estar acá y por ser musulmanes. Lo pensaré”, respondió.

Gigi Ibrahim tiene 22 años y estudió Política en la Universidad Americana de la capital egipcia. Ella no votará por los Hermanos. La chica, que se autodefine como “socialista revolucionaria”, cuenta que tiene constantes peleas por las protestas con su familia, de clase alta, y especialmente con su padre, que es dueño de una fábrica de indumentaria.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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